Migraciones

España requerirá visado de tránsito a personas de Sudan y Chad, impidiendo el acceso al asilo

El uso del visado como medida antiasilo por parte de España supone una forma más de escapar de sus obligaciones internacionales y continuar externalizando las migraciones

Dos agentes de la Policía Nacional en la puerta de llegadas de la terminal T1 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, por la previsible llegada del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a 3 de abril de 2024, en Madrid (España). El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales ha adelantado su regreso a España desde República Dominicana y ha aterrizado leer más durante la mañana de hoy en el aeropuerto madrileño de Adolfo Suárez Madrid-Barajas. A su llegada a España, ha sido detenido por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por la investigación que afecta a su etapa al frente de la RFEF y que indaga irregularidades en los contratos para jugar la Supercopa de España de fútbol en Arabia Saudí. La vuelta se produce después de que el pasado lunes, agentes de la UCO llevaran a cabo un registro en el alojamiento de Rubiales en Punta Cana por orden de la juez, y en el que se incautó el teléfono móvil y una tablet del propio expresidente de la RFEF.
Fecha: 03/04/2024.
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Firma: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

A partir de julio, personas con documentación de Sudan o Chad, tendrán que presentar un visado de tránsito antes de embarcar en sus vuelos hacia España, si no estos se tendrán que quedar en tierra.

Estos son los últimos en incorporarse a este grupo muy concreto. Los anteriores fueron las personas con documentación keniata o senegalesa. A los segundos se les empezó a exigir precisamente cuando empezó a vivirse el último episodio de inestabilidad política en el país.

En la actualidad el visado de tránsito es exigido a las personas con documentación de Camerún, Costa de Marfil, Cuba, Yibuti, Gambia, Guinea, Guinea-Bisáu, Burkina Faso, Haití, India, Kenia, Liberia, Malí, República del Congo, Sierra Leona, Siria, Tayikistán, Togo, Turquía, Uzbekistán, Yemen y la Autoridad Palestina.

La solicitud de este visado no es distinta a la de otros tipos. Se debe presentar una serie de documentos en el consulado español en el país de origen, así como pagar una tasa para iniciar el trámite. Se desconoce cuántos visados son rechazados en origen, ya que el Ministerio de Asuntos Exteriores solo cuantifica cuantas solicitudes son resueltas de manera favorable en sus oficinas consulares por nacionalidad.

A este respecto, cabe hacer memoria y recordar como en 2011, con el inicio de la guerra en Siria, se restauró este visado para esta nacionalidad. Desde aquel entonces hasta 2023 solo se han concedido 84 visados de tránsito para personas con documentación siria. 

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Aunque es cierto que las concesiones de otros tipos de visado, como el de turista, son mayores para esta nacionalidad conforme la estadística proporcionada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, esas concesiones no han implicado un establecimiento de personas con este origen en España. Si la media de concesiones de visados de turista entre 2011 y 2023 a nacionales sirios era de 2.229 por año, su empadronamiento, según el INE, entre 2011 y 2022 solo ha subido en 5.258 personas.

El uso del visado como método de control migratorio es más claro si retrocedemos un poco más, y observamos a los nacionales colombianos y ecuatorianos. Estas dos nacionalidades vieron su población incrementada en España entre 1998 y 2003, en más de 200.000 personas para cada nacionalidad. A partir del 2003, se impuso la obligación de visado para personas de ambas nacionalidades, momento en el que se frena la tendencia de llegadas de manera dramática.

Una parte esencial de las políticas migratorias a lo largo de los años ha sido el impedimento de que personas necesitadas de protección, las cuales tienen como origen países con tasas muy altas de reconocimiento como refugiados en otros lugares, lleguen a España. El problema es que estas medidas lo que acaban causando realmente es que estas personas acudan a otras formas para llegar a los países objetivo, ya sea cruzando la ruta de los Balcanes, el desierto del Sahara o subiéndose a embarcaciones para intentar llegar a la península ibérica, itálica, a las Islas Canarias o a Grecia, abocándolos a riesgos que lo que buscan realmente es que no consigan llegar, de una forma u otra, ya que hay evidencia de qué cuerpos policiales fronterizos de distintos países de la Unión Europea maltratan y deportan ilegalmente personas que solicitan asilo.

La imposición de visados implica una externalización. Con esta se evita que la persona con intenciones de llegar a España, ya sea para trabajar, ya sea para buscar asilo, acabe varada en el lugar donde pretendía embarcar el avión, que no tiene por qué ser su país y sobre todo relativo al asilo, no tiene por qué ser un país seguro para esa persona. De igual manera, también es un escollo económico adicional el cual actúa como desincentivo, ya que la solicitud del visado cuesta 90 €, que para el caso de personas que ganan menos de un euro al día supone un esfuerzo enorme. Además, cabe recordar que la Ley de Asilo renovada en 2009, eliminó la posibilidad de solicitar asilo en las oficinas consulares españolas en el extranjero, dejando ese poder de manera discrecional a los embajadores de las distintas misiones diplomáticas españolas por el mundo y obligando a que si alguien quiere pedir asilo a España en virtud de sus obligaciones internacionales, deba llegar, por lo menos, a un punto fronterizo, en el cual, muchas veces no goza de todas las garantías necesarias para presentar una solicitud de estas características, en condiciones.