El Cierre

¿Migración o racismo?: ¿Cuál es el problema? #ElCierre

Quieren que nosotras, quienes luchamos por lo mismo que tú, sufrimos opresiones como tú -y varias más por ser migrantes- seamos vistas como tus adversarias en lugar de como tus compañeras. Y lo están logrando [...] porque cuentan con los medios de comunicación para ello

Te hago una pregunta: ¿te sorprende en lo absoluto que ayer en el CIS la inmigración se posicionara como el principal problema? Haz la prueba, ¿te has sorprendido al conocer el dato? Yo no. Porque lo de ayer no ha sido otra cosa que la cosecha tras un periodo de siembra. Un periodo de siembra largo que muchas llevamos denunciando desde el inicio. Un periodo de siembra de discursos de odio, deshumanización y “malmenorismo”. El cóctel molotov perfecto para demonizar a ciertos seres humanos y someterlos a la violencia.

España no tiene un problema de inmigración, tiene un problema de racismo. Y hoy que los medios de comunicación de la gran prensa tenían la oportunidad de plantear este problema como central, me temo que vuelven a operar en una lógica entre malmenorista algunos y directamente fascistas otros. Nos repiten desde hace meses que la migración es un problema, en lugar de decir la verdad, que es un derecho; repiten en bucle imágenes de cayucos llegando a las costas canarias o personas llegando a Ceuta y vinculando esas imágenes a palabras como “invasión” u “hordas”, en lugar de hacerlo con palabras como “desesperación”, “derechos humanos” o “humanidad”; dan tribuna a portavoces del odio como Albiol, Abascal o Feijóo y en lugar de refutar sus mentiras, las dejan pasar argumentando que discriminar es “libertad de expresión”; o se encargan de crear “debates” que no son debates, que son trampas y que titulan espectacularmente como “migración: ¿a favor o en contra?”, como si se pudiera estar en contra de un derecho y una realidad. Todo esto es la siembra del odio que durante meses, como una gota malaya, ha entrado en los hogares de todos y todas. Y por eso yo hoy no te voy a hablar de migración en sus términos, ni de migración en general porque es precisamente lo que quieren. Hoy te voy a hablar del arquitecto de esas cifras, del responsable de los “problemas” de España porque es de eso de lo que muy pocos quieren hablar hoy. Alguien tiene que hacerlo.

Es verdad que no somos estúpidos, que la gente no se deja engañar, que tenemos autonomía y poder de decisión. Esa es la razón por la cual sigue habiendo resistencias populares, revoluciones en mayor o menor intensidad al defender derechos o rechazar aquello que nos dicen “que no se puede cambiar”. Pero también es verdad que vivimos en un sistema, aunque lo queramos cambiar y que, por más inteligentes y críticos que seamos, no somos del todo librepensadores. No podemos serlo. Nuestras ideas, nuestras creencias, nuestros sentidos comunes se construyen a partir de la información que recibimos y que, como sabemos, siempre tienen ideología. Cuando hablamos de sociedades mediatizadas nos referimos a esto: los medios de comunicación son hoy el principal y más importante espacio de disputa ideológica. Por eso es tan importante como no dejar de dar la batalla contra los discursos hegemónicos de estos grandes medios de comunicación, construir nuestros propios medios de comunicación contrahegemónicos que sean capaces, como hemos hecho hoy, de desviar el foco de donde quieren ponerlo aquellos que defienden al poder y al capital. Y, por cierto, de contar con esas voces que curiosamente nunca aparecen en la gran prensa. No es sólo por racismo que no se incluyen casi nunca voces migrantes ni racializadas en los espacios mediáticos donde se discute sobre nuestras vidas y derechos. Es también porque al quitarnos la voz, legitiman qué voces son válidas para opinar sobre ciertos temas y qué voces no lo son. Despojarte de voz es también una forma de deshumanizar. Porque a lo mejor si nos oyeran más, nos vieran más, escucharan sobre nuestras historias, nuestras vidas, nuestras ideas… Se tejería esa empatía entre quienes estamos jodidas y quienes también lo están pese a contar con un DNI español. Se configuraría una alianza de clases y entonces temblaría el régimen, temblaría la Corona, temblaría la patronal, temblarían los Florentino Pérez, los Amancios Ortega, los Juan Roig, temblaría el poder. Y por eso nos necesitan no sólo separados y a algunas invisibilizadas, sino enfrentados. Quieren que nosotras, quienes luchamos por lo mismo que tú, sufrimos opresiones como tú -y varias más por ser migrantes- seamos vistas como tus adversarias en lugar de como tus compañeras. Y lo están logrando. Lo logran porque cuentan con los medios de comunicación para ello.

Como decía, el problema de este país no es la migración, sino el racismo, pero sobre todo las vías por las que se perpetúa. Si hablamos de los problemas en España, tenemos que hablar de la concentración mediática, de los cloaqueros con platós de televisión que legitiman sus “burdos pero voy con ello”, del fascismo mediático que da altavoz a sujetos como Manuel Tenorio para que insulten a vulnerables, como a los que dan alas a sujetos como Daniel Esteve que exige deportaciones masivas y que dirige organizaciones neonazis como Desokupa que ayer contaba con el arrope de nada menos que la Policía española para cambiar una cerradura. Ese es el problema de España: el problema de España es que mientras los bulos para difundir discursos de odio campan a sus anchas, sus operadores como Vito Quiles siguen contando con una credencial en el Congreso de los Diputados, o que mientras estos neofascistas nos apuntan con un arma discursiva día sí y día también, es a los movimientos sociales a los que persiguen infiltrando policías, o a los sindicalistas y antifascistas a quienes castigan con todo el peso de la ley y de la fuerza. ¿Cuál es tu problema real, España? ¿Quiénes son tus adversarios? ¿Quiénes se encargan de acabar con tus derechos para luego decirte que el problema son los otros que tampoco los tienen?

Tras un verano aún más caliente en racismo y odio, el CIS no es otra cosa que el resultado de su orquesta política y mediática. Un resultado tan lógico como obvio, y por eso es más necesario que nunca que existamos espacios que disputen esa creación de sentidos comunes a esa gran prensa que en la batalla ideológica ha tomado partido por el régimen de guerra, por el racismo, por el fascismo, ya sea por su equidistancia como por su “malmenorismo” o por su activismo en la desinformación del país.

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Y por eso, me permitirán hoy sentirme especialmente orgullosa de la familia de Canal Red y del equipo de El Tablero por disputar esa batalla con pocos recursos, pero más dignidad que muchos. Orgullosa de la mesa de hoy en que hemos hablado de migración y de racismo con esas voces que son invisibilizadas por el racismo y aposta en los grandes medios. Con las historias que nunca te muestran para que sigas pensando que se trata de cifras y no de personas. Con las pieles que deliberadamente borran para que creas que España es algo que no es. Ustedes, amigos y amigas, son quienes hacen posible que libremos esta batalla ideológica para evitar que gane la inhumanidad y la barbarie. Siempre es bueno saber que en las batallas por nuestra vida no estamos solas. Gracias por ser la razón que nos permite despertar cada mañana con la esperanza de saber que podemos frenar sus campañas. Es difícil y son muy grandes, pero no siempre los grandes ganan. Las moscas podemos, alguna vez, enloquecer al elefante; o las hormigas hacer caer a un dragón. Gracias de verdad. Hasta mañana.


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