Violencia fascista

Queda identificado el agente israelí que apuntó con una Glock a estudiantes de la Complutense

Los estudiantes quedaron indefensos frente a la pistola del agente israelí y la desprotección por parte de la policía

El 8 de febrero del año pasado muchos estudiantes de la Universidad Complutense se concentraban en la facultad de Filología haciendo frente a la embajadora israelí, Rodica Radian-Gordon. La presencia de la embajadora de Israel se debía a la celebración de un acto conmemorativo de los acuerdos de Oslo que la Universidad Complutense albergaba. Los acuerdos de Oslo de 1993 pretendían atajar el problema territorial entre Israel y Palestina, pero teniendo en cuenta la situación actual de Oriente Medio, se pueden considerar como fracasados.

La concentración que los estudiantes llevaron a cabo tuvo como resultado la fuerte represión por parte de la policía española y con ello, la detención de 2 manifestantes y 36 multas de más de 600 euros cada una alegando el incumplimiento de la Ley de Seguridad Ciudadana. Por la parte israelí, un arma se dejó ver de la mano de uno de los agentes encargados de la seguridad de la embajadora frente a la concentración de los estudiantes en apoyo al pueblo palestino.

Los estudiantes reprimidos presentaron una querella y gracias a la investigación policial y a las grabaciones de los hechos, se confirmó la identidad del agente israelí que sacó la pistola cuando los manifestantes intentaban entrar al salón donde iba a tener lugar el acto. La policía ha confirmado la posesión por parte del agente de una Glock 9mm parabellum con la que, según las grabaciones, apuntó a los manifestantes. El agente israelí contaba con una identificación en la que acredita ser parte de la seguridad de la embajadora israelí y cuenta también con la tarjeta de residencia extranjera.

La legislación española sobre la tenencia de armas y su uso público (regulado por el Reglamento de Armas, en este caso referido al Real Decreto 137/1993) es muy estricta, no solo es suficiente con que el arma esté registrada en el país de origen y en el país extranjero, sino que también es necesario el cumplimiento de ciertos requisitos. El agente israelí, en este caso al formar parte de un cuerpo de seguridad, tendría permitido la tenencia del arma, pero el uso público del arma está fuertemente regulado por lo que debe contar con permisos especiales. De manera que no queda del todo claro la legalidad de la actuación del agente israelí.

A pesar de la agitación y preocupación de los estudiantes al ver la pistola, la policía, luego de los hechos, negó haber visto al agente israelí sacar la Glock. Lo que parece algo contradictorio tras ver el video donde los estudiantes advierten enérgicamente de la presencia del arma a los policías de la UIP que se encontraban en el lugar de los hechos. Según explicaban las personas que presenciaron el acto, la policía si fue consciente del arma hasta el punto de que agentes de la policía nacional vestidos de paisanos cubrieron al agente israelí que portaba el arma en vez de proteger a los estudiantes dejándoles totalmente desprotegidos frente un arma de fuego. Con todo ello, tras la querella interpuesta por los estudiantes propalestinos, el informe policial finalmente ha confirmado los hechos y el agente israelí ha quedado identificado. La negación en un principio de los hechos y la siguiente identificación del agente israelí puede apuntar a que la policía nacional no está del todo dispuesta a implicarse con el caso debido a las tensiones políticas que quizá pueda generar.

Desde las organizaciones palestinas insisten en la importancia de seguir con la investigación del caso y que no quede sobreseído dada la posibilidad de ello al haber pedido, el juez al fiscal, su recomendación acerca de la continuación de la investigación del caso o el sobreseimiento de este.  

No es la primera vez que colectivos en la lucha por causas como el genocidio de Palestina sufren represión policial de una forma cuestionable. Se puede observar en casi todas las manifestaciones que se han dado por todo el territorio español en apoyo al pueblo palestino o en las acampadas universitarias en contra del genocidio a manos de Israel. Con este tipo de casos se observa la impunidad con la que actúa Israel y la complicidad de los estados occidentales.