Especulación inmobiliaria

El Sindicato de Inquilinas de Madrid denuncia un chat de arrendadores: “Hay demanda pero muchísimo marroquí, perfiles buenos cuesta encontrarlos”

Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid — Twitter (X)

Además de comentarios machistas y racistas, se jactan de vivir y comprar más pisos con lo que ganan de los alquileres, que cada vez asfixian más a los inquilinos

El Sindicato de Inquilinas de Madrid ha denunciado a través de X (Twitter) la existencia de un grupo de Telegram donde propietarios de viviendas que alquilan habitaciones reconocen no cumplir la ley o discriminar por cuestiones de raza o sexo. El grupo se llama “Inversión en alquiler por habitaciones” y ya cuenta con más de 2.000 participantes.

En los mensajes, se puede leer como algunos de los rentistas no tienen reparos en admitir que no cumplen con la ley con sus alquileres. “Está claro que todos apuramos al límite o incluso incumplimos algunas normas de urbanismo”, dice un arrendador, señalando que tiene la “duda” por cómo será la “nueva normativa sobre alquiler de habitaciones” y cómo le afectará, aunque varios de los propietarios se muestran tranquilos con un “ya nos preocuparemos” o “cuando llegue, si llega, ya veremos”. Una supuesta norma que el Sindicato de Inquilinas apunta que no se llevará a cabo porque “la ministra Isabel Rodríguez (PSOE) no quiere regular los alquileres de habitaciones”.

El sindicato también denuncia la existencia de fraude de ley. Un miembro del chat dice que es “un punto muy a favor” que el alquiler habitacional se pueda regir por el Código Civil y no por la Ley de Arrendamiento Urbanos (LAU) porque “respeta mucho más la libertad de pacto”. Otro usuario afirma que las condiciones se pactarían entre las partes y, al no regirse por la LAU, el arrendatario “si ha aceptado las condiciones no tiene nada que reclamar”, aprovechando así los huecos que puede dejar la legislación.

Pero además, un arrendador no se ha cortado al afirmar que no alquilaría a mujeres: “jamás jamás, metería a una mujer y menos con hijos, para eso cierro el piso y ganó más”, aunque otro asegura que tampoco alquilaría su propiedad a parejas o gente con hijos “porque te la lían y tú tienes las de perder”.

A su vez, el sindicato apunta que muchos de los caseros utilizan el término “ese perfil de inquilino” para tapar la realidad: un trato discriminatorio por raza. “Hay demanda pero muchísimo marroquí y gente con hijos, pero perfiles buenos cuesta encontrarlos (…) Muchos de los pisos baratos están en zonas que por habitaciones no merece la pena, como por ejemplo Pío XII o el grupo Catalina que está lleno de gitanos”, dice uno. Ante un mensaje de otro usuario que tildaba de racistas a aquellos que estaban de acuerdo con este trato discriminatorio, otro le responde: “yo tampoco alquilo a marroquíes por si me quieres meter en el saco. Al parecer según tú son el mejor perfil de inquilino junto con los gitanos. Igual hay un nicho de mercado sin descubrir ahí”.

Pero además, los propietarios se jactan de vivir a costa del alquiler de estas habitaciones pese a que cada vez el pago de dicho alquiler ahoga más a los inquilinos, llevándose gran parte del salario. “Peor sería aguantar a un jefe toca pelotas durante años o tener un trabajo que no te gusta” dice uno, mientras que otro contaba que hace 3 meses que dejó de trabajar y que no pensaba volver salvo que fuera urgente, calificando el alquiler de vivienda de “negocio” y no “inversión pasiva”.  

Como negocio que les resulta, muchos de ellos hablan de sus próximas “operaciones” para comprar más y más viviendas y ponerlas en alquiler. “Quiero hacer una última operación. Esta vez sin nómina, al 60% y malas condiciones, pero es lo que hay”, explicaba otro.

Estas “operaciones” les reportan grandes ingresos: “26 habitaciones en 6 pisos + otro en tradicional. Aproximadamente 9.000 euros brutos, 4.500 euros netos al mes” o “25 habitaciones en propiedad alquiladas a una media de 284 euros, 7.100 brutos en total, unos 4.000 netos después de gastos, hipotecas, IRPF, etc. Zona Tarragona-Reus”, a lo que añadía “creo que haré un piso más y me gustaría probar a futuro algún flip —adquirir una vivienda más barata para reformarla y venderla más cara—”.

Y contra un supuesto impuesto a las viviendas vacías lo tienen claro: “¿Qué van a hacer?¿Cobrar doble IBI? Pues adelante. Lo de tener un piso cerrado no lo veo porque se aunque se revalorice se degrada que no veas, pero si por lo que sea hay que hacerlo, se hace”.

Desde el sindicato tachan de “lavado de cara” el anuncio de la ministra Rodríguez de una medida para regular los contratos temporales, pero sin incluir el alquiler de las habitaciones. Por ello, ante la falta de legislación, el Sindicato de Inquilinas impulsó la tramitación de una ley para aplicar la Ley de Vivienda también a los alquileres temporales y por habitaciones. Dicha propuesta fue registrada en el Congreso por Podemos, Sumar, ERC, Bildu y BNG.

Sobre esto, un usuario del grupo de Telegram advirtió que ante una nueva ley de vivienda que perjudique sus intereses “la situación empeorará”, añadiendo la frase final de “el mercado es el que manda”.

El problema de la vivienda cada se agrava más, tanto en grandes ciudades como en municipios más pequeños. El pasado mes de agosto, un estudio del Observatorio de Emancipación reveló que el 92,1% del salario de un joven lo destina al alquiler, en un contexto en el que solo un 17% de los jóvenes están emancipados. Alquilar una sola habitación en España supone una media de 380 euros al mes, eso es el 36,2% del salario neto mensual, y que se dispara en ciudades más grandes o turisitificadas, superando el 40% del salario.