Milei, Pirro y los lanzallamas

Pirro de Epiro creyó que era más poderoso que Roma y extendió sus dominios hacia Macedonia y Tesalia. Le hizo la guerra a un rey espartano y disputó el poder de la República. Su reinado se transformó polvo luego de que una mujer anciana le arrojara una teja en la cabeza. Pirro cayó al piso desvanecido por el fuerte golpe y sus enemigos lo asesinaron en el suelo.

El cónsul Publio Valerio Levino había advertido sobre la soberbia y el maltrato a los demás. “Ahora que estás avisado de ello, prepárate para ser no nuestro juez, sino nuestro rival”. Y así fue. Antes de dejar este mundo, Pirro se equivocó demasiado. Al punto que una sola frase suya recuerda la historia humana: “Otra victoria como esta, y tendré que regresar a Epiro solo”, dijo luego perder a sus mejores soldados y generales cerca de Tesalia, que recién se incorporó a Grecia en 1881 después de 450 años de dominio del Imperio Otomano. El suelo donde Pirro musitó aquella frase célebre fue recordado por Homero en su Odisea. La historia, debiera aprender Javier Milei, nunca comienza cuando uno llega.

Este miércoles, el Gobierno libertario –palabra de cuño noble que han bastardeado hasta la blasfemia–, el oficialismo con la ayuda de no pocos cómplices del Pro de Mauricio Macri, radicales que no son para nada radicales, legisladores provinciales, y traidores al legado peronista de Tucumán, han legitimado el veto presidencial a la Ley de financiamiento universitario que garantiza la educación libre y gratuita a todas las universidades públicas de Argentina.

Luego de la votación la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires detuvo a un joven adolescente que tenía hasta los útiles del colegio secundario en su mochila. Según la Comisión Provincial por la Memoria –un organismo autónomo de la Provincia de Buenos Aires– hubo “al menos 16 personas heridas por gases, periodistas agredidos y diez detenciones durante la pacífica manifestación frente al Congreso contra el veto a la Ley de financiamiento universitario”.

“Es una cacería hacia la prensa”, aseguró el reportero gráfico Diego Gómez.

El canal de noticias C5N mostró cómo las fuerzas policiales federales y de la Ciudad golpearon y atacaron con gases a periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos de televisión.

Al mismo tiempo, en las calles de los alrededores del Congreso se hicieron ver y escuchar ciertos personajes del mundillo cibernético libertario. Uno de ellos se declara defensor de Adolf Hitler y otro promotor de la cacería de “los zurdos”. Ambos fueron perseguidos por manifestantes durante varios metros a las corridas y recibieron el socorro inmediato de policías de civil sin identificación visible que los ayudaron a ingresar a comercios aledaños.

Al cierre de esta edición había 28 universidades tomadas por sus estudiantes (Filosofía y Sociales de la UBA), Mar del Plata, Mendoza, Córdoba, y se realizaban asambleas para tomar decisiones de resistencia al veto en La Plata, La Matanza, San Martín, la Costa, la Patagonia, Comahue, y otros centros educativos universitarios nacionales.

Los gremios docentes convocaron a una huelga nacional de 24 horas y en las calles crece peligrosamente la anomia ante la violencia que nace desde lo más alto del Poder Ejecutivo.

El Gobierno de Milei encendió la llama del conflicto social que preanuncia un caos ya que está prevista una huelga del transporte terrestre, marítimo y aéreo en contra de las políticas económicas del sujeto que ocupa la Casa Rosada en nombre de la libertad.

Masacre social

En la Argentina de Milei los hijos e hijas de hasta 35 años deben trabajar, estudiar, y mantener a sus padres, porque las pensiones y jubilaciones no alcanzan para poder pagar los servicios básicos de gas, luz, agua. Y menos el alquiler de los pisos que están calculados en dólares.

Una caminata por los barrios de la ciudad de Buenos Aires refleja la descomposición del tejido social: madres en las puertas de los supermercados pidiendo alimentos a los clientes, mujeres de barrios vulnerables rompiendo bolsas de basura en las aceras para poder juntar fideos o lo que sea para llevar a sus hogares, muchachitos jóvenes deambulando de a dos con la mirada perdida buscando bronce, hierro, cartones, metales de cualquier tipo para canjear y poder alimentar a sus familias. Cada fin de semana los indigentes llegan al corredor norte porteño para pedir pan, dinero, sobras de algo comestible, ropa y lo más básico para subsistir por un día.

Los comercios cierran o se funden. No hay consumo y aumenta la depresión económica. Milei insiste con el único capitalismo sin consumo del mundo donde la venta de carne vacuna cayó como nunca en un siglo.

En el barrio de Colegiales había un bar restaurante que empleaba a una cocinera, un ayudante, una encargada, y dos camareros jóvenes. Su dueño murió de un infarto el último día de 2023. Desde entonces todo se fue al barranco. El lugar que cada día estaba repleto de trabajadores y trabajadoras de empresas vecinas, jubilados y vecinas se vació como el país. El flamante propietario despidió a todos los empleados de pronto. Una agrupación de vecinos lo denunció porque utiliza la desesperación de pensionados y jubilados con sueldos miserables y luego los despide antes de que cumplan los tres meses.

La clientela no quiso ir más. La esquina ahora es un espejo de la Argentina de Milei. En el país de las vacas, las verduras y las frutas alimentarse se convirtió en una quimera imposible. Los jóvenes arrojados al vacío del hambre generalizado eligen la supervivencia bajo un régimen que los deshumaniza.

En la noche del martes 8, un día antes de la convalidación parlamentaria del veto al financiamiento de las universidades públicas nacionales, la dirigente social Alejandra Miño que vive en Villa La Cava –un barrio vulnerable del partido de San Isidro en la provincia de Buenos Aires– resultó allanada por la Policía por el presunto robo de una moto. Juan Grabois acusó al Gobierno de actuar como “la dictadura”.

Miño venía de explicar en un canal de televisión cómo funciona el narcotráfico en los barrios pobres y de qué manera se retira el Estado y aumenta la violencia en la sociedad.

Epílogo

Homero murió en la isla griega de Íos en el Mar Egeo. Hay distintas versiones sobre su final. El relato oral de los historiadores de la antigüedad cuenta que se encontró con un grupo de pescadores y preguntó si habían pescado mucho. Uno de ellos respondió que sí y el resto de los peces lo traían en las canastas. Entonces, Homero, recordó la profecía del Oráculo que adelantó su fin.

Los peces podrían ser los años y el pasado y la canasta la existencia que se hace polvo como los huesos.

Al menos Homero dejó una obra poética y filosófica.

Pirro de Epiro abandonó este mundo dejando una breve frase sobre el principio del fin.