‘La creación de Hamás’, el documental que revela la financiación de la milicia islamista por parte de Israel

Este riguroso trabajo de Sofia Amara incide en lo que muchos desconocen: Hamás fue financiado por Israel para dividir a los palestinos, su gran objetivo

Este documental empieza con el tristemente famoso 7 de octubre, la chispa que inició el genocidio al que estamos asistiendo diariamente, pávidos ante tanto horror. Pero subraya que el ataque de Hamás ha dado al gobierno de Israel la excusa perfecta para arrasar con todo, asesinar sin límites y a colonizar lo que le faltaba por colonizar. A las milicias islamistas y nacionalistas de Hamás, por su parte, las ha llevado a aumentar considerablemente su influencia en zona palestina.   

En La creación de Hamás Sofia Amara, periodista y directora de cine franco-marroquí, tiene la honradez de señalar enseguida el indiscutible origen del conflicto: el robo. O la expropiación, la colonización, la usurpación, el embargo, el saqueo… podemos llamar de muchas maneras a la forma en la que los israelitas se apropiaron de tierras, cultivos y casas que no les pertenecían. En uno de los momentos más desgarradores del documental podemos ver a un campesino (que se dedica a cultivo de olivos como lo hacían sus ancestros) que señala una fea casa prefabricada en el pico de una montaña. Es el hogar de un colono que se quedó con la cima y con todo el monte gracias a la protección del ejército y las autoridades israelitas.      

Lejos quedan los Acuerdos de Oslo de 1993 y firmados entre el Gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, la OLP. Lo que parecía una solución permanente en el conflicto acabó con el asesinato de Isaac Rabin, Premio Nobel de la Paz, en 1995. Fue en un acto bajo el eslogan ‘Sí a la paz, no a la violencia’. “La paz lleva intrínseca dolores y dificultades para poder ser conseguida, pero no hay camino sin esos dolores”, dijo Rabin antes de ser asesinado por el extremista israelí Yigal Amir, que le disparó por la espalda y dijo actuar “por órdenes de Dios”.

En el otro bando, el jeque Áhmed Yasín, fundador de Hamás y casi ciego y tetrapléjico, fue asesinado por Israel a la salida de una oración y por el misil de un helicóptero de combate que también asesinó a nueve transeúntes que nada tenían que ver con él. Con excepción de Estados Unidos, su eterno cómplice, esta “operación selectiva” fue condenada por medio mundo. Tras este asesinato de carácter extrajudicial, Ismaíl Haniyeh, miembro de Hamás, comentó: “Éste es el momento que soñaba el jeque Yasín”. También sentenció que Israel había “abierto las puertas del infierno”. Y como bien se refleja en La creación de Hamás, la ejecución de Yasín fue otra excusa perfecta para que Hamás siguiera atacando a cualquier israelita, militar o civil. De hecho, Hamás no hace distingos porque considerar a la israelita una sociedad militarizada.

La creación de Hamás, recién llegado a Movistar Plus+, arranca con las secuelas de la “Operación inundación de Al-Aqsa”, nombre utilizado por Hamás para sus incursiones, coordinadas desde la Franja de Gaza a zonas fronterizas con Israel realizadas el 7 de octubre de 2023. Una de las víctimas de aquel ataque, la hija de Yocheved Lifshitz, muestra lo que queda de la casa de sus padres, completamente arrasada. Todos sus recuerdos calcinados. El modus operandi de Hamás en cada vivienda era abrir el gas y quemarlo todo. De nada les sirvió el bunker del que disponía la casa.

Yocheved Lifshitz

Lifshitz, de 85 años, pacifista convencida y enemiga de la expropiación y ocupación israelita, se hizo famosa en todo el mundo al saludar amigablemente a su captor de Hamás cuando fue liberada, algo que causó el furibundo rechazo de las autoridades israelitas. Esta anciana, cuyo marido todavía sigue secuestrado, fue transportada en una moto como si de una alfombra se tratara y estuvo cautiverio en la franja de Gaza durante los 17 días.

El documental también revela espantosos sucesos anteriores al 7 de octubre, masacres habitualmente ocultadas por los medios occidentales. Por ejemplo, las incursiones violentas en aldeas de la Cisjordania ocupada. Desde principios de 2023, el ejército y los colonos israelíes mataron a un total 163 palestinos, incluidos 27 niños, en Cisjordania y Gaza. La mayoría murieron asesinados por los colonos y el ejército. En estos ataques a civiles indefensos, los colonos llegaban a atrancar, con barras de metal, las puertas de las casas. Pretendían quemar vivos a sus habitantes. 

Uno de los testimonios más interesantes de La creación de Hamás es el de la joven Muna el-Kurd, que desde niña ha visto cómo su familia sufre amenazas de desalojo de su casa por parte de las autoridades israelitas. De hecho, en 2009 colonos se apoderaron de parte de la casa de su familia en Sheij Yarrah y Muna, que apareció en la lista Time 100 que reconoce a las personas más influyentes del año, grabó con su móvil a uno de ellos, un sionista que después de que Mun le recriminara que estaba robando sus tierras, le soltó una frase que dio la vuelta al mundo: “Si no lo robo yo, otro lo hará”.

Muna el-Kurd

Pero el testimonio más revelador es el de Ami Ayalon, exdirector del Shin Bet (el servicio de seguridad interior) que reconoce ante la cámara que Hamás fue financiado por Israel con un objetivo claro: que los nacionalistas palestinos Hamás y Fatah se matasen entre ellos, que los palestinos nunca lograsen un líder que los uniese contra Israel. Y ganó el caballo ganador de Israel: Hamás. Cuando Fatah perdió las elecciones parlamentarias de 2006 estalló la violencia y Hamás tomó el control de Gaza. Cisjordania quedó en manos de Fatah y Gaza en las de Hamás.

Y aunque Israel sufría atentados esporádicamente, era un coste que estaba dispuesto a pagar, no pretendían solucionar el conflicto, sino controlarlo. Ayalon advirtió al Gobierno de que el objetivo de Hamás solo es destruir Israel y crear un Estado palestino regido por la sharía, la ley islámica. Pero no le escucharon y permitieron que Hamás creciera. Para reforzar este hecho, el documental de Amara recupera unas reveladoras imágenes de Bezalel Yoel Smotrich, miembro de la Knéset, líder del Partido Sionista Religioso de extrema derecha y ministro de Finanzas. En la televisión dijo literalmente: “Hamás es un aliado para nosotros, no hay que temerle a Hamás”.

Ami Ayalon

A su vez, el genocida Benjamín Netanyahu vio con buenos ojos que Qatar protegiese y financiase a Hamás, a cuyos funcionarios costeaba con 300 millones de dólares mensuales. Pero todo ese dinero se gastó en corrupción (la autoridad palestina entrevistada en el documental revela su complicidad), pero también en muchas armas y muchos túneles. Y ahora Fatah está ayudando a Hamás ante el enemigo común: Israel.   

La creación de Hamás termina con una pertinente alusión a Sudáfrica, que es precisamente el país que ha presentado un caso de genocidio contra Israel ante La Corte Internacional de Justicia. Ante un obvio caso de apartheid, Mara se pregunta por el Mandela palestino. Y da un nombre: Marwan Barghouti, torturado por Israel. Por desgracia, Israel no cuenta con un Frederik de Klerk, presidente de Sudáfrica que impulsó el fin del apartheid. Lamentablemente, Israel está en manos de un demente respaldado por buena parte del país y el cese del genocidio parece todavía impensable.