Elecciones en EEUU

Cómo Jeffrey Yass, el mayor donante republicano, construye el modelo libertario para privatizar escuelas y evadir impuestos

Jeff Yass
En la última década ha armado su propia red de fundaciones y ONG desde donde invierte a favor y en contra de los políticos según su opinión sobre el papel del Estado en la economía

Privatizar la educación pública para deducir impuestos parece ser la utopía perfecta de los nuevos libertarios puestos de moda. Y parece ser la que mueve a Jeffrey Yass, uno de los principales donantes de la campaña republicana en este ciclo electoral. Un hombre cuya fortuna asciende los 40 mil millones de dólares y tiene entre su cartera de acciones una cuota importante de ByteDance Ltd, propietaria de TikTok. Después de todo, los videos cortos, estandarizados y divertidos, poseen un lazo común con la educación privada, enfocada en el mercado, donde la historia es algo “aburrido de izquierda” y una cultura de derechos, un impedimento para el desarrollo personal. Son inmediatos, con alta dosis de dopamina como recompensa, y plantean una economía de la atención utilitaria donde la elección se simplifica en un me gusta o no me gusta. El scrolleo de videos, en sí mismo, es hermano menor de la libertad de elegir tu escuela ofrecida por el movimiento libertario que lidera Yass: una solución simplista para problemas complejos, como el acceso a una información y educación de calidad.

En la cultura libertaria, tú puedes vender tus órganos, poner a trabajar a tu hijo, y ser tu propio empleador en el fabuloso mercado. Un mundo moldeado por ricos, como Yass, que solo buscan razones para eludir impuestos con la excusa de que éstos son impedimentos para sus inversiones.

Jeffrey Yass pertenece al selecto club de megadonantes que Open Secrets denomina “ángeles guardianes” por la cantidad de dinero que ponen en la campaña estadounidense.

¿Pero quién es, en realidad, el principal donante republicano que también apoya a Donald Trump? En esencia un fanático del poker que en los años 80 creó, junto con otros “colegas”, un fondo de inversión llamado Susquehanna International Group LLP: “una fuerza gigante en opciones, acciones, energía, bonos y divisas, y también en cosas más esotéricas. Dirige una filial en Bermudas que vende seguros especializados para pagos de lotería y desastres naturales, una operación de criptomonedas en las Bahamas y un grupo de apuestas deportivas en Irlanda. Respalda a empresas emergentes de todo el mundo, incluso en China e Israel”, según Bloomberg.

Susquehanna International Group LLP fue creada junto con sus compañeros de póker de la universidad de Binghamton, Arthur Dantchik, Steve Bloom, Eric Brooks, Andrew Frost y Joel Greenberg, donde estudió Matemáticas y Economía. Su tesis se centró en la “ética del trading de opciones”, basado en los contratos de “opciones” que consisten en apostar que el precio de algo (ya sea acciones, el valor de una moneda o el barril del petróleo) subirá o bajará en una fecha determinada. El atractivo es que es menos costoso adquirir uno de estos contratos, en vez de las acciones de una empresa, pero también más arriesgado porque si el activo no alcanza un precio especifico, el contrato puede expirar sin valor. En su tesis, Yass debatió si esta forma de “trading”, o hacer negocios, aportaba algún beneficio a la sociedad o si, en realidad, era como jugar en el casino. “Llegué a la conclusión de que debería existir”, concluyó.

Esta filosofía guío el armado de Susquehanna International donde sus operadores “reúnen todos los fragmentos de datos disponibles y ajustan algoritmos para determinar cuándo comprar o vender todo tipo de cosas: plata, francos suizos, petróleo crudo, bitcoins, azúcar, contratos vinculados a las temperaturas medias de los cultivos de Sacramento”. El fondo tiene hasta su propio meteorólogo para definir apuestas como la velocidad del viento, la posibilidad de tormentas y sequías extremas. Los documentos de la compañía muestran que solo una de sus carteras de acciones, que cotiza en bolsa, vale 67 mil millones de dólares. Lo que ubica a Yass y su principal, socio Arthur Dantchik, en el puesto 29 y 236, respectivamente, en el índice de billonarios elaborado por Bloomberg.

Yass tiene un 15% de las acciones de la empresa dueña de TikTok. Luego de una conversación con él, Trump cambió su postura sobre la legislación para prohibir la red social en Estados Unidos si no pasaba a ser propiedad de accionistas estadounidenses.

Los empleados de la firma, además, reciben una peculiar capacitación para pensar en la compra y venta de acciones y opciones: largos torneos de póker, auspiciados por Yass y sus “colegas”, en el séptimo piso del edificio de la compañía en Filadelfia. “Usamos el póker porque creemos que es una gran metáfora de las inversiones por trading. Todo es probabilístico, tú nunca sabes lo que estás haciendo. Así que tienes que salir de la mentalidad de si esto es cierto o incierto. No existe tal cosa, todo es incertidumbre. Así que no puedes decir esto es lo que sucederá, sino hay un 30% de probabilidad que pase, un 40% que no, y comportarte en consecuencia. El póker es un juego donde hay mucha información que no sabes, como por ejemplo las cartas de tu oponente. Pero a medida que avanza el juego, tu contrincante debe tomar acciones por lo que puedes conocer un poco más sobre las cartas en sus manos. Pero eso no será exacto, sino que te basas en lo que has visto. Así que aprenderás como incorporar esa información y cambiar lo que, en origen, pensabas sobre las cartas en sus manos. Lo mismo pasa con las inversiones y el comercio: a medida que surge nueva información debes modificar tu distribución de probabilidades para tomar decisiones. Eso es lo que sucede en un juego de poker sofisticado y eso es lo que sucede todos los días en el mercado. Si tu análisis de la partida, o el mercado, es bueno, es posible, que ganes, si es malo, incluso si andas con rancha de suerte, eventualmente perderás”

En la opinión de Yass, los jóvenes en la secundaria deberían aprender enseñanzas como estas para que “sepan tomar decisiones en la incertidumbre”. Su mundo, en esencia, es uno donde todo queda reducido a números, probabilidades, triunfos o pérdidas, donde los Ivan Llados, o criptos bros, son aspirantes a cumplir su mismo camino del “héroe”. Uno que, por supuesto, está pavimentado de personas atropelladas por esta dinámica tan solo por ser números de una enorme cuenta matemática de fondos como el suyo. Por eso, quizás, Yass es un gran promotor de una desregulación completo del mercado de apuestas; que abarquen desde los deportes hasta la posibilidad de estallidos sociales, cambios de gobiernos o golpes de Estado, como el que ofrece Polymarket, por ejemplo.

Pero no es su única “apuesta”

Desde varios años atrás, el billonario ha puesto dinero en la política estadounidense: primero, a través, de las fundaciones y organizaciones no gubernamentales organizadas por la red de los hermanos Charles y David Koch, grandes industriales conservadores de la política estadounidenses. Como otros ricos conservadores, con frecuencia, participó de las reuniones donde los grandes donantes unen esfuerzos para definir una política común para que el dinero que ponen en “política” rinda mayores dividendos, según la socióloga estadounidense Theda Skocpol. En la última década ha armado su propia red de fundaciones y ONG desde donde invierte a favor y en contra de los políticos según su opinión sobre el papel del Estado en la economía. Una de ellas es la fundación Susquehanna, que opera en el mismo edificio de su empresa y otra es la Claws Foundation, creada por su socio Dantchik.

Grafico sobre la red de influencia de Yass de All Eyes On Yass

Las dos fundaciones se han unido para donar más de 25 millones de dólares a grupos sin fines de lucro de mentalidad libertaria desde 2016, según más de una docena de registros fiscales revisados ​​por CNBC. Uno de los principales beneficiarios ha sido el Cato Instituye, un centro de estudios que promueve ideas “libertarias” y el Competitive Enterprise Insitute, dedicado a elaborar propuestas de desregulaciones gubernamentales en los sectores financieros, energéticos y tecnológico. También la red Atlas que ha financiado diversos foros y encuentros donde se han reunido figuras como Donald Trump, Javier Milei, Santiago Abascal y otras figuras de extrema derecha y conservadoras.

Pero los activistas no lo llaman “Mini Koch” solo por esto. Su última obsesión son las escuelas “charter” y la “libertad de elección de las escuelas”, un modelo de privatización encubierto que busca pasar de un sistema que financie las escuelas públicas a uno donde se le den vales, o vouchers, de dinero a los padres para que anoten a sus hijos en los establecimientos privados que más les convenzan. Para ello se ha unido con una red de donantes conservadores, como Charles Koch y Betsy DeVos, exsecretaria de Educación de Trump, que intentan barrer con las regulaciones estatales que impiden el funcionamiento de este modelo. Para Yass, las escuelas públicas que fracasan “atrapan a los estudiantes” por lo que sería mejor “empoderar” a los padres para que decidan donde educar a sus hijos. “No te tratan como a un cliente. Eres un esclavo", dijo Yass en la entrega de un premio que lleva su apellido. Según el billonario, adoptó este enfoque porque, en una conversación, Milton Friedman, ideólogo de la Escuela de Chicago, le recomendó que era la “mejor manera de gastar el dinero”.

Red de influencia de Yass y DeVos para privatizar la educación pública realizada por Littlesis

Pero el modelo es resistido tantos en distritos demócratas como en áreas rurales de estados, como Texas, que con frecuencia votan al Partido Republicano. Por ejemplo, Todd Warner, un empresario de la ciudad de Chapel Hill de casi dos mil habitantes, es ferviente seguidor de Trump y cree en teorías de conspiración racista, pero se opone a la propuesta de vales escolares del gobernador republicano de Tennessee, Bill Lee, desde el lugar donde nació uno de los fundadores del Ku Klux Klan, el general confederado Nathan Bedford Forrest. Para Warner, en su distrito no hay ninguna escuela privada por lo que el dinero de los contribuyentes para los vales iría a las “familias adineradas de áreas metropolitanas” de Nashville, Memphis y otras ciudades del estado, cuyos hijos ya están inscriptos en colegios privados. “¿Por qué electores de pueblos pequeños deberían subvencionar la educación privada de los niños ricos de la metrópoli? El papel del gobierno es proporcionar una buena educación pública". Otros detractores aseguran lo evidente: que la privatización encubierta de la educación pública segregaría a los estudiantes “en función de su estatus socioeconómico, dominio del inglés, historial disciplinario o rasgos LGBTQ”. En estados donde ya funciona el sistema, como Ohio, la mayoría de los vales han ido para los jóvenes que ya estudiaban en colegios privados. Incluso, 250 distritos demandaron al gobierno estatal bajo el argumento de que el 90% del financiamiento fue destinado a “estudiantes blancos”. En opinión de los demandantes, ”los vales empeoran la segregación, ya que las escuelas privadas pueden elegir a sus estudiantes”.

Todd Warner

Yass y DeVos se han concentrado en desbaratar la oposición de partidarios republicanos a los vales escolares, como Todd Warner.

Ante esta revuelta contra su iniciativa, Yass y DeVos, hermana del mercenario Erik Prince, han unido esfuerzos para sacar de sus cargos a los legisladores o alcaldes que se oponen a sus iniciativas. Desde 2021, Yass ha gastado más de 23 millones de dólares en comités de acción política (PAC) de privatización de escuelas federales, como el School Freedom Fund del Club for Growth y el Victory Fund and Action Fund de la American Federation for Children, según una investigación de la LittleSis, un grupo dedicado a investigar el dinero sucio de la política estadounidense para promover la acción política en su contra. “Yass también ha gastado grandes sumas de dinero directamente en estados como Pensilvania, Texas, Kentucky y otros,  apoyando a candidatos a favor de las escuelas charter y atacando a los candidatos que están en contra”.

Para Aly Shaw, investigadora de LittleSis consultada por Diario Red: “Yass y los libertarios como él creen que la mayoría, si no todos, los elementos de la vida deberían ser de propiedad privada y administrados por el libre mercado, incluida la educación. Este tema les permite parecer que están defendiendo a las comunidades marginadas y a los jóvenes de color cuando, en última instancia, estas políticas significan que se quitan más dólares públicos de las escuelas públicas que atienden a todos y se entregan a escuelas privadas y charter que no atienden a todos.  Desmantelar el Departamento de Educación es una forma que ven de sacar al gobierno federal del sistema de apoyo a las escuelas públicas”. Por eso, en su opinión, la estrategia del accionista de Tik Tok en estas elecciones de 2024: “no es apoyar de forma directa a Trump, sino utilizar su dinero para ganar las elecciones en la Cámara de Representantes y el Senado estadounidense, conseguir republicanos más conservadores y favorables a la “libre elección de escuelas” en los distritos republicanos, y que triunfe este modelo en las votaciones en los distintos estados”. En los últimos años, Yass y DeVos han logrado la sanción a favor de los vales escolares en 20 estados.

Pero, al parecer, los programas de vouchers no son solo una propuesta ideologizada de turbocapitalismo recomendada por Milton Friedman y alguna vez, propuesta también por Javier Milei. En Pensilvania, el estado de donde es Yass, cuatro entidades vinculadas a ejecutivos de su fondo Susquehanna recaudaron un total de 61 millones de dólares en créditos fiscales para dos iniciativas de este tipo. “Los créditos fiscales por estas donaciones pueden ascender hasta el 90%”, según la periodista Annie Massa de Bloomberg. Por lo que las donaciones de Yass para su propuesta son una excelente forma de evadir impuestos, una práctica común en su empresa con la que ha dejado de pagar mil millones de dólares en impuestos. Para Shaw:” Yass se beneficia de: impuestos más bajos y menos recursos para que agencias, como el Servicio de Impuestos Internos (IRS), investiguen su evasión fiscal; menos regulaciones en la industria financiera;  leyes de financiamiento de campañas flexibles y poco transparentes que le permiten influir en la legislación. Y también de candidatos que aumentan el odio y la división porque así los billonarios, como él, pueden continuar con la manipulación de las reglas a su favor, sin una verdadera rendición de cuentas”.

Poco le importa el impacto de sus prácticas en la sociedad estadounidense ya que le desagrada la redistribución de la riqueza, como a la mayoría de los billonarios. “En Estados Unidos nadie pasa hambre, nadie tiene frío, nadie no tiene un seguro médico básico ¿Cuál es la diferencia entre un multimillonario y un tipo que gana 100.000 dólares al año? Ambos están en casa viendo Netflix. Y ambos están con sus iPhones”, en su opinión.