Alemania

Revive el movimiento por la paz en Alemania con una marcha histórica

«Quien quiere la paz no envía armas» y «Fascismo nunca más. Guerra nunca más»

Miles de personas recorren Berlín contra el estacionamiento de misiles estadounidenses, el genocidio en Gaza, y a favor de negociaciones de paz inmediatas. Los Verdes, en la contramanifestación

El jueves la esperanza volvió a las calles de la capital alemana. Era la primera gran protesta por la paz desde que el gobierno de la coalición del semáforo comunicó su intención de estacionar misiles estadounidenses de largo alcance en suelo alemán a partir de 2025, capaces de alcanzar objetivos en Rusia. Bajo el lema «Guerra nunca más – Abajo las armas», se manifestaron unas 40.000 personas, según los organizadores, contra los envíos de armas a Ucrania y a Israel. Una participación modesta, si se tiene en cuenta la situación de crisis y represión en que se encuentra el país y que, por primera vez desde la invasión de Ucrania en 2022, tanto el partido de izquierda Die Linke como su escisión, liderada por la política Sahra Wagenknecht, el BSW, convocaron juntos a la protesta. Además, contaron con el apoyo de políticos a título personal del Partido Socialdemócrata (SPD), del Partido Cristianodemócrata (CDU), y de varios sindicatos.

Es eso, precisamente, lo que hizo de la cita un gran éxito, el conseguir aunar diferentes sectores, lo cual podría llevar a un movimiento por la paz mayor. La concentración final en la Columna de la Victoria, junto al parque de Tiergarten, fue precedida por varias marchas en las que cada grupo organizador leyó su propio comunicado. «Estalingrado, esta vez sin nosotros», podía leerse en una pancarta. Varios grupos aludían con su protesta a la II Guerra Mundial y a la invasión alemana de media Europa y Rusia, así como a la celebración de la victoria sobre el fascismo, de la que ha sido excluida Rusia, a pesar de los millones de víctimas soviéticas y de que su lucha fue decisiva para acabar con el nazismo.

«El genocidio en Gaza nos incumbe a todos».

Ésta ha sido la tercera gran manifestación contra la guerra desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022. A diferencia de las multitudinarias manifestaciones que tuvieron lugar hace unos meses en todo el país contra la extrema derecha, en las que los manifestantes pro-Palestina fueron expulsados, el genocidio en Gaza jugó un papel central en la protesta por la paz del sábado. Es la primera vez que una gran manifestación progresista, con rostros alemanes muy conocidos, abordó abiertamente y sin tapujos la masacre en Gaza.

La abogada Nadija Samour, que participó en el congreso sobre Palestina prohibido por las autoridades el pasado mayo, y que preparó la denuncia contra el gobierno alemán por apoyo al genocidio con los envíos de armas, participó con un discurso en el escenario: «Tenemos que utilizar todas las plataformas posibles para hablar contra el genocidio que tiene lugar en estos momentos en Palestina y denunciar la participación alemana en dicho genocidio». También otros oradores se refirieron a las masacres que Israel ha cometido en Gaza y en Cisjordania y criticaron la invasión del Líbano. Al final del acto, se leyó un emotivo poema en que se cuestionaba a la sociedad israelí si habían pasado de ser víctimas a verdugos.

La política del partido de izquierda Die Linke, Gesine Lötzsch, en el escenario, donde criticó el gasto en defensa

La diputada de Die Linke, Gesine Lötzsch, quien anunció hace meses que se retirará de la primera línea de la política en la próxima legislatura, hizo una dura crítica al rearme alemán y a sus costos para la sociedad. «Nos jugamos la supervivencia humana», aseguraba la política, una de las más veteranas y con gran popularidad, gracias a la cual el partido pudo entrar en el Bundestag en esta legislatura, ya que tiene un mandato directo en el barrio berlinés de Lichtenberg. Lötzsch recordó que las guerras son un crimen contra las personas y la naturaleza, que en las guerras solo pierden los pobres y en las guerras siempre hay ricos que salen ganando. Lötzsch abogó desde el principio por la participación en la protesta pacifista. «Necesitamos un movimiento por la paz más fuerte», recordó.

El abogado y figura política histórica de la unión democristiana bávara CSU, Peter Gauweiler, partido del que fue vicepresidente, participó con un discurso en el que aseguró que «estamos a punto de romper la promesa central de la fundación de la Bundeswehr (el ejército alemán)». La idea de que el ejército solo existiría para la defensa del país estaría en entredicho ahora, y recordó que ex-canciller Helmut Kohl no envió soldados a la guerra de Yugoslavia por ese motivo, ante lo cual recibió un extenso aplauso. A quien no aplaudieron sino que abuchearon fue, sin embargo, al diputado del partido socialdemócrata SPD, Ralf Stegner, que recordó el derecho a la defensa de Ucrania y la lucha contra el antisemitismo. Tanto uno como otro, sin embargo, han sido utilizados para justificar los envíos de armas, así como para aplicar una represión sin precedentes a la protesta por Palestina. Stegner también aseguró que el SPD debe ser parte del movimiento por la paz, ante lo cual también le pitaron.

Muchos asistentes a la marcha no coinciden con la política Wagenknecht sobre la restricción de la inmigración

La participación de políticos del SPD y de la CDU fue simbólica. Sin embargo, el mismo sábado, los hasta ahora ministros presidentes de Sajonia y Brandeburgo, Michael Kretschmer y Dietmar Woidke, de la CDU y el SPD respectivamente, dejaron constancia en una columna publicada en el Frankfurter Allgemeine Zeitung de su deseo de alcanzar un alto el fuego inmediato en Ucrania y pidieron al gobierno que negocie con Rusia, una de las demandas de la manifestación. En dichos estados es posible que se formen coaliciones con el partido de Wagenknecht, el BSW, que ha puesto esta cuestión y el no estacionamiento de misiles de largo alcance como condición las negociaciones de paz para entrar en los gobiernos regionales. Esta semana se han publicado rumores de que el canciller quería llamar por teléfono al presidente ruso, Vladimir Putin.

Contramanifestantes con carteles de «Rusia nunca más» y «Prostitutas del rublo. ¡Poneos a trabajar!»

A unos pocos metros de la concentración principal, varios cientos de personas se reunieron para manifestarse en contra de la marcha. Entre ellos se encontraban miembros del partido verde, Die Grünen, que fue el único partido visible con un stand y numerosas banderas en la contramanifestación. Por la mañana, ya se había manifestado otro grupo de personas frente a la embajada rusa y contra la manifestación pacifista. Llevaban máscaras con calaveras y colocaron varios sacos de basura negros en el suelo, simulando cadáveres. En una pancarta escribieron: «Rusia está librando una guerra de agresión». Entre los organizadores se encontraba la organización pacifista Sociedad Alemana por la Paz – Oposición Unida al Servicio Militar (DFG-VK). La asociación, que forma parte de la red Internacional de Resistentes a la Guerra, dejó clara la división del movimiento pacifista.