La sanidad pública se defiende contra la extrema derecha

Jesús Hellín / Europa Press
Al fascismo y a los recortes, que son lo mismo, se les planta cara movilizándose

No sé cuántas manifestaciones más serán necesarias para que se escuche a la ciudadanía y su descontento. Llevamos años sufriendo el deterioro de la sanidad pública madrileña hasta el punto de temer por nuestra seguridad, pero la lideresa mira para otro lado o para sus propios intereses. La sanidad pública debería estar blindada a nivel estatal para que ninguna comunidad autónoma pudiera hacer de las suyas con negocios privados, mordidas y otras triquiñuelas propias de la mafia.

Con la sanidad pública en Madrid está pasando como con los coles, poco personal, apenas plazas para los más pequeños, saturación, precariedad. La estrategia ya la conocemos bien, deteriorar al máximo los servicios públicos para que el ciudadano decida finalmente pasarse a lo privado pensando que ahí encontrará una solución, aunque nada de eso ocurra en realidad. Lo privatizado es un negocio, no va a velar por los intereses de nadie, salvo los suyos propios, pensar que en lo privado habrá solución es matar moscas a cañonazos, una trampa que lleva décadas gestándose y que les está saliendo de lujo a los poderosos, con la connivencia de los grandes medios de comunicación. Este proceso privatizador llevado a cabo a través de conciertos, concesiones administrativas y externalizaciones, está produciendo desperdicio de los recursos del sistema sanitario público.

Pero déjame decirte, aunque seguro que ya lo sabes, que un seguro privado de salud no va a salvarte la vida y que lo público tampoco lo hará al paso que vamos. Solo nos queda salir a la calle y seguir reivindicando nuestros derechos y la mejora de la sanidad pública, de las condiciones de los profesionales sanitarios, pedir que se pongan fin a las listas de espera interminables que nos asfixian y atemorizan como si se tratara de una tortura o un castigo a quienes menos tenemos. Me pregunto qué pecado tan grave hemos cometido para ser castigados de esta manera, y qué somnífero hemos tomado para seguir aguantando que se nos maltrate así.

Siempre se ha dicho que lo más importante que puede tener una persona es la salud, que el dinero ayuda y que el amor está genial si lo tienes, pero sin salud no hay nada que puedas hacer. Doy fe. Por eso, quizá me estás leyendo y pienses que soy una exagerada, porque eres una persona sana y crees que esto no va contigo, pero permíteme que te diga que estás equivocada, que en algún momento necesitarás ayuda sanitaria y que si seguimos al ritmo que vamos, no llegará a tiempo para salvarte a ti o a los tuyos. Por eso es tan importante que te unas a la marea blanca y agites tu pañuelo con miles de ciudadanos que hace tiempo llevan haciéndolo.

Los medios de comunicación masivos no hablarán de la importancia de la sanidad pública, ni de las manifestaciones y te pondrán anuncios en prime time sobre seguros privados con gente sonriente porque en realidad la mentira necesita de financiación para ser efectiva. Demasiado burdo, pero vamos con ello.

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En las calles de Madrid se luchará contra el fascismo y por la sanidad pública y habrá quien piense que son dos cosas distintas, pero no es así. Los partidos de ultra derecha llevan en su ideario terminar con los servicios públicos para enriquecerse aún más. Milei, sin ir más lejos, afirmó que “El Estado no es la solución, es el problema mismo” y por eso mismo decidió cortar la asistencia a pacientes con cáncer, enfermedades crónicas y autoinmunes. Como para él el estado es el problema la solución es abandonar a las personas más vulnerables a su suerte. Además muchos enfermos han denunciado que los recortes de Milei les han dejado sin los medicamentos que necesitan y que no pueden costearse. Por su parte, en Brasil, el ministro de Economía, de Bolsonaro, Paulo Guedes, afirmó en plena pandemia que el sistema público de salud estaba quebrado porque la gente quería vivir demasiado: “hasta 100 años”. Y es que a quién se le ocurre querer vivir. Giorgia Meloni no se queda atrás y ya le plantaron cara los profesionales sanitarios el año pasado en una huelga nacional convocada para protestar contra la "imprudente política sanitaria" de su Gobierno y contra los recortes de las pensiones previstos en los Presupuestos de 2024.

Hay muchas maneras de matar y la extrema derecha las conoce todas, no es necesario gastar munición para atentar contra las vidas humanas.

Todo ello podemos evitarlo si nos unimos y paramos la privatización de la sanidad pública y exigimos a nuestros gobernantes que nos devuelvan una sanidad de calidad universal que llevan años robándonos.

Este domingo confluimos la sociedad civil organizada por dos causas justas que son la misma, frenar a la extrema derecha coincidiendo con la llegada de líderes fascistas a nuestra ciudad, y parar el expolio de la sanidad pública madrileña. Al fascismo y a los recortes, que son lo mismo, se les planta cara movilizándose.