La masacre de la valla de Melilla fue premeditada por parte de España y Marruecos

Un nuevo informe destapa la realidad del, hasta ahora, calificado como incidente en la valla de Melilla hace dos años, donde tanto España como Marruecos actuaron emboscando a las personas migrantes

Fotograma correspondiente a un vídeo grabado por un dron español alrededor de las 9 de la mañana, que muestra el cordón de seguridad formado por los agentes de seguridad españoles con el objetivo de impedir el avance de las personas migrantes y expulsarlas de vuelta a través de la valla fronteriza. Guardia Civil, 24.06.22.
Informe La trampa de la frontera entre Nador y Melilla Border Forensics
Fotograma capturado por un dron español el día de la masacre — Informe La trampa de la frontera entre Nador y Melilla de Border Forensics

El informe elaborado por el Centro para la Defensa de los Derechos Humanos IRIDIA, Border Forensics y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) con ayuda de distintos actores civiles como periodistas, investigadores especializados en las políticas migratorias y racismo, expertos en reconstrucción espacial y visual, estadísticos, arquitectos y directores de cine documental desmonta la versión oficial calificada como incidente por parte de las autoridades marroquíes y españolas.

Durante estos dos años posteriores a la masacre, en la que se confirmaron 27 asesinatos y 70 desapariciones, estas ONG han analizado y repasado tanto los hechos de aquel día, así como fotos satelitales e incluso la coyuntura política que permitió que esta situación acabara sucediendo.

Coyuntura política

Durante 2021 y 2022, en los meses previos a la masacre, hubo una serie de acontecimientos que condicionarían la situación entre ambos países como para llegar a la situación del 24 de junio en Melilla.

En mayo de 2021, Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, organización internacionalmente reconocida como representante del pueblo saharaui debido a la ocupación de su territorio por parte de Marruecos, sería ingresado en un hospital español, lo cual fue justificado por razones humanitarias ante un Marruecos que respondió asegurando que habría consecuencias.

Rabat suspendería los controles fronterizos por parte de las autoridades marroquíes durante dos días, ocasionando la entrada de más de 8.000 personas. Ante esto, España desplegó el ejército y acuso a Marruecos de dejación de funciones en el control de la frontera, ante lo cual, Marruecos respondió a España asegurando que esta era la responsable de la situación. El embajador marroquí de Madrid se acabaría retirando del país en señal de protesta.

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Para marzo de 2022, cuando se vuelven a registrar múltiples intentos de saltos de la valla, las relaciones aún se encontraban en crisis y a las personas migrantes negras se les permitió también instalarse en los bosques del monte Gurugú cercano a Melilla sin oposición. Estos saltos de miles de personas se saldarían con más de 1.240 personas migrantes consiguiendo entrar en Melilla y con varias denuncias por las actuaciones represivas de la Guardia Civil. Todos estos saltos se produjeron a plena luz del día (cosa poco común) y en la misma sección del perímetro, además, la proporción entre número de personas migrantes y número de agentes marroquíes era muy desproporcionada, habiendo muchos menos agentes desplegados, con lo cual, hay que entender que Marruecos se encontraba en un ciclo permisivo. Incluso un entrevistado declaró: “Cuando las relaciones entre Marruecos y España son tensas, son los propios oficiales (marroquíes) los que nos sugieren que crucemos”.

El contraste con España era evidente, había un operativo mucho mayor del habitual e intensificó la militarización de la frontera.

A partir de abril de 2022, con la reconciliación entre ambos países, la represión empeora. Esto coincide con el cambio de criterio por parte de Pedro Sánchez sobre el Sahara Occidental, el cual pasa a alinearse con la postura marroquí. Esto se entiende como la búsqueda del aseguramiento de España de la cooperación marroquí en el control de la inmigración.

Según señala la ONG marroquí AMDH-Nador, es a partir de este momento cuando las fuerzas marroquíes se movilizan más intensamente, durante 18 días los ataques y desalojos a personas migrantes se producen prácticamente a diario, además, a diferencia de otras ocasiones donde únicamente se movilizaban fuerzas auxiliares, esta vez todos los cuerpos de seguridad del Estado marroquí estaban en terreno, bajo supervisión y con la participación del Gobernador de Nador y de los comandantes de la gendarmería y de las fuerzas auxiliares.

A partir del 23 de mayo, la misma organización asegura que la represión se recrudeció, produciéndose enfrentamientos violentos entre las autoridades y las personas migrantes en sus campamentos. Hubo uso de gases lacrimógenos, mientras, las personas migrantes intentaban defenderse con piedras. Desde este periodo hasta finales de junio, las personas migrantes negras fueron perseguidas por toda la región, llevando a cabo también un gran número de detenciones, destrucciones de campamentos y robo o destrucciones de bienes y alimentos.

Hubo un reagrupamiento en dos campamentos a 20 kilómetros de la valla en Melilla, sin embargo, la represión continuo rampante hasta el punto en que las autoridades comenzaron a ordenar a comerciantes en las inmediaciones que no vendieran nada a las personas migrantes negras. Esto muestra una estrategia por parte de las autoridades marroquíes para forzar a las personas migrantes a abandonar sus campamentos. Incluso se documentó que en una de las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas marroquíes, las personas migrantes se defendieron e hirieron a varios agentes.

Todo este periodo de enfrentamiento y represión fue mostrado por la prensa marroquí como una nueva actitud por parte de los migrantes (principalmente sudaneses), la cual justificaría en su discurso la violencia desigual ejercida por parte de las autoridades marroquíes. Incluso llegaron a catalogar a estas personas como soldados, lo cual serviría de legitimación para la represión letal que sucedería posteriormente.

Los enfrentamientos, una vez más, obligarían a estas personas a desplazarse hasta el sur del Monte Gurugú, a unos 6 kilómetros de la valla de Melilla. Aquí también recibirían ataques hasta el punto culminante del 23 de junio.

Reconstrucción cronológica del 24 de junio de 2022

Los días previos al 24 de junio de 2022, cuando se acabaría produciendo la masacre, hubo un enfrentamiento entre grupos de personas migrantes y una fuerza militar reforzada, de igual manera, las personas migrantes recibieron una advertencia por parte de las fuerzas marroquíes el día antes de la masacre, para al día siguiente acabar dejando pasar a estas personas hasta la frontera, incluso se documentaron infiltrados entre las personas migrantes con el fin de condicionar la actuación de estos.

Así mismo, el puesto fronterizo del Barrio Chino donde se produjo la masacre es una herramienta esencial dentro del aparato represor que opero aquel día. Este se constituye de dos secciones, una del lado marroquí bajo control legal marroquí, pero con parte construida en suelo español y otra del lado español, también controlada por sus propias autoridades y en suelo español completamente. Estas están separadas por puertas tanto exteriores que dan a ambos países, como interiores que dan lugar a los checkpionts controlados en los que pasa la gente y cruza la frontera entre ambos países. El patio grande que se mencionara a continuación forma parte de la parte marroquí del puesto fronterizo, sin embargo, este tiene una parte en suelo español y lo conforma el límite entre la puerta exterior que da a Marruecos y el checkpoint que permite la entrada a la sección del puesto fronterizo controlado por España.

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Situación del punto fronterizo del Barrio Chino en Melilla proporcionado por el informe
Mapa cronológico de la masacre de Melilla
Mapa cronológico de la masacre de Melilla proporcionado por el informe

4:00: Un grupo de aproximadamente 2.000 personas partió desde el Monte Gurugú, consiguiendo caminar 6 kilómetros hasta la frontera sin ningún tipo de oposición.

8:00: llegada del grupo al perímetro fronterizo y comienzo de los primeros enfrentamientos con las fuerzas marroquíes para después ser desviados hacia el puesto fronterizo del Barrio Chino, las cuales acabarían en el patio que controlan las autoridades marroquíes mientras se ejercía violencia desde ambas autoridades.

8:27: para esta hora con ya la mayoría de las personas migrantes en el patio grande, intentan abrir la puerta que conduce al lado español, pero comienzan a ser gaseadas por autoridades de ambos países y las fuerzas marroquíes bloquean la salida del patio grande hacia Marruecos, impidiendo que escape nadie. Según el informe de la fiscalía, ese día se usaron hasta 270 disparos de diversos medios antidisturbios.

8:42: para esta hora algunos habían conseguido entrar a Melilla, pero cuando finalmente acceden las fuerzas marroquíes al patio, se abre la verja que da acceso al lado español, ocasionando una aglomeración para entrar, ante esto, la Guardia Civil reacciona impidiendo la entrada de las personas migrantes, incluyendo el uso de violencia. Esta situación se prolongaría hasta las 9:00.

9:30: Fuerzas marroquíes cruzan al lado controlado por España con el permiso de sus autoridades y comienzan devoluciones en caliente mediante métodos violentos, a pesar de que muchas de las personas migrantes ya se encontraban heridas antes de este momento. Esta situación se prolonga hasta las 13:30 y es en este plazo donde se producen linchamientos y aparecen las imágenes de cuerpos apilados dentro y fuera del puesto fronterizo.

13:30: A partir de esta hora y hasta las 15:00, se produce una limpieza de la escena del crimen y se usan buses para trasladar a los supervivientes lejos de la frontera.

El día se acabaría saldando con solo 134 personas consiguiendo entrar y solicitar asilo y 470 personas devueltas de manera ilegal mediante devoluciones en caliente. Las autoridades marroquíes reconocerían solo 23 muertes, mientras que AMDH-Nador, que trabaja en el lado marroquí, cifraría 27 asesinados y 70 desaparecidos hasta del día de hoy.

Las principales causas de muerte fueron debidas a la represión, principalmente el uso de gas y los golpes, ya que los ataques se produjeron de manera desproporcionada, incluso se registró a guardias civiles tirando piedras a personas migrantes o usando balas de goma contra las mismas. Este uso de la fuerza propició que las personas migrantes en sus ánimos de escapar acabaran acorraladas y sin escapatoria ante la violencia por ambas partes.

Respuesta oficial rebatida

La respuesta española a las actuaciones se basó en la necesidad de mantener el orden y en respuesta a “actos de violencia” supuestamente cometidos por las personas migrantes, las cuales fueron relacionadas de manera directa con “mafias”. Fernando Grande-Marlaska, Ministro del Interior español, insistió ante el Congreso de los Diputados que la violencia usada aquel día no respondía a ninguna masacre.

La Fiscalía General del Estado remitiría un informe acerca de la situación más detallado, pero igualmente sesgado y con diversas omisiones para acabar no asignando responsabilidades a nadie en el Estado español y solicitando el cierre de la investigación.

Por otro lado, la respuesta marroquí fue aún más opaca, manteniendo la línea española, pero además justificando ante relatores de la ONU la violencia, basándose en los resultados de la misión de investigación llevada a cabo por el Consejo Nacional de Derechos Humanos, la cual hizo una investigación sin atribuir responsabilidades que fue fuertemente criticada por ser sesgada.

Ambos estados coinciden en diversas cuestiones: legitimidad de la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por estar justificada en la necesidad de mantener el orden y en respuesta a unos “actos de violencia” cometidos por las personas migrantes. La muerte de las personas migrantes se produjo por aglomeraciones mientras intentaba cruzar la frontera, lo cual acabo provocando una “avalancha” humana y “empujones mortales”. Las autoridades españolas no eran conscientes del peligro para las personas migrantes en el lado de la frontera controlado por las fuerzas marroquíes. Las muertes se produjeron exclusivamente en el lado marroquí de la frontera.

Todo esto se ve contradicho en la reconstrucción hecha en el informe. No hubo una actuación proporcional en respuesta a una violencia ejercida por las personas migrantes, se las llevó a una situación límite previamente planeada con el fin de crear una situación ejemplarizante mediante el uso de una violencia al alcance de las autoridades y de las que sabían que podían escapar a la justicia.

Las aglomeraciones no fueron ocasionadas a motu proprio por las personas migrantes, hubo un condicionamiento por parte de personas infiltradas y por las autoridades marroquíes que aun sabiendo que se dirigían a la frontera, decidieron interceptarlas y emboscarlas en este sitio concreto.

Las muertes no fueron exclusivamente en el lado marroquí y mucho menos las autoridades españolas desconocían la naturaleza y el peligro que podía entrañar el puesto fronterizo. Las autoridades marroquíes tuvieron acceso al lado fronterizo controlado por España, donde se les permitió hacer devoluciones en caliente y volvieron a golpear a las personas migrantes, por otro lado, las autoridades españolas eran plenamente conocedoras y fueron testigos de la situación, tanto en el patio bajo control marroquí y las escenas de violencia que allí presenciaron, como posteriormente cuando permitieron a las fuerzas marroquíes devolver forzosamente a algunas personas, sabiendo lo que les esperaba en el lado marroquí. 

La reconstrucción hecha por el informe y el análisis del mismo permite entender las lógicas políticas y diplomáticas que desarrolla España con su vecino, el cual más que un rival, se constituye como un aliado en la gestión fronteriza, como zona de no responsabilidad y como carta blanca sobre la cual depositar las violaciones de Derechos Humanos con las que España y Europa no quiere mancharse las manos.

Así mismo, revela una connivencia entre España y Marruecos en la clave segregadora y discriminadora hacia las personas negras, lo cual permite la creación de un clima de impunidad entre las autoridades de ambos países, que ven como algo normal y común ejercer este tipo de violencias y usar cualquier medio disponible para “proteger” la frontera.