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Bittah: “Necesitamos gamers, youtubers e influencers de nuestro bando en lugar de abandonar esa batalla”

Creo que de alguna forma el discurso de la extrema derecha ha cambiado sus códigos; antes era muy anecdótico encontrarse a un chaval en un aula con un discurso próximo a la derecha o al liberalismo; ahora es bastante común.”

Bittah en La xarxa ultra de TV3

Alba (Bittah) es conocida por ser MC en Tribade, grupo referente dentro de la escena reivindicativa por sus mensajes feministas, antifascistas y anticapitalistas. Pero Bittah, tal y como la vimos en el documental La xarxa ultra de TV3, también forma parte del equipo de Versembrant, una escuela popular itinerante “que pretende fomentar la conciencia crítica de los jóvenes mediante el arte urbano y el hip hop.” Sus talleres tanto de rap como de producción y de artes plásticas tratan el sexismo, el racismo, la xenofobia…Según se definen, “Versembrant es Filosofía de la praxis hecha rap”.

Este proyecto educativo abarca tanto al alumnado que cursa la educación secundaria (ESO, Bachillerato y Formación Profesional) como a jóvenes de todo tipo de centros educativos, residenciales, de educación en el ocio… Igualmente, Versembrant ofrece a los profesionales y a las personas que forman parte del ámbito educativo (madres, padres, profesorado, tutores…) herramientas y formación.

Hablamos con Alba (Bittah) sobre su trabajo como educadora en las aulas para combatir los discursos de la ultraderecha que cada día calan más en la población joven.

¿Nos puedes explicar un poco en qué consiste tu trabajo en los centros educativos?

Versembrant somos una escuela popular itinerante. Trabajamos distintas cuestiones dentro (y en muchas ocasiones, fuera también) del aula: contenidos del currículum ordinario (poesía, métrica, rima, metáforas, expresión oral y escrita…) y valores como el antifascismo, prevención de discursos del odio, racismo, feminismo, bullying, salud mental… Y lo hacemos a través de una psicotécnica de los sentimientos como es el rap y la cultura hip hop. El trabajo consiste en dar herramientas tanto para la reflexión crítica como para la expresión artística y la creatividad, que son partes fundamentales en el desarrollo como personas.

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¿Qué técnicas utilizas para desenmascarar los bulos de los fachatubers y los mantras de la extrema derecha sobre el racismo, el machismo, la xenofobia…?

Con el tiempo y rodaje en escuelas e institutos, te das cuenta de que las técnicas que utilizábamos hace relativamente poco (5 años, más o menos) cada vez quedan más obsoletas. Creo que de alguna forma el discurso de la extrema derecha ha cambiado sus códigos; antes era muy anecdótico encontrarse a un chaval en un aula con un discurso próximo a la derecha o al liberalismo; ahora es bastante común. En Versembrant somos muy partidarios de construir una escuela democrática y republicana y, esto es, poder generar debates donde afloren discursos que, como educadoras, son difíciles de escuchar. Pero tiene que haber lugar para eso. En esto el vínculo es primordial y, en cómo encaras el debate.

Un adolescente tiene que sentir que su opinión puede ser expresada y, desde ahí, hay que confrontar con pedagogía y argumentos la rumorología sobre la que se sustentan esos discursos. Ahí tenemos un bastión muy grande: volver a la cuestión de la clase y a cómo el capitalismo o el sistema utiliza sus herramientas para dividirnos y enfrentarnos por cuestiones de raza y género (a veces el chivo expiatorio son los inmigrantes, otras los pobres, las trans, las mujeres…). Pero el "enemigo" madruga igual que sus padres e intenta hacer lo que puede para sobrevivir.

La cuestión del feminismo es, quizás, la que más polémica genera y la vía por donde se introduce mucho ese discurso, porque como dice Miquel Ramos, la derecha genera espacios de seguridad, como la masculinidad. Entonces ahí hay que mostrar cómo la masculinidad es también un nido de malestar.

¿Cómo ves actualmente el avance cultural y político de la extrema derecha? ¿De qué manera influencian en las redes sociales en todo esto?

Siempre pongo el mismo ejemplo. Cuando yo era adolescente, en mi imaginario, un fascista era alguien mayor, casposo, conservador. Hoy en día ese imaginario ha cambiado. La figura de un fascista (digo fascista por englobarlo y no entrar en el debate liberalismo/fascismo) la encarna el varón joven, hetero, blanco, de éxito, fuerte, emprendedor, irreverente, políticamente incorrecto, de alguna manera, moderno, educado, con valores como el esfuerzo y la constancia (por cierto, valores nuestros, de nuestra clase).

Está claro que quienes elaboran esos discursos se han puesto las pilas a nivel cultural y tecnológico, cuando, hace años, era un espacio más propio de la izquierda. Internet hace unos años era un lugar donde contrastar la información que vendían los mass media (¿quién no se acuerda de Indymedia o Kaos en la red?). Necesitamos gamers, youtubers e influencers de nuestro bando en lugar de abandonar esa batalla.

¿Qué papel están jugando redes como Tik Tok, X, Instagram, Youtube…?

Las redes sociales están programadas para ser consumidas rápidamente y que no haya lugar para una reflexión profunda. Ese tipo de mecanismo o dinámica es justo cómo funcionan los discursos de la derecha: soluciones fáciles a problemas difíciles (frase que siempre dice mi padre). Buscar al culpable y el argumento fácil, no ir a la raíz del problema. Por no hablar de cómo funcionan los algoritmos y demás.

¿Qué medidas pondrías en marcha desde las instituciones para frenar ese avance reaccionario?

Creo que es necesario actualizar los códigos y lenguajes. Nos movemos con el mismo discurso y vías que hace 10 años. Necesitamos recuperar y retomar los espacios que nos han pertenecido: la cultura, la música, el deporte, la literatura. El papel de "medias tintas", que ha jugado muchas veces el feminismo institucional o la izquierda en ciertos gobiernos, genera desencanto y que la gente se mueva al polo opuesto. "El reformismo es la pata izquierda del fascismo". Y con esto no estoy en contra de reformar ciertas cosas, pero la falta de firmeza en muchas políticas de la izquierda (por los límites que genera el propio sistema) ha facilitado esa orfandad política que sienten muchos jóvenes.

¿Cómo es posible que la extrema derecha que representa a la perfección el sistema capitalista en su versión más auténtica se pueda disfrazar de irreverente y de outsider?

Creo que de alguna forma quien produce esos discursos juega la famosa carta de "ni izquierda, ni derecha", no se define, ataca a la izquierda, pero tampoco se casa con nadie… Eso te sitúa fuera de "los márgenes" políticos; es un lugar cómodo y cobarde; nunca tendrás que asumir una crítica o un fracaso. Por otro lado, todavía no ha venido el "gran golpe" en el que partidos como VOX puedan legislar completamente y se caigan las caretas; ahí podremos ver qué movimientos empiezan a haber.