CGPJ: De bloqueo en bloqueo y tiro porque me toca

El pasado cinco de agosto se votó por tercera vez, sin éxito, el nombramiento del Presidente o Presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que a su vez se convertiría en el homónimo del Tribunal Supremo.

En la renovación pactada por PSOE y PP se repartieron 10 vocales conservadores y 10 progresistas, sin embargo, para el nombramiento del cargo de presidente dentro del órgano se requiere mayoría de tres quintos entre los vocales del mismo, con lo cual, por lo menos dos vocales de alguno de los dos bloques deberá votar a favor de la propuesta del bloque opuesto a estos.

 El desacuerdo reside básicamente en las preferencias de ambos bloques en cuanto al perfil que debe ocupar este puesto. Por un lado, los conservadores prefieren a Pablo Lucas, según ellos, por sus méritos, mientras que el lado progresista prefiere que sea una mujer quien presida el órgano, concretamente Pilar Teso.

Cabe destacar que aquel nombrado presidente o presidenta, además de ostentar el mismo cargo también en el Tribunal Supremo, ostenta el voto de calidad dentro del CGPJ, con lo cual, ante un empate, hacia donde se incline su voto sería decisorio a la hora de adoptar acuerdos en un órgano en empate absoluto por la repartición que hicieron PP y PSOE del mismo.

En la actualidad, incluso se ha constituido una comisión negociadora entre ambas partes con el fin de desatascar este nuevo bloqueo fuera de los hasta ahora plenos convocados en el CGPJ para este fin.

Según adelantó Elena Herrera en eldiario.es, el objetivo de esta comisión sería poder celebrar un pleno a finales de este mes con un acuerdo cerrado o con posibilidades de desbloqueo de manera rápida una vez se vuelva a los plenos en los que se decidiría esta cuestión.

Los vocales elegidos por el Gobierno apelan a “un nuevo ciclo” en el que el órgano debería ser presidido por una mujer de sensibilidad progresista, ya que hasta ahora todos los presidentes han sido hombres, así como los rivales de estos para el puesto.

Los vocales elegidos por el PP, en cambio, apelan al perfil meritorio de Pablo Lucas, sin embargo, accedieron a elegir una mujer, siempre y cuando no esté fuera de sus filas, es decir, Carmen Lamela o Esperanza Córdoba, sin embargo, los progresistas creen que “se necesita una presidenta con personalidad”, ya que se viene de muchos años de órganos conservadores y los resultados los tenemos presentes.

 En torno a la cuestión del sexo, si atendemos a datos del CGPJ de este año, encontramos que hay más mujeres que hombres en la carrera judicial. Hay un 57,2% de mujeres frente a un 42,8%; sin embargo, esta mayoría no refleja una paridad en los órganos superiores. El mejor dato es de la Sala de lo Penal con tres juezas frente a 15 jueces, y esto a pesar de la gran disparidad que se muestra.

Por otro lado, se da el particular hecho de que Pablo Lucas a pesar de haber sido elegido por el PSOE, fue precisamente quién presidió el tribunal que condenó al fiscal general del estado, Álvaro García Ortiz en el primer nombramiento de Dolores Delgado así como el más reciente nombramiento de Isabel Rodríguez Mateo para el mismo puesto.

Otra propuesta hecha por el sector conservador ha sido la de abrir una consulta a la carrera judicial para preguntar quién debería asumir la Presidencia del órgano, la cual además ha sido vista con buenos ojos por varias de las asociaciones de jueces, sin embargo, el sector progresista rechaza la propuesta insistiendo en que deben ser aquellas que ellos han propuesto, con lo cual, a voz de pronto no parece que vaya a haber un segundo desatasque en la cuestión del CGPJ.