Gambito de togas: ¿Ayuso al banquillo?

He de confesar que mi yo más tenebroso disfruta con la perspectiva de una guerra entre jueces fachas y jueces rojos repartiéndose mandobles con tochos jurídicos

Qué hartazgo de política. Ya ni nos dejan disfrutar la resaca tras la noche del Ausente en Lugarnuevo, mi pueblo toledano. No nos despertaron a los ausentes las campanas de la iglesia tañendo jaquecas de viernes, sino el griterío del Partido Socialista Obrero Español anunciando que en septiembre iniciará acciones legales para que se investiguen judicialmente el piso del novio de Isabel Díaz Ayuso y las sospechosas adjudicaciones de la Xunta a la empresa de la hermana de Alberto Núñez-Feijóo. Bueno, y otros líos de familia y amor que no tengo tiempo ni ánimo de detallar aquí, cotillas.

En resumen, que Pedro Sánchez se apunta al lawfare. Porque exige a Ayuso y Feijóo explicaciones públicas antes del 1 de septiembre, y no se las van a dar, así que no le va a quedar otra que llevarlos a los tribunales.

Los políticos de ahora ya no tienen decencia para dejar de agendarnos su estrés ni en agosto. Un día se fuga Puigdemont, otro sacan a Miguel Tellado a la playa sin bozal, Wall Street Journal nos desvela que Volodimir Zelenski no es tan fiel a Europa y ordenó sabotear el gasoducto Nord Stream, a Feijóo se le desprende una retina, Ayuso reclama que se incluya en la ESO el estudio de los Principios del Movimiento Nacional, y ahora el PSOE nos anuncia su lawfare de verano cual bebida informativa refrescante.

Al contrario que las bicicletas, los lawfares no son para el verano, amigos socialistas. Demasiado calor bajo las togas. No se me ocurre a mí razón por la que el PSOE ha tenido que hacer este trascendente anuncio a mitad de agosto, cuando el estridor de los chiringuitos playeros nos impide escuchar las sabias elocuencias de nuestros gobernantes.

Cuando un gobierno anuncia una comparecencia en agosto, generalmente es consecuencia de una catástrofe natural o desgracia semejante, o bien para colar alguna medida muy impopular, como quitar becas a los niños pobres o camas hospitalarias a los viejos pobres. Catástrofes naturales también, al fin y al cabo, pero menos fotogénicas.

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El mensaje que nos deja el partido de Gobierno aquí y en Catalunya es que el lawfare va a ser un mecanismo más de hacer política, incluso desde la honradez. El PSOE nos viene a decir que nuestros corrompidos jueces solo tomarán la iniciativa de investigar los desmanes de la derecha si les obliga la súper-izquierda socialista desde su poder de puño y su representatividad de rosa. El parlamento y la puta calle, o sea. Más un ejército de picapleitos, que van a ser los que acabarán dirigiendo nuestra democracia a poco que nos descuidemos.

Si el PSOE sigue adelante con su amenaza, puede bautizar el dispositivo como Operación Jaula sin miedo a repetir ridículos, pues un juez facha impelido a investigar a la familia de Feijóo y a los comisionovios de Ayuso va a sentirse como un pajarillo enrejado en una mina. Da morbo pensarlo.

De cara al exterior, esa Europa que tanto se divierte con nuestras extravagancias jurídicas y políticas lo va a pasar pipa con un partido de gobierno llevando al banquillo a los dos principales líderes de la oposición (Ayuso y Feijóo, por este orden). Sin tener en cuenta que el líder de ese partido acusador, Pedro Sánchez, es un caballero muy distinguido y apreciado por su moderación allende nuestras fronteras (aquí es un ninot). La imagen exterior de PS está en juego si sigue adelante con este inesperado gambito de togas. Von der Leyen lo va a mirar como a un perroflauta tuneado.

He de confesar que mi yo más tenebroso disfruta con la perspectiva de una guerra entre jueces fachas y jueces rojos repartiéndose mandobles con tochos jurídicos. Podríamos encerrarlos en la plaza madrileña de la Villa de París, sede del Tribunal Supremo, y cerrar el Congreso y el Senado hasta saber quién ha sobrevivido a la batalla y quién nos debe gobernar. Hay que dotar a la división de poderes de fórmulas modernas y más disruptivas. Mira qué bien nos fue con el Consejo General del Poder Judicial, perropresi.