El Palco del Bernabéu y la boda de Almeida

A. Pérez Meca / Europa Press / ContactoPhoto
El principal actor del régimen del 78, sostén indispensable del bipartidismo monárquico, es el PSOE. Pedro Sánchez es el personaje político que más sibilinamente ha actuado

Al Madrid delimitado por la M30 Enric Juliana lo llama Madrid DF. Dentro de esos 84 Km2, una superficie que supone tan solo un 0,0166% de los 506.030 Km2 de superficie que tiene España, se concentra la casi totalidad del poder económico, mediático, judicial y político. Sería suficiente observar esta acreditada realidad para hacer notar que la España de las autonomías, dirigida desde la boda de Almeida o el palco del Bernabéu, es en realidad la España de las desigualdades territoriales.

Un modelo político exhausto que usa la concentración de poder en el interior de la M30 para sostener las desigualdades de clase, las de género, y el expolio de territorios y recursos ambientales tanto de Madrid como de fuera. Un modelo que consolida la desigualdad y el deterioro de los servicios públicos, tanto internamente en la Región de Madrid, como en el resto del estado que coloniza con una persistente extracción de capital humano, capital dinerario y capital ambiental.

El modelo se sustenta sobre la base de un ecosistema electoral bipartidista, PSOE/PP, que se ha visto desde sus orígenes obligado a negociar con las representaciones políticas de las burguesías vasca y catalana. Este modelo se resquebraja con la irrupción de la crisis del capitalismo global de 2008, la cual rompe las expectativas de vida de toda una generación nacida con la Expo 92 y la olimpiada de Barcelona, criada con el “España va bien” de José maría Aznar, y traicionada por la promesa del pleno empleo de las segundas elecciones que gana José Luis Rodríguez Zapatero.

El principal actor del régimen del 78, sostén indispensable del bipartidismo monárquico, es el PSOE. Pedro Sánchez es el personaje político que más sibilinamente ha actuado, y actúa, para impedir que las crisis, socioeconómica y territorial, que abren paso a Podemos y al independentismo catalán, logren descomponer la estructura de poder domiciliada en el interior de la M30.

En virtud de esa función sostén del régimen bipartidista monárquico, el PSOE liderado por Sánchez, se resiste a dos reformas legislativas imprescindibles para mejorar la democracia, dos reformas que puede hacer sin el concurso del Partido Popular, la reforma de la ley que regula la elección del CGPJ y la derogación de la ley mordaza  que impuso M. Rajoy y que tanto daño causa al activismo social. Dos reformas que deberían condicionar el apoyo de legislatura de las izquierdas plurinacionales y soberanistas, para no dejar la exclusiva de la presión a PNV y Junts.

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El elenco de invitados a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez — Almeida representa la herencia franquista incrustada en el régimen democrático del 78. La presencia de hasta seis ministros y ministras del PSOE y el presidente del Tribunal Constitucional en el palco del Bernabéu, para ver el Real Madrid— Manchester City, representa la función política del PSOE como freno de cualquier avance democrático. Hechos, con denominador común, que son metáforas de cómo se cohesiona el poder dentro de la M30 para seguir forrándose a costa de nuestras vidas.