Guía para entender la frenética campaña de las elecciones anticipadas en Francia

Cinco puntos para comprender una incierta carrera electoral que, según los sondeos, se ha convertido en un duelo entre la ultraderecha y la izquierda

June 17, 2024, Montreuil, France, France: Montreuil, France June 17, 2024 - Campaign meeting of the French left-wing coalition known as the New Popular Front as part of the electoral campaign for the parliamentary elections. The early legislative election in France will be held in two rounds, on June 30 and July 7 ..POLITIQUE, MEETING, FRONT POPULAIRE, ELECTIONS LEGISLATIVES, VOTE, MILITANTS, ILLUSTRATION.,Image: 882633250, License: Rights-managed, Restrictions: * Belgium, Denmark, France and Germany Out *, Model Release: no, Credit line: Vincent Isore / Zuma Press / ContactoPhoto
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Francia celebrará a finales de mes sus primeras elecciones legislativas anticipadas desde 1997. El presidente francés, Emmanuel Macron, activó el botón rojo de estos temerarios comicios tras el batacazo de su partido —apenas el 14,6% de los votos, menos de la mitad que la ultraderecha de Marine Le Pen (31,4%)— en las europeas del 9 de junio. La Reagrupación Nacional (RN, extrema derecha) afronta como favorita la contienda del 30 de junio (primera vuelta) y el 7 de julio (segunda vuelta). Convocada en el plazo mínimo permitido por la ley, esta campaña ha abocado el país vecino a unos inciertos comicios que, según los sondeos, apuntan a un duelo entre la extrema derecha y la nueva coalición unitaria de la izquierda.

¿Por qué Macron ha convocado estas elecciones en uno de los peores momentos para su partido? ¿Cómo los partidos progresistas superaron sus divisiones? ¿Qué impacto puede tener el pacto entre el partido de Le Pen y el presidente de Los Republicanos, Éric Ciotti? ¿El miedo a la ultraderecha favorecerá un aumento de la participación, sobre todo entre los jóvenes? Diario.Red analiza en cinco puntos la frenética y compleja campaña para la futura Asamblea Nacional.

1. ¿Por qué Macron ha convocado estos comicios?

¿Qué mosca le picó al presidente francés? Es la pregunta que se hacen analistas, periodistas y ciudadanos sobre esta convocatoria electoral. El diario conservador Le Figaro la describió como “un harakiri” para Macron, mientras que el rotativo de izquierdas L’Humanité se refirió a ella como una “apuesta loca”.  “Ha impulsado unas elecciones anticipadas en un momento en que las intenciones de voto de su partido son extremadamente bajas (19-18%). Esto debería haber evitado que se lanzara a una aventura de este estilo. (…) Creo que está muy mal aconsejado”, sostiene el politólogo Christophe Bouillaud, profesor en Sciences Po Grenoble.

El dirigente centrista —cada vez más anclado en la derecha— llevaba semanas reflexionando sobre la posible disolución de la Cámara Baja. Pero lo hizo en secreto, sin haber avisado al primer ministro, Gabriel Attal, ni a la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, quienes no lo supieron hasta el atardecer del 9 de junio.  Macron confiaba en coger con el pie cambiado a sus adversarios, sobre todo a los partidos progresistas, cuyas discrepancias se habían evidenciado durante la campaña de las europeas. “La izquierda necesitará mucha suerte si quiere mantenerse unida”, dijo el jefe de Estado el 9 de junio por la noche a sus asesores, según el semanario L’Express.

2. ¿Cómo la izquierda ha logrado unirse en cuatro días?

Sin embargo, ante la amenaza de una victoria ultra, los dirigentes de la Francia Insumisa (afines a Podemos o Sumar), el Partido Socialista (PS), los verdes y los comunistas anunciaron un acuerdo preliminar desde el 10 de junio para presentarse de manera conjunta. El 13 de junio por la noche habían culminado esta alianza electoral.

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Esta incluye tanto la repartición de las 577 circunscripciones como un programa común, basado en un socio-ecologismo radical y una ruptura con el neoliberalismo. Entre varias medidas emblemáticas, propone derogar la impopular reforma de las pensiones del año pasado, aumentar el salario mínimo a 1.600 euros netos —actualmente es de cerca de 1.400— y establecer subidas salariales automáticas en función de la inflación. Sus candidatos van a presentarse con la etiqueta Frente Popular Ecológico y Social. Este nombre evoca al Gobierno de izquierdas entre 1936 y 1938, liderado inicialmente por el socialista Léon Blum y que consiguió grandes conquistas sociales, como las vacaciones pagadas o las 40 horas de trabajo semanal.

Tras un último año marcado por la ruptura de la alianza NUPES y las tensiones en la gauche, ¿cómo lograron ponerse de acuerdo en apenas cuatro días? “Ante la posibilidad de un gobierno ultra con Jordan Bardella (mano derecha de Le Pen) como primer ministro, la izquierda ha tenido el buen reflejo de hacer todo lo posible para evitarlo”, destaca el analista Stefano Palombarini, autor del libro L’illusion du bloc bourgeois.

Según este profesor en la Universidad París VIII, esa alianza se vio favorecida por otro motivo menos romántico: “Todo una parte de la izquierda (sector moderado del PS, los verdes o la dirección de los comunistas) intentó utilizar las europeas para cambiar la correlación de fuerzas —claramente favorable en 2022 a los insumisos de Jean-Luc Mélenchon— y constituir una nueva coalición sin la Francia Insumisa. Pero esa estrategia no funcionó, ya que el partido de Mélenchon obtuvo un millón de votos más (cerca del 10%) en comparación con las europeas de 2019 (6%)”. Al final se impuso el pragmatismo en un espacio progresista en que conviven dos almas. O, más bien dicho, dos estilos de hacer política.

3. ¿Mantendrán esta unidad pese a la falta de un líder claro?

Hasta el viernes por la noche todo había ido sobre ruedas para la gauche. Desde entonces, han aflorado tensiones internas en esta coalición, que peca por la falta de un líder claro. En la repartición de las candidaturas, la Francia Insumisa se ha mantenido como fuerza motriz (con 229 circunscripciones), pero ha ganado peso el PS con 175.

A pesar de haber liderado la NUPES (otra alianza unitaria) en las legislativas de 2022, Mélenchon se ha visto obligado a dar un paso al lado para que viera la luz el Frente Popular. Pero no renuncia a convertirse en primer ministro. El secretario general del PS, Olivier Faure, propuso este martes que hubiera una votación entre todos los representantes de izquierdas para elegir al jefe del Ejecutivo, en caso de una hipotética mayoría parlamentaria de izquierdas. En cambio, los dirigentes insumisos preferirían que fuera el grupo de izquierdas más numeroso —probablemente el suyo— el que proponga ese nombre, que deberían aceptar el resto de las formaciones.

A estas discrepancias, se le han sumado las tensiones internas en estos partidos. La Francia Insumisa ha decidido apartar a cuatro diputados disidentes que presionan desde 2022 para que Mélenchon abandone el liderazgo del espacio en beneficio de otros perfiles, como el mediático François Ruffin o Clementine Autain, ambos muy cercanos a esos disidentes y al ala izquierda del PS.

Esta cacofonía se ha visto alimentada, asimismo, por la candidatura de François Hollande. Sin haber informado al secretario general del PS, Olivier Faure, el expresidente decidió presentarse en su histórica circunscripción de Corrèze (centro de Francia). Lo hará bajo la etiqueta del Frente Popular, es decir, defendiendo un programa a las antípodas de las medidas neoliberales aplicadas durante su mandato. “No es con lo viejo que vamos a impulsar un nuevo proyecto. Me molesta esta presencia de Hollande”, afirma Christel Chevron, de 29 años y que trabaja en el sector cultural, presente el lunes por la tarde en Montreuil, en la “banlieue” roja de París, en uno de los primeros mítines unitarios de la flamante coalición.

4. ¿Qué impacto tendrá el pacto entre la ultraderecha y el presidente de Los Republicanos?

No obstante, el gran culebrón del arranque de la campaña lo han vivido Los Republicanos (LR, afines al PP). Éric Ciotti, presidente de los herederos de la derecha gaullista —el general De Gaulle debe estar removiéndose en su tumba— anunció el 11 de junio un acuerdo electoral con el lepenismo. Desde el presidente del Senado, Gérard Larcher, hasta la responsable del ejecutivo de la región de París, Valérie Pécresse, la gran mayoría de los barones conservadores se opusieron a ese acuerdo. Y la dirección del partido, sin su presidente, se reunió dos veces para expulsar a Ciotti, aunque la justicia suspendió esa decisión.

Todo ese serial desembocó en que habrá 60 circunscripciones en que se presentarán candidatos —muchos de ellos militantes de las juventudes del partido o exdiputados veteranos que regresarán de su jubilación— con el apoyo del círculo de Ciotti y de RN. Lo harán con la etiqueta de “Amigos de Ciotti”.

En muchas de esas circunscripciones, sin embargo, LR presentará a sus propios aspirantes. Así lo decidió la comisión de investiduras del partido, que no controla el presidente. Ese órgano anunció más de 400 candidaturas (en un total de 577). En definitiva, habrá una multiplicación de aspirantes conservadores.

5. ¿Cuáles son las tendencias en los sondeos? ¿Y la participación?

La ultraderechista RN afronta los comicios como favorita. Según los sondeos, que se deben coger con pinzas, cuenta con una intención de voto del 35-29,5%, aunque la sigue de cerca el Frente Popular (29,5-25%). Macron, pese haber convocado los comicios, se encuentra en una posición débil (19-18%). Salvo una sorpresa —nada se puede descartar—, muchos de sus candidatos quedarán terceros y quizás eliminados desde la primera vuelta. O bien estarán en una delicada situación en que deberán decidir entre retirarse y pedir el voto contra la extrema derecha, o bien mantenerse pese al riesgo de que eso contribuya a una victoria ultra.

Las legislativas en Francia se rigen por un curioso sistema electoral a doble vuelta que reparte el territorio en 577 circunscripciones. En cada una de ellas se disputa una especie de mini-presidenciales. A diferencia de los comicios para la jefatura del Estado, pueden clasificarse para la segunda vuelta más de dos candidatos. Hace falta un apoyo mínimo del 12,5% de los inscritos en las listas electorales de la respectiva circunscripción para acceder al escrutinio final.

Probablemente, estos comicios se decidirán en unas 100 circunscripciones que se auguran inciertas. Uno de los factores relevantes será la abstención. Durante la semana pasada, ya hubo más de 400.000 procuraciones, equivalente galo del voto por correo. De momento, los estudios de opinión apuntan a una participación del 62%, 15 puntos superior a las legislativas de 2022. “Creo que este incremento beneficiará a la izquierda y perjudicará a la ultraderecha. Aquellos que votaron menos en las europeas fueron los jóvenes —la abstención fue del 65% entre los 25-34 años por solo el 30% entre los más de 70 años— y estos simpatizan mucho más con la izquierda que la media”, recuerda Palombarini.

No solo influencers o estrellas de la selección francesa, como Marcus Thuram o Kylian Mbappé, han pedido votar contra Le Pen, sino también se ha volcado en la campaña la sociedad civil de izquierdas. La CGT, segundo sindicato del país, pidió este martes el voto para el Frente Popular, rompiendo así su tradición apartidista. Esa decisión refleja la gravedad de estos comicios. Francia vive un momento leninista: los próximos 19 días pasarán como si fueran décadas.