Así se vence al fascismo, señor Sánchez #ElCierre

La internacional reaccionaria no la conforman partidos políticos y líderes políticos únicamente. Es un ecosistema ideológico donde participan, con incluso mayor protagonismo, el poder económico, el poder empresarial, el poder mediático, distintas fundaciones y, por supuesto, el grupo de intelectuales que les da voz y apariencia de solvencia
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Madrid, sede de la internacional reaccionaria, así de crudo y de duro, queridos amigos y amigas. No es de extrañar, por cierto, no, cuando Madrid es gobernada precisamente por uno de los partidos que integra esa internacional reaccionaria y cuando la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es una referente de esa internacional reaccionaria que ayer se dio cita en la capital de España.

Habrá quien diga que el Partido Popular no integra la internacional reaccionaria pero algunas ya tenemos los ojos bien abiertos —claro que sí—. Que en algunos casos no posen en las fotos, no quiere decir que tengan diferencias de proyecto. La prueba no sólo es la cantidad de gobiernos infames surgidos de pactos entre la derecha extrema del PP y la extrema derecha de VOX, sino sobre todo en su accionar político constante. Ya sea en las instituciones como el Congreso de los Diputados, donde votan juntos o elevan el tono juntos, o, sobre todo, en los otros espacios de poder.

¿Qué representan los jueces que encarcelan a chavales por ser antifascistas o que arremeten contra los derechos y avances en derechos de las mujeres? ¿Qué representan todos esos empresarios de nombre rimbombante reuniéndose con el presidente ultra argentino en una suerte de besamanos informal este fin de semana? ¿Qué representan todos esos falsos medios de comunicación? —y no me refiero sólo a aquellos que propagan bulos, sino a los supuestamente “serios” que eligen posicionarse con la bulomanía del fascismo y hacen del condicional su principal conjugación verbal, desde El Mundo hasta La Sexta—.

El fascismo no es un encuentro de partidos. La internacional reaccionaria no la conforman partidos políticos y líderes políticos únicamente. Es un ecosistema ideológico donde participan, con incluso mayor protagonismo, el poder económico, con representantes como el señor Garamendi en distintos países, el poder empresarial, con su gran representante Elon Musk, el poder mediático, con sus grandes altavoces desde Fox News hasta Ok Diario, las distintas fundaciones que se encargan de dar la disputa ideológica pues han entendido que esa es la clave, desde Atlas Network o la CPAC y, por supuesto, el grupo de intelectuales que les da voz y apariencia de solvencia ¿Verdad Mario Vargas Llosa?

Es un ecosistema ultra y, mientras no se le diagnostique en su complejidad, no se le podrá disputar nada. Ese es el problema con ciertas izquierdas y con nuestro PSOE, tan dados a reducir el tema a un intercambio altisonante entre Javier Milei y Pedro Sánchez, a un asunto de crisis diplomática y a una defensa de la democracia como si la democracia se defendiera llamando a consultas a un embajador. Por favor ¡Basta ya con la broma electoralista!

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A este ecosistema reaccionario, se le disputa ideológicamente, lo primero. Es decir, a lo mejor, señor Sánchez, usted tendría que haber tenido la valentía —o cuando menos el tino democrático— para no sentarse con Antonio García Ferreras, ese operador del fango que estuvo en la orquesta de la búsqueda de información para hacer lawfare contra usted a través de su esposa.

Si le reclama a Javier Milei decir lo que ha dicho, ¿Por qué premia a Ferreras? Si está dispuesto a romper relaciones diplomáticas con Argentina, ¿No debería usted romper relaciones mediáticas con La Sexta por su participación en el lawfare contra usted? A la internacional reaccionaria se le vence haciendo, no diciendo. Se la vence también cerrándole paso a sus representantes en los poderes, es decir, dejando de tenderle la mano al PP para desbloquear el CGPJ y desbloqueándolo de verdad, pero garantizando, como corresponde democráticamente, una correlación de fuerzas que represente la que emana de las urnas, es decir, que no haya una mayoría de jueces fascistas tomando decisiones sobre nuestras vidas. 

A la internacional reaccionaria se le vence con una ley de medios, aunque luego sus amigos del Grupo Prisa le dediquen muchos programas hostiles. Se le vence ampliando derechos laborales, aunque el señor Garamendi se lleve las manos a la cabeza y no poniendo el diálogo social como requisito indispensable para ensanchar derechos, planteando esa ampliación como ineludible, aunque le pese a quienes siguen obstaculizando avances, se abrazan con el fascismo o, incluso, nos cuelan recortes ¿Verdad señora Díaz?

Al fascismo se le vence ampliando derechos feministas, aunque algunos de sus amigos de cuarenta o cincuenta años, Presidente, se sientan atacados. No se le vence retrocediendo en cuanto las tintas mediáticas cargan contra una de sus ministras, ni nombrando Presidenta del Consejo de Estado a una tránsfoba como Carmen Calvo, o reduciendo el Ministerio de Igualdad a una cartera apéndice en el Consejo de Ministros. Al fascismo se le vence, hoy sobre todo, rompiendo relaciones con Israel que perpetra un genocidio, en lugar de hacer equilibrismo comunicativo y decirnos que con reconocer un estado se resuelven los problemas. Recuerde usted que ayer no sólo Milei lo ha insultado a usted y a la democracia española, sino que lo ha hecho también el ministro israelí, Amichai Chikli, diciendo que usted es responsable de que haya más víctimas en Gaza. ¿No le parece un genocidio, razón suficiente para romper relaciones con Israel? Pues bien, entiendo que un insulto de estas magnitudes sí debería parecerle razón suficiente, al igual que ocurre con Milei ¿Verdad? ¿O con Israel no aplica la misma vara de medir?

Hoy, más que nunca, a la internacional reaccionaria se le vence defendiendo la paz en lugar de enviando armas y buscando los aplausos de los Estados Unidos de cara a una posible secretaría general de la OTAN. 

Estamos cansadas de que nos sigan diciendo que el mal menor del PSOE es la solución a nada, de que la democracia se defiende llamando a un embajador a consultas, de que la alternativa al fascismo es la moderación. Hay formas de vencer a la internacional reaccionaria, pero ninguna de ellas ha sido, ni es defendida hoy, por Pedro Sánchez. Se puede defender la democracia española y al presidente legítimo, Sánchez, sin caer en el discurso progre y tibio que abunda hoy en la prensa. Porque de nada sirve defender a un presidente que, frente al fascismo, opta por usarlo electoralmente en lugar de por combatirlo políticamente. Nosotras no caemos ya en esas trampas. 


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