El recorte y la infamia de enfrentar entre sí a los colectivos más vulnerables

Yolanda Díaz, Marta Lois e Íñigo Errejón en el Congreso — Eduardo Parra / Europa Press
¿Y al final para qué? Para que cinco meses después hayan tenido que recular y eliminar el recorte. ¿Les mereció la pena retratarse de esa manera? Ellos y ellas sabrán

El Gobierno de PSOE y Sumar ha aceptado finalmente retirar el recorte que provocó el voto negativo de los y las diputadas de Podemos a la convalidación del Real Decreto ley 7/2023. Como se recordará, el texto legislativo aprobado por el Gobierno, que en principio tenía como finalidad mejorar la cuantía de los subsidios por desempleo y el número de personas receptoras de los mismos, venía con una sorpresa que se intentó ocultar a la opinión pública todo el tiempo que fuera posible: un recorte en las condiciones de cotización a la Seguridad Social para todas las personas que, a partir del 1 de Junio, empezaran a cobrar el subsidio de desempleo para mayores de 52 años. De forma progresiva, esa cotización debía ir descendiendo desde el 125% actual sobre la base mínima de cotización, al 100%. Es decir, un recorte en la cuantía futura de las pensiones de estas personas, que, además, venía cuantificado de manera expresa en la propia memoria económica del texto.

Pese a ello, pese a la evidencia de un recorte que venía hasta cuantificado con cifras concretas, hubo un intento por parte del Gobierno de negar lo evidente. Durante días se negó la existencia de dicho recorte y se justificó con cálculos peregrinos sobre el hecho de que al ir subiéndose progresivamente el SMI y, por tanto, las bases mínimas de cotización, al final del periodo de cuatro años establecido por la nueva legislación, las personas afectadas estarían cotizando, en términos de cuantía, por una cifra mayor que la cuantía por la que estaban cotizando en la actualidad los receptores de tal subsidio. No era un recorte porque, aunque es cierto que iban a cotizar por un porcentaje menor, lo iban a hacer, en cuatro años, por una cantidad de dinero superior a la actual. Es decir, que aunque cotizaran por un 25% menos de los que les correspondería si no se hiciera ese cambio, pues como era previsible que las cantidades de cotización fueran mayores que las actuales, algo, por otro lado, que no es más que una mera hipótesis de futuro no garantizada de ningún modo, pues no se podía hablar de recorte alguno sino, al contrario, de ampliación de derechos.

Periodistas de prestigio como Javier Ruiz, economistas críticos como Eduardo Garzón, la portavoz de Sumar entonces, Marta Lois, la Vicepresidenta y Ministra de Trabajo, responsable del Decreto, Yolanda Díaz, y, en general, todo el espacio mediático e ideológico vinculado a Sumar o al PSOE, reprodujeron como loros esta tesis absurda durante días, acusando a Podemos de mentir y de estar votando, junto a PP y Vox, en contra de los derechos de los y las desempleadas. En una entrevista en la televisión pública se llegó a decir a Irene Montero, por parte del periodista Xabier Fortes,  que si no tenía la sensación de que, dado que todas las otras fuerzas de la izquierda habían votado a favor de la convalidación del Decreto, al partido morado le estaba pasando como al protagonista de aquel popular chiste sobre la autopistas y los kamikazes que van en dirección contraria. Podemos fue criminalizado de una manera bestial y sus cinco diputados y diputadas fueron puestos en una diana pública acusados poco menos que de traidores a la clase trabajadora.

Pero siendo grave aquella criminalización, aquel acoso y derribo contra Podemos y sus diputados y diputadas, más grave todavía fue, a mi juicio, la forma en que, para justificar su aprobación, se trató de enfrentar a las personas que sobran el subsidio para mayores de 52 años con las personas que cobran el SMI. Una verdadera infamia. Se habló de “sobrecotización” en unos términos que prácticamente parecía que estábamos hablando de un inaceptable privilegio. Se dijo que la subida del SMI hacía que la cotización del 125% ya no estuviera justificada (pese a que la recuperación de la misma, después de que Rajoy la hubiera eliminado y rebajado al mismo 100% que ahora se proponía, se produjo justo después de que el Gobierno hubiera aprobado la mayor subida del SMI de la historia), y se trató de graficar y visibilizar emocionalmente esa idea haciendo la comparación con las cotizaciones de las personas que cobran el SMI. Es decir, enfrentar a quienes menos cobran con quienes teniendo más de 52 años están en riesgo de no volver a ser contratados jamás y no poder volver a cotizar nunca más fuera del subsidio. Se dijo, además, que era una manera de desincentivar la búsqueda de empleo, y que cotizar así servía para que las personas que cobran el subsidio no quieran trabajar nunca más. Es decir, que se acusó prácticamente a estas personas de vagos y de parásitos del estado. Todo ello, tanto lo de enfrentar a colectivos vulnerables entre sí, como lo de insinuar que recibir prestaciones o ayudas del estado convierte a las personas en vagas y acomodadas, argumentos más propios del fascismo que de personas situadas en la órbita de un Gobierno supuestamente de izquierdas y progresista como el que existe actualmente en el estado.

Pero les dio igual, todo les dio igual, incluso cruzar líneas rojas tan elementales como esas, con tal de justificar el recorte y de culpar a Podemos de ser lo peor que existe en política. ¿Y al final para qué? Para que cinco meses después hayan tenido que recular y eliminar el recorte. ¿Les mereció la pena retratarse de esa manera? Ellos y ellas sabrán.

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Y es que lo cierto es que las cosas han sido como han sido y eso ya no lo van a poder cambiar. Aprobaron el recorte por Decreto, luego negaron que existiera recorte alguno, luego, ante la negativa de Podemos, intentaron aprobarlo con el apoyo del PP y el PP les dijo que no (si les hubiera dicho que sí, y esto es lo grave, hoy tendríamos una legislación con ese recorte en vigor), luego criminalizaron e insultaron a los y las diputadas de Podemos y al partido entero, luego dijeron que sí había recorte pero que estaba justificado porque poco menos que estas personas que cobran el subsidio en esas condiciones de cotización eran unos privilegiados que sobre-cotizaban sin merecerlo y que era un agravio para quienes cobran el SMI. Y ahora, finalmente, una vez que han entendido que Podemos jamás iba a apoyar un recorte, que Podemos jamás iba a cruzar esa línea roja, lo han retirado. Al final se ha hecho lo que se debería haber hecho desde un primer momento.

No, no es una victoria de Podemos, es una victoria de los y las mayores de 52 años que a partir del 1 de Junio empiecen a cobrar el subsidio. Son un colectivo en situación de mucha vulnerabilidad y quitarles ese derecho adquirido a cotizar por el 125% era una auténtica infamia. Podemos simplemente ha sido coherente con lo que ha defendido siempre.

En Podemos nunca vamos a aprobar recortes ni vamos a ir contra los derechos de la gente en situación de vulnerabilidad. Nunca vamos a aceptar como inevitable un recorte, y mucho menos vamos a aceptar que para que unas personas ganen derechos, otras personas los tienen que perder. Enfrentar a colectivos vulnerables entre sí es inaceptable, es más propio del fascismo que de un Gobierno que se define como progresista y de izquierdas. Ojalá no vuelva a pasar. Los vivido aquellos días fue muy duro y dio mucha vergüenza. Pero, como se suele decir, bien está lo que bien acaba.

No queríamos llevar razón, queríamos evitar un recorte. Se logró. Eso es lo importante.

Pelear sirve. El ruido sirve. Aunque te machaquen y criminalicen por ello. Ejemplo diez mil.