¡EXCLUSIVA! Audios del juez Aguirre haciendo política #ElCierre

Los audios que en exclusiva hemos hecho públicos en Diario.Red esta mañana son increíblemente relevantes y elocuentes de algo innegable: El partido judicial existe en España aunque algunos se empeñen en impedir que siquiera se les nombre 

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“Al Gobierno le quedan dos telediarios alemanes”, “hay gente que se está situando ya, ha tomado partido, y el partido soy yo”, “me han dicho que ayer lo de la ley de amnistía se tumbó por mí”, estas son citas de nada menos que un juez, el juez Joaquín Aguirre. ¿Cómo era eso de que no hay lawfare en España? ¿Cómo era eso de que hay que confiar en la justicia española porque es ejemplar? ¿Cómo era eso de que por ahí podía haber algún juez que de forma individual cometiera prevaricación, pero no una intencionalidad política detrás de ello y, por tanto, una trama judicial antes que casos aislados?

El juez Aguirre nos suena por la “trama rusa”. Ese proceso que Aguirre sostuvo y mantuvo abierto incluso cuando la fiscalía se opuso a la hipótesis manejada por el juez y que el ministerio fiscal solicitara a la Audiencia Provincial de Barcelona, como superior del magistrado, que archivara la pieza. Los audios que en exclusiva hemos hecho públicos en Diario.Red esta mañana son increíblemente relevantes y elocuentes de algo innegable: El partido judicial existe en España aunque algunos se empeñen en impedir que siquiera se les nombre. 

Joaquin Aguirre lleva 36 años al frente del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona. Y es conocido como ese juez de las tramas infinitas. Procesos que se alargan, qué curioso, ¿Verdad? Un juez que como decía José Antonio Martín Pallín, es incapaz de redactar sentencias. Ya en agosto de 2023 el proceso de la trama rusa llevaba cuatro años, pero Aguirre decidió dictar una nueva prórroga de seis meses. La Audiencia de Barcelona le dice “basta”, pero él no se da por aludido y abre una nueva pieza pero para investigar lo mismo. Pone en la diana a 13 personas, incluido Carles Puigdemont por malversación y traición. Claro, ¿Cómo no va a decir que el partido es él? Y ¿Cómo no va a decir que la votación de la ley de amnistía se la tumbó directamente él?

El poder de los jueces en este país es una evidencia que a cada día que pasa podemos notar con mayor desfachatez porque no hablamos de un poder ceñido a la aplicación de las leyes, sino de torcer las leyes y utilizarlas para conseguir fines políticos. Aguirre es una evidencia sonora de ello esta mañana. 

Lo que ha hecho el juez Aguirre tiene un nombre. Aquí y en cualquier lugar. Lo sabemos. Prevaricar es un delito y por tanto ha de ser condenado. Pero sabemos también que para que entre los mismos jueces se atrevan a juzgar y condenar a quien comete este delito, hace falta algo más que voluntad. El mal entendido espíritu de cuerpo en la judicatura es un problema para la democracia en este país, casi tanto como el mal entendido espíritu de cuerpo en el periodismo donde a fuerza de “protegerse” las espaldas, hay periodistas corruptos que nunca son denunciados por sus pares como Ferreras o Quintana, o Terradillos o Vallés. Y, por ello, para que este juez que en audios deja clara su participación política y la utilización de la justicia para interferir en las decisiones del Congreso de los Diputados, hace falta que entendamos dos cosas, la primera, que necesitamos que se hable de Aguirre. Y, la segunda, que Aguirre no es sólo Aguirre. 

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La primera parece sencilla pero no lo es. Sabemos que hay un poderoso cerco silenciador por parte de la mayoría de medios de comunicación mainstream a hablar directamente de periodistas o jueces corruptos. Esta mañana, la exclusiva de Diario.Red debería haber estado en todas las portadas de todos los medios de este país al cabo de unos minutos. El interés público y el derecho a acceder a información de tanta relevancia es un principio que algunos han obviado cumplir esta mañana. Medios catalanes, eso sí, han sido bastante más ágiles y responsables. No es casual y toca exigir que así lo hagan todos los medios porque hablamos de un asunto gravitante para entender la democracia de este país. Que en Cadena Ser se haya entrevistado al presidente del Gobierno esta misma mañana y no se le haya dicho absolutamente nada de esto, ni se le haya preguntado al respecto, resulta bastante lamentable. 

Y lo segundo, como decíamos, Aguirre no es sólo Aguirre. Si lo fuera, no haría gala de la desfachatez con la que desoye lo que le exige la audiencia provincial que es su superior, ni tampoco hablaría como habla en los audios que hemos podido oír gracias a Diario.Red. Aguirre es una señal, es un síntoma, uno de los varios clones que en el poder judicial interfieren políticamente en este país hace mucho. Y no lo digo yo, lo dice el mismo presidente que fue muy valiente para escribir una carta y hablar de máquina del fango y lawfare, pero muy cobarde a la hora de hacer algo al respecto. De hecho, la pregunta cae de madura: ¿Este CGPJ repartido entre el PP y el PSOE va a hacer algo con respecto a este juez? ¿Se le abrirá un proceso? ¿Se le investigará? Porque ya nos conocemos el cuento de que dejemos a la justicia actuar cuando lo que estamos viendo es que de facto la justicia está actuando blindando a quienes cometen actos completamente opuestos a los que debieran e interfieren donde no les corresponde, es decir, en la política. 

La ley de amnistía ha sido esa carta clave en la oposición española de cara al gobierno, pero hoy vemos que es también la vía perfecta de desnudamiento del sistema. Es decir, del partido judicial que está dispuesto a todo, para que no se aplique. No les importa la aritmética parlamentaria ni el resultado de las urnas, aquí todo se relaciona con ese deseo y con su poder. Y, no olvidemos la cantidad de veces en que nos han dicho que ahora “corresponde a los jueces” aplicar la ley de amnistía. Jueces como Aguirre son los que van a decidir sobre su aplicación. No lo olvidemos.

La gran coalición es esto. La gran coalición que quedó retratada en su turnismo y su repartición bipartidista la semana pasada nos hace preguntarnos a la luz de los audios revelados hoy, hasta qué punto es sostenible esa coalición en términos democráticos. No es Aguirre, son todos los prevaricadores y los que participan de lawfare hace años en España. Que sirvan estos audios para construir un frente anti esa coalición que democratice —y desfranquice— España. Que sirvan estos audios para recordar también a quienes siguen negando que hay lawfare en España, que la mentira no aguanta mucho tiempo. Y que sirvan estos audios también para retratar a todos aquellos —jueces, políticos y medios— que mirarán para otro lado en lugar de tener la valentía de denunciar con nombre propio a quienes retuercen el sistema judicial. Aquí, como saben, sí nos vamos a atrever.


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