¡Vivan las cadenas!

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Eduardo Parra / Europa Press
Eduardo Parra / Europa Press
Los monárquicos españoles han puesto una medalla y regalado un cuadro al bocachancla de la motosierra que, en apenas seis meses, ha hundido el sector industrial argentino, ha paralizado toda la inversión pública, la pobreza afecta a casi el 60% de la población y la inflación interanual alcanza casi el 290%

La expresión “vivan las cadenas”, data de la época del reinado de uno de los monarcas más corruptos, cobardes, despiadados, abyectos y traidores que ha dado la monarquía española, de la dinastía borbónica, normalizada por los avatares del pacto del 78. Para más entender, me refiero a Fernando VII que, haciendo honor a su predecesor y padre Carlos IV que ya entregó a Napoleón los derechos del trono de España y de las Indias, lo superó con la abdicación de Bayona, vendiendo el resto de “imperio” que quedaba a su captor  al citado emperador francés y al que solicitó que lo adoptara y, por escrito le suplicó que su “mayor deseo es ser hijo adoptivo de S. M. el emperador nuestro soberano. Yo me creo merecedor de esta adopción que verdaderamente haría la felicidad de mi vida, tanto por mi amor y afecto a la sagrada persona de S. M., como por mi sumisión y entera obediencia a sus intenciones y deseos". Faltó el “Viva España”, pero seguro que lo pensó.

A su vuelta a España, parece que fue recibido popularmente, acabada la invasión francesa, los defensores del absolutismo aprovecharon el momento divulgando el citado lema que evolucionó hacia otros tales como “vivan las cadenas y mueran los negros”, estos eran los liberales, o, “vivan las cadenas y muera la nación”. El concepto “nación” era considerado como liberal y estaba vinculado a soberanía nacional y eso, claro está, no era del agrado monárquico, obviamente. Lo siguiente ya lo sabemos, se cargó la Constitución de 1812, acabó con las libertades, restauró el absolutismo y nos dejó a otra perlita de la casa, María Cristina de Borbón, otra infame corrupta. De Alfonso XIII, por higiene mental, mejor ni hablar.

Se preguntarán las personas lectoras porqué hago este breve recordatorio histórico. Por un lado, porque de aquellos barros estos lodos y el siguiente Borbón que nos han traído, ha sido Juan Carlos I, exrey por abdicación forzada, por corrupto y delincuente fiscal, pero, inviolable, gracias a lo cual, vive un exilio de oro negociado con los partidos del pacto del 78 en Abu Dabi, a la vez que pasa temporadillas (cada viaje son solo cien mil eurillos de nada, ¿Quién los paga? Ahhhhh), en su España muy querida, pero a la que no ha tenido inconveniente en esquilmar. Le viene como anillo al dedo el dicho popular que “mucho te quiero perrito, pero pan poquito”, al pueblo patrio, claro.

Y, por otro, porque los monárquicos vuelven a entonar el “vivan las cadenas y mueran los negros” aunque no utilizan este término, como seguidamente diré.

Lo estamos viendo en las dos visitas a la corte del Reino de España, pero, no puedo referirme al sujeto en cuestión como payaso, porque sería un insulto a tan noble y digna profesión cómica, que a tanta gente nos hace felices, pero sí lo puedo llamar el bocachancla de Milei, cuya tarjeta de presentación es, “viva la libertad, carajo”, que es la nueva versión del futuro de la conocida “vivan las cadenas y mueran los negros”, o sea, los zurdos y las zurdas.

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Los monárquicos españoles han puesto una medalla y regalado un cuadro al bocachancla de la motosierra que, en apenas seis meses, ha hundido el sector industrial argentino, ha paralizado toda la inversión pública, la pobreza afecta a casi el 60% de la población y la inflación interanual alcanza casi el 290%. Ese es el modelo premiado, ejemplarizado y con el que se han fundido en fuerte y emocionado abrazo, dirigentes reaccionarios, fachas, del PPVOX. Al tiempo que, sin piedad, se insultaba a la mayoría del pueblo español por los avances en derechos y libertades conseguidos, siendo Podemos la única formación política que ha reaccionado con firmeza en defensa de la democracia española y al pueblo argentino.

Los monárquicos españoles y la cúpula empresarial al aplaudir a rabiar al bocachancla coinciden con que la justicia social es un robo, que la igualdad, la solidaridad y los derechos humanos son una aberración comunista, que el exterminio genocida del pueblo palestino es un acto de defensa necesario, que la educación, la sanidad y los medicamentos, si no tienes para pagarlos pues te chinchas y si te mueres, un gasto menos. A los zurdos hay que eliminarlos, a tiros no, porque se notaria mucho, pero para eso está la lawfare. Los pensionistas son una carga y el Estado hay que matarlo. En conclusión, “viva la libertad, carajo, vivan las cadenas”.