¿Cómo funcionan las elecciones europeas?

La clave: Funcionan muy diferente a las elecciones generales. En las elecciones europeas, todos los votos cuentan
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece ante el Parlamento Europeo, a 13 de diciembre de 2023, en Estrasburgo (Francia). En la recta final de la presidencia española de la UE, que concluye a finales de diciembre, Sánchez acude a la sede de Estrasburgo del Parlamento Europeo para pronunciar el discurso con las líneas estratégicas que pretendía defender como presidente de turno de la Unión Europea. Un discurso que se ha aplazado en dos ocasiones, en julio y en septiembre, y que provocará su primer encuentro con su nuevo socio Carles Puigdemont desde que este se fue a Bélgica.,Image: 829147203, License: Rights-managed, Restrictions: , Model Release: no, Pictured: PEDRO SÁNCHEZ, Credit line: Álex Flores / Europa Press / ContactoPhoto

La diferencia fundamental entre las elecciones generales y las elecciones europeas es la circunscripción.

En las elecciones generales, hay 52 circuscripciones: las 50 provincias más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Así, cuando una persona vota en las elecciones generales, está votando la papeleta del partido elegido pero en la circunscripción en la que la persona está censada. Una persona que vota al PSOE en Teruel está contribuyendo a la posibilidad de que el PSOE obtenga diputados en Teruel y solamente en Teruel.

Esto tiene importantes efectos sobre el sistema electoral que se derivan fundamentalmente del hecho de que alrededor de la mitad de las provincias reparten cinco diputados o menos. De esta forma, en todas esas provincias con menor población, para que un partido obtenga al menos un diputado, tiene que acumular un porcentaje de voto importante, pongamos, superior al 20% (en realidad, el cálculo es más complicado, porque hay que aplicar la ley D'Hondt, pero un 20% mínimo de voto no es una mala aproximación).

Esto significa que, más o menos en la mitad de las provincias de España, si una persona vota a un partido que obtenga menos de un 20% en esa provincia, ese voto no se traduce en escaños y, por lo tanto, se pierde.

Nada de esto sería posible sin suscriptores

Este es el motivo de que los diputados de los partidos mayoritarios salgan "más baratos" en términos de votos que los diputados de los partidos que consiguen menos de un 20% en cómputo global.

Además, esto implica que formar coaliciones entre diferentes partidos (siempre que asumamos que los votos de los diferentes integrantes de la coalición se acumulan más o menos mecánicamente) puede tener un premio que va más allá de la suma. Por poner un ejemplo sencillo: imaginemos dos partidos que, presentándose solos, obtendrían cada uno un 12% de los votos. En ese caso, ninguno de los dos obtendría ningún diputado en la mayoría de las provincias de España. Sin embargo, si se juntasen en una única candidatura y eso produjese un voto conjunto del 24%, de repente, empezarían a conseguir escaños en muchas provincias en las cuales antes no tenían ninguno.

Recíprocamente, en unas elecciones generales, si presentarse en coalición puede significar un beneficio en términos de diputados, ir separados puede producir un perjuicio.

En las elecciones europeas, sin embargo, la cosa es muy diferente. En las elecciones europeas, no hay 52 circunscripciones sino una única circunscripción que abarca todo el territorio del Estado.

Además, esta circunscripción única para las europeas es muy grande en términos de escaños, ya que España aporta 61 eurodiputados al Parlamento Europeo.

Esto tiene varias consecuencias en términos de funcionamiento del sistema electoral que hacen que la lógica de voto sea completamente distinta a la de unas elecciones generales.

En primer lugar, cada partido presenta una única papeleta con 61 candidatos en todo el territorio español. Esto significa que, ahora, una persona que vota en Teruel no está eligiendo a los diputados por Teruel. Aunque esa persona esté censada en una provincia pequeña en términos poblacionales, su voto va a la saca común y vale exactamente lo mismo que un voto en la circunscripción de Madrid o de Barcelona.

Por otro lado, al repartirse tantos escaños en la circunscripción única, aunque formalmente se aplica también la ley D'Hondt, el reparto efectivo es muy cercano a la proporcionalidad absoluta. De este modo, cualquier partido que obtenga más de aproximadamente el 1,7% de los votos, se asegura obtener al menos un escaño; y, por cada 1,7% adicional, se van sumando escaños de forma proporcional.

En resumen, si, en unas generales, una persona de Teruel tenía que votar a un partido que sacase, en su provincia, (bastante) más del 20% para que su voto no acabase en la papelera, en unas elecciones europeas, esa misma persona tiene garantizado que su voto cuenta si el partido elegido saca más de un 1,7% en el conjunto del Estado.

Por último y como consecuencia lógica de todo esto, en unas europeas, ni da un premio adicional presentarse juntos, ni produce ningún perjuicio ir separados.

En unas europeas, todos los votos cuentan, vivas donde vivas y votes a quien votes.

Compártelo y que nadie se quede sin votar.