El nuevo decreto del Gobierno beneficia a las grandes energéticas
La mañana del 27 de diciembre el Gobierno de Sánchez anunció la prórroga de algunas medidas del decreto anticrisis que comenzó, tras la implementación del escudo social en 2020 con la pandemia, en febrero de 2022 con motivo de la guerra de Ucrania y que ha ido variando en estos casi dos años. Pese a que una buena parte de las medidas se han prorrogado, como las bonificaciones en el abono transporte, otras se han modificado o eliminado. Por ejemplo, el IVA de la electricidad pasará del 5% de ahora al 10%, aunque no llegue al 21% habitual previo a la guerra. Pero la modificación que más ha destacado es la que tiene que ver con la tributación de las empresas energéticas y el impuesto extraordinario. Tal y como ha informado El Salto, con la aprobación del nuevo texto “las grandes empresas energéticas se podrán deducir desde el 1 de enero las inversiones que hagan en proyectos industriales de descarbonización. Es decir, si reinvierten esos beneficios en proyectos de transición ecológica, podrán descontar esas inversiones del pago del impuesto especial”.
El periodista económico Yago Álvarez Barba ha señalado en su cuenta de X que “con la posibilidad de desgravarse las inversiones industriales verdes del impuesto especial a las energéticas gana el PNV-Iberdrola”. En este sentido, el autor del libro Pescar el Salmón, ha incidido que en un momento como el actual las inversiones en descarbonización es algo que las energéticas tienen que hacer por su interés de mercado“para no quedarse atrás en su propio negocio”, por lo que no es algo que el Estado deba “subvencionar con una rebaja de impuestos”.Esta rebaja fiscal tiene lugar en un año en el que estas empresas están obteniendo unas cifras de beneficio muy altas. Sin ir más lejos, hasta septiembre Iberdrola había ganado hasta 3.637 millones y Repsol 2.785. La modificación de la medida no se entiende sin la presión de estas grandes empresas durante las últimas semanas. El 30 de noviembre de 2023, Antonio Brufau, presidente de Repsol, declaraba que “los costes a los que el Gobierno somete a sus empresas las coloca en clara desventaja competitiva”. Seis días antes, el 24 de noviembre, José Bogas, primer ejecutivo de Endesa, también afirmaba que el impuesto estaba impidiendo invertir con “más pulmón”.
La rebaja fiscal a las energéticas se une a la aprobación de la ampliación del Puerto de Valencia o al recorte de la cotización en el subsidio de desempleo para mayores de 52 años que el Gobierno aprobó hace tan solo ocho días. Justo una semana después, cuando Bruselas vuelve a las reglas fiscales, más conocidas como “austeridad”, el ejecutivo hace un guiño a las grandes empresas energéticas cuando el azote de la crisis por la pandemia y la guerra todavía se nota en los bolsillos de la gente trabajadora del país.
