El PSOE ensalza la monarquía en medio de las críticas por la amnistía
Mientras el PSOE negocia en la intimidad con Junts y ERC el encaje de la amnistía a cambio de que eche a andar la investidura, en medio de furibundas críticas, manifestaciones y encendidas arengas de la derecha política, mediática y judicial, a la vez está organizando con mimo el acto de juramento de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, que el 31 de octubre, día de su dieciocho cumpleaños, jurará cumplir la Constitución y con ello pasa a ser heredera al trono en caso de muerte o abdicación de Felipe VI.
El último Consejo de Ministros de hecho aprobó pedir al Congreso la solicitud de un pleno extraordinario, en el que también estarán los senadores, cuyo único punto del día será el juramento de la Constitución de la princesa de Asturias. Como hizo su padre, Felipe VI, en 1986, con la única salvedad que en este caso no estará presente el abuelo de la heredera, Juan Carlos I de Borbón, autoexiliado en Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos.
El vicepresidente y ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, llegó a remarcar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el acto de juramento de la princesa Leonor demostrará “la fortaleza de nuestra democracia” y la reafirmación de “los valores fundamentales de nuestra Constitución, igualdad, libertad y pluralismo”. Bolaños, que a su vez está negociando la amnistía con el entorno de Puigdemont, alabó la capacidad de la monarquía “de ir adaptándose a los tiempos” y la capacidad de la Carta Magna para “integrar todas las distintas visiones de nuestro país”.
El PSOE ha encontrado en el juramento de la princesa Leonor una manera de demostrar que, a pesar de aprobar la amnistía para los independentistas, sigue siendo el partido del Régimen del 78 que no cuestiona la monarquía y que es capaz de tener un discurso progresista a la vez que un proceder de partido sistémico. A ello también está contribuyendo que desde la extrema derecha llevan unas semanas —desde que Felipe VI designó a Pedro Sánchez candidato a la investidura— con discursos encendidos en redes sociales en contra de la monarquía por, a su juicio, no defender a España del "golpe de Estado" que supone una ley de amnistía.
Bien es cierto que los insultos contra la monarquía no provienen de la derecha institucional, pero en la manifestación por el Paseo de Gracia de Barcelona de Societat Civil Catalana, en la que participaron Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abascal y hasta cinco presidentes autonómicos del PP, la pancarta que más sobresalía era una que acusaba a Felipe VI de ser “cómplice del golpe de Estado a las urnas, a la democracia y a la voluntad de los españoles”.
Bolaños, que a su vez está negociando la amnistía con el entorno de Puigdemont, alabó la capacidad de la monarquía “de ir adaptándose a los tiempos” y la capacidad de la Carta Magna para “integrar todas las distintas visiones de nuestro país”
Después del juramento de la princesa Leonor, el Gobierno le impondrá —así se aprobó también en el último Consejo de Ministros— el Collar de la Orden de Carlos III, para justo después retirarse al Palacio del Pardo, donde la Familia Real celebrará una fiesta privada para celebrar el dieciocho cumpleaños de la ya heredera de Felipe VI. A la fiesta en la que fue residencia oficial del dictador Francisco Franco sí acudirán los reyes eméritos, Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia a parecer una familia normal; aunque la realidad es que hace años que no tienen más relación que la conservación del poder real.
Con este ensalzamiento de la monarquía, justo a la vez que negocia la amnistía, el PSOE busca tranquilizar a su electorado más conservador y también lanzar un mensaje de normalidad al Estado profundo. Algo así como: “Vamos a aprobar la amnistía, pero seguimos siendo un partido de fiar que protege la columna vertebral del Régimen del 78, por mucho que el PSOE caoba diga que ya no somos el PSOE y que somos el Partido Sanchista”.
