Inmigración

Dear Giorgia: El gobierno “progresista” británico también quiere copiar la política migratoria de Meloni

En el Reino Unido, como en gran parte de Europa, la extrema derecha y la izquierda moderada están adoptando políticas migratorias cada vez más similares
Giorgia Meloni y Keir Starmer — Roberto Monaldo / Zuma Press / ContactoPhoto
Giorgia Meloni y Keir Starmer — Roberto Monaldo / Zuma Press / ContactoPhoto

La luna de miel de Giorgia Meloni, la primera presidenta del Consejo de un gobierno de ultraderecha en la Italia republicana, con los líderes moderados europeos, continúa y se expande. El último en expresar admiración por algunas de las políticas del gobierno de Roma es Keir Starmer, el secretario del Partido Laborista británico y gran vencedor de las elecciones de julio. El tema en el que han convergido los dos líderes de bandos políticos teóricamente opuestos es uno de los más preciados para Meloni: la gestión de los flujos migratorios.

Qué ha pasado

El lunes, Starmer realizó por primera vez una visita oficial a Roma. Los tonos fueron cordiales y, al final de la cumbre, ambos jefes de gobierno emitieron una declaración conjunta. Los temas tratados fueron diversos —energía, seguridad, política exterior— pero más que cualquier otra cosa se habló de migración. Starmer llevó consigo a Martin Hewitt, el jefe del Border Security Command, una institución recién creada para la vigilancia de fronteras. Juntos visitaron las oficinas del Coordinamento per l'Immigrazione (NCC) italiano, el task-force de la Guardia Costera, la Capitanía de Puerto, la Marina Militar y todas las demás instituciones involucradas en el proceso de rescate y gestión de las personas migrantes.

Al final de la reunión, ambos realizaron una conferencia de prensa conjunta. «Estamos de acuerdo en que lo primero que hay que hacer es detener el tráfico de seres humanos,» dijo Meloni, y agregó: «El Reino Unido ha mostrado gran atención al protocolo de entendimiento Italia-Albania.» La referencia es a un acuerdo controvertido entre el gobierno de Roma y el de Tirana, mediante el cual algunas miles de personas migrantes que llegan a Italia serán deportadas a campos especiales en Albania - pero gestionados por las autoridades italianas - mientras se espera el resultado de su solicitud de asilo político. Un plan que el centroizquierda italiano critica, pero que parece interesar a Starmer. A una pregunta específica de una periodista sobre la intención o no de deportar migrantes a terceros países, Starmer respondió evasivamente. En la legislatura anterior, el gobierno conservador había iniciado un acuerdo igualmente controvertido con Ruanda, que había aceptado recibir en campos específicos a los migrantes expulsados del Reino Unido. El gobierno de Starmer ha cancelado el plan, pero motivó su decisión por los altos costos previstos, más que por los riesgos para los derechos humanos. En la misma conferencia de prensa, el líder británico elogió los esfuerzos italianos para reducir los flujos migratorios. Reducción efectivamente lograda, pero conseguida a través de acuerdos con los países de tránsito —principalmente Libia y Túnez— cuyas prácticas son criticadas por las Naciones Unidas y defensores de los derechos humanos debido a los numerosos casos de tortura, violación y violencia documentados. Estos acuerdos con los países de tránsito fueron llevados adelante por el gobierno de Meloni, pero iniciados por los gobiernos anteriores, también de centroizquierda.

La posición de Starmer no llega por sorpresa. Ya el domingo, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, había dicho a la BBC que estaba interesado en «copiar el modelo italiano» de gestión de los flujos.

Las reacciones

Mientras que la izquierda italiana ha quedado desconcertada por el fuego amigo de un gobierno británico, teóricamente hostil a las derechas, las declaraciones de Starmer han agitado las aguas del progresismo británico. Kim Johnson, un diputado laborista, declaró al diario Guardian: «El enfoque de Meloni hacia la migración albanesa ha sido descrito por Human Rights Watch como un ‘modelo de mala gestión y un plan para abusos’. Es preocupante que Starmer esté tratando de aprender de un gobierno neofascista, especialmente después de los disturbios anti-refugiados y el terrorismo racista de extrema derecha que ha golpeado al Reino Unido este verano.» Los disturbios a los que se refiere son los ataques violentos de militantes de extrema derecha contra personas migrantes y racializadas que han ocurrido en el Reino Unido en los últimos meses. Al mismo periódico, un segundo diputado dijo de forma anónima que «acercarse a Meloni es vergonzoso... ella se dedica a la deshumanización y maltrato de personas que huyen de la guerra y la persecución.»

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El ex líder laborista Jeremy Corbyn, expulsado por Starmer, fue aún más duro: «Después de los disturbios, el gobierno debería tomar una posición —sin ambigüedad— contra la extrema derecha. En cambio, vergonzosamente, están tomando lecciones de ellos. Nuestra humanidad común ofrece una lección diferente: los refugiados que han huido de la violencia deberían ser tratados con compasión y respeto» escribiò en su cuenta de X.

Una fuente del Ministerio del Interior británico, citada nuevamente por The Guardian, intentó aclarar, explicando que las declaraciones de Lammy y la idea de copiar a Italia no representan la posición oficial del gobierno. Pero la sensación es que el rumbo ya está marcado: en el Reino Unido, como en gran parte de Europa, la extrema derecha y la izquierda moderada están adoptando políticas migratorias cada vez más similares.