Oriente Medio

Israel ataca Beirut y Teherán ¿Más cerca de la guerra regional?

Israel ha asesinado en Teherán al líder de Hamás pocas horas después de atacar a un alto rango de Hezbolá en Beirut
December 25, 2023, Northern District, Gaza Strip: Prime Minister BENJAMIN NETANYAHU visits the northern Gaza Strip, is briefed about IDF activities in Gaza and speaks with soldiers. (Credit Image: � Avi Ohayon/Israel Gpo via ZUMA Press Wire)
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu — Avi Ohayon / Israel Gpo via Zuma Press Wire

En menos de 24 horas, el ejército israelí ha llevado a cabo dos ataques aéreos de precisión sobre Beirut y sobre Teherán. El primero tenía como objetivo uno de los principales comandantes de la milicia libanesa Hezbolá, mientras que el segundo ha asesinado al líder de Hamás, Ismail Hanuyeh, cuando estaba de visita en la capital iraní. Esto demuestra por un lado que Israel no tiene la voluntad de aceptar un alto el fuego en Gaza, y por el otro que, si bien puede no estar buscando la guerra regional, no la está evitando.

Desde el ataque de Hamás del 7 de octubre la región de Oriente Medio se encuentra sumida en una crisis que podría desembocar en una guerra regional. La operación militar israelí en la Franja de Gaza y el subsiguiente genocidio de palestinos ha provocado una respuesta militar por parte del Eje de la Resistencia —países y milicias bajo el paraguas de Irán—. Sin embargo, la respuesta del Eje se ha mantenido en unos márgenes estrictos para que no supusiera una guerra directa con Israel. Esto lo hemos podido observar en los enfrentamientos de baja intensidad entre el ejército israelí y Hezbolá. La estrategia de Teherán y sus socios se ha basado en mantener una guerra de desgaste que minase la posición israelí en la región. Es decir, provocar un estado permanente de guerra que drenase los recursos israelíes, mientras a la vez diplomáticamente Tel Aviv destruyera los puentes que había construido durante años con los países árabes.

El asesinato del líder de Hamás podría esconder un motivo más político. Netanyahu, acorralado internamente busca desesperadamente una victoria para evitar su caída, y qué mejor “trofeo” que acabar con el líder de Hamás

Por su parte, el 7 de octubre para Israel ha supuesto un golpe muy duro a la disuasión que ejercía como Estado. El enorme fallo de seguridad e inteligencia israelí, junto con el daño sufrido, ha exigido una respuesta muy contundente por parte del gobierno de Netanyahu para evitar perder la disuasión con Gaza y sus enemigos en Oriente Medio. En este sentido, el ejército israelí no ha dudado en cruzar multitud de líneas rojas como el ataque a Beirut de enero contra líderes de la rama militar de Hamás, o el ataque en abril a un edificio oficial de Irán en Siria que acabó con la vida de varios miembros de la Guardia Revolucionaria. En esta línea se enmarcan los ataques recientes de Beirut y Teherán. El primero como respuesta al ataque de Hezbolá en los ocupados Altos del Golán que causó la muerte de 12 menores de edad. Sin embargo, el asesinato del líder de Hamás podría esconder un motivo más político. Netanyahu, acorralado internamente busca desesperadamente una victoria para evitar su caída, y qué mejor “trofeo” que acabar con el líder de Hamás. Más allá de eso, el asesinato de Hanuyeh es un golpe a las negociaciones de alto en fuego. Así lo ha afirmado el ministro de Exteriores de Qatar: “¿Cómo puede tener éxito la mediación [para el alto el fuego entre Israel y Hamás] si una parte asesina al negociador de la otra?”. Netanyahu puede estar buscando que se prolongue la guerra de Gaza ad infinitum con el objetivo de mantenerse en el poder.

Hezbolá aglutina un arsenal de cohetes, misiles, drones y tanques que les dotan de grandes capacidades militares. Es un oponente mucho más formidable que Hamás.

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Más allá de eso, el asesinato de Haniyeh en pleno Teherán es una humillación para Irán que ha visto como su factor de disuasión frente a Israel sigue decayendo. Es más grave si cabe el ataque si tenemos en cuenta que el líder de Hamás se encontraba en Teherán con motivo de la consagración del nuevo presidente iraní Masud Pezeshkian. De esta manera, Israel manda un claro mensaje a sus enemigos; no estáis seguro en ningún sitio. Como es lógico, Irán y sus socios han prometido venganza siendo esperable que haya un ataque directo contra Israel coordinado con el Eje de la Resistencia. No es descartable que se busque desescalar la situación y así evitar una guerra regional con el objetivo de continuar con la estrategia de desgaste. En cualquier caso, la pelota está en el tejado de Irán y ellos decidirán si merece la pena correr el riesgo de un enfrentamiento directo con Israel y su aliado Estados Unidos que ya ha asegurado públicamente que defenderá a su socio de cualquier ataque.

A lo largo de estos meses, el Gobierno israelí ha buscado evitar el enfrentamiento directo con Hezbolá. Los motivos son claros, el grupo libanés cuenta con 100.000 combatientes —según su líder Nasrallah— que gozan de amplia experiencia militar. Además, Hezbolá aglutina un arsenal de cohetes, misiles, drones y tanques que les dotan de grandes capacidades militares. Es un oponente mucho más formidable que Hamás, de ahí que evitar la apertura de un segundo frente mientras la mayoría de las Fuerzas de Defensa de Israel se encontraban en el interior de la Franja de Gaza haya sido el objetivo del liderazgo israelí. Se sabe que Netanyahu ha pospuesto numerosos planes de invasión al Líbano, aguantando las presiones de los militares, en especial de su ministro de Defensa, que buscan “dar una lección” a Hezbolá. La cuestión es que en el pasado ya ha habido intervenciones israelíes en Líbano que han resultado en un fiasco y Netanyahu no quiere correr ese riesgo a no ser que no vea otra salida. En ese caso, Israel se debería enfrentar a un Hezbolá que contará con la ayuda —indirecta— de Irán además de la posibilidad de que otros grupos del Eje de la Resistencia como lo hutíes de Yemen intervengan. Una situación que podría desembocar en un desastre militar israelí. Parece que ambos bandos no quieren una guerra regional, pero viendo los acontecimientos puede que todos los caminos llevan irremediablemente a que estalle un conflicto que suma Oriente Medio en una crisis de dimensiones impredecibles.