Electoralismo con el feminismo

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Dani Gago

Sin duda es una prueba más de que el feminismo es el principal movimiento transformador en la actualidad, por eso sufre los ataques y por eso todos quieren ser feministas, también los que critican al feminismo

Una nueva campaña electoral arranca esta semana. Una nueva campaña electoral en la que vemos como se vuelve a hacer electoralismo con el feminismo. Si en la pasada campaña de elecciones generales se identificó al feminismo como el elemento a silencia, el generador de ruido que estaba causando una pérdida de votos en las izquierdas, en la de europeas que arranca ahora parece que el feminismo fuera todo lo contrario: el movilizador de votos. Parece que aquellos que lo criticaban se han dado cuenta de la potencia que tienen las políticas feministas, más si cabe en el Parlamento Europeo donde España se ha convertido en uno de los países a seguir en políticas de igualdad.

Este cambio de uso electoralista del feminismo, porque lo del criticarlo también fue un uso electoralista, lo podemos observar si atendemos al pleno del Congreso de esta semana. De parálisis legislativa total a discutir dos iniciativas relativas a la igualdad o a problemáticas feministas: la admisión a trámite de una propuesta de ley del PSOE para, supuestamente, abolir la prostitución y el debate de totalidad de una propuesta de reforma del reglamento del Congreso de PSOE y SUMAR para hacerlo, supuestamente, inclusivo.

Las dos propuestas con supuestos. La primera criminalizaba a las mujeres en contextos de prostitución e iba a traer más titulares que medidas efectivas para abolir la prostitución; y la segunda pretendía ser inclusiva, pero ignoraba a las personas no binarias a las que este Gobierno ya ha manifestado que no tiene intención de reconocer, puesto que no figura en su acuerdo de coalición. Las dos propuestas llegan los días previos a que arranque la campaña de las europeas. Tanto los que traen la propuesta como los que la rechazan acusan al resto de electoralismo, de querer hacer votos con los derechos de las mujeres.

Pero, ¿Cómo puede ser que los mismos que criticaron el verano pasado al feminismo en campaña ahora decidan que es la bandera que deben izar para ganar las elecciones? Sin duda es una prueba más de que el feminismo es el principal movimiento transformador en la actualidad, por eso sufre los ataques y por eso todos quieren ser feministas, también los que critican al feminismo. Estos, como el partido popular, lo hacen diciendo que el feminismo debería ser otra cosa. Todos feministas, más en campaña electoral.

Asistimos pues a un “y tú más” en el electoralismo feminista protagonizado por aquellos que se conjuraron para expulsar del gobierno a la ministra de igualdad que más feminismo ha hecho desde las instituciones. A la que ha situado a España en el cuarto puesto en el índice europeo de igualdad de género. Supongo que en época electoral todo vale, pero confío es que somos muchas las que votamos feminista, de verdad, sin electoralismos.

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