Pepe Blanco, Garzón y las puertas giratorias

José Blanco López (PSOE) ha vuelto a saltar a la esfera mediática tras la polémica renuncia de Garzón de participar en la consultoría política Acento, de la que es CEO y cofundador
El director ejecutivo de Acento Asuntos Públicos y ex ministro de Fomento, José Blanco, participa en el coloquio de la inaguración del Encuentro Informativo: II Observatorio del Ahorro y la Inversión en España organizado por Bestinver y el IESE, en Madrid (España), a 13 de febrero de 2020.
13 FEBRERO 2020;IESE;ECONOMÍA.
Eduardo Parra / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
13/2/2020
José Blanco participa en el coloquio de un Encuentro Informativo — Eduardo Parra / Europa Press

Las «puertas giratorias» son técnicas que llevan a cabo exfuncionarios públicos durante su cargo en las que favorecen a empresas para poder beneficiarse después de éstas, que a cambio suelen asegurar grandes puestos entre sus trabajadores. Este tipo de jugarretas, aun a pesar de «ser reguladas» por la Oficina de Conflictos de Intereses (con imposición de periodos de espera para asegurar que no pueden involucrarse) perjudican gravemente la confianza en las instituciones y provocan que se cuestionen posibles conflictos de intereses en los que primaron los intereses propios de los políticos antes que los problemas de las sociedad.  

Figura destacada en la política española, desde sus primeros pasos como militante en las Juventudes Socialistas de Galicia hasta alcanzar roles cruciales en el PSOE, su presencia ha sido constante en la política nacional. No obstante, ha habido episodios en los que su figura política se ha visto perjudicada. Por ejemplo, durante su cargo como secretario general de organización (PSOE), se colaron dos tránsfugas en la lista que elaboró, que protagonizaron el famoso «tamayazo». Esto, y otros sucesos como la «Operación Campeón» en 2011, dejaron una mancha en su reputación y marcaron su trayectoria de forma negativa.

La conexión de Blanco con decisiones polémicas en proyectos ferroviarios, como la presunta eliminación de medidas de seguridad en el trágico accidente de Santiago de Compostela, ha suscitado a lo largo de los años cuestionamientos sobre su compromiso real con la seguridad pública y la transparencia política.

Sin embargo, la etapa más reciente de Blanco en Acento Public Affairs, la consultora que fundó en 2019 junto a Alfonso Alonso, se presenta como un capítulo adicional en su carrera y ha estado bajo escrutinio. La firma, especializada en asuntos públicos y estratégicos, se autodenomina como «supra-especializada», abordando temas tanto de la esfera nacional como internacional, llegando a tener base de funcionamiento en Bruselas.

La reciente renuncia del exministro Alberto Garzón antes de unirse a la consultora ha generado preguntas sobre la cohesión interna y la supuesta ética de las prácticas empresariales de Acento Public Affairs. Las tensiones y desacuerdos dentro de la firma, especialmente en el ámbito político de izquierdas, han cuestionado la capacidad de Blanco para gestionar eficazmente la dinámica interna de la consultora.

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Además, la falta de transparencia en la incorporación de figuras políticas a la consultora y la renuncia de Garzón arrojan más sombras sobre cuestiones que llevan años reivindicándose a nivel social: ¿cuáles son la integridad y la ética en la esfera política y de consultoría en España?

Como consecuencia, la ambición de Blanco por posicionar a Acento como líder en asuntos públicos se ha visto cuestionada, y la consultora parece ser un reflejo de las complejidades y opacidades que a menudo caracterizan la relación entre el sector público y el privado, principalmente entre altos cargos.