Ultras envalentonados #ElCierre

Hay que ser muy contundentes contra quienes intentan decirnos siempre que quien siembra vientos recoge tempestades

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Cuando a una mujer la agreden, nunca es su culpa. Nunca es nuestra culpa. Nunca nos lo buscamos. Ni por cómo nos vestimos, ni por cómo andamos, ni a qué hora lo hacemos. Hay que ser muy contundentes contra quienes intentan decirnos siempre que quien siembra vientos recoge tempestades. Del mismo modo, quien es represaliado por ejercer un derecho no se lo ha buscado. Ni los seis de Zaragoza, ni las de Suiza, ni los del SAT, ni los activistas de Futuro Vegetal se han buscado que ningún agente policial les reprima, les persiga o les amenace, tampoco que la justicia les condene. Están ejerciendo su derecho a manifestarse políticamente, a hacer labor sindical, de exigir derechos para todos y todas. Del mismo modo, ninguna persona que es acosada se lo ha ganado, o lo ha propiciado.

El acoso sistemático en la casa de un exvicepresidente y exministra de Igualdad durante casi un año no es el ejercicio de un derecho porque no supuso una acción que exigiera derechos ni se pronunciara en contra a una ley específica, se trató de un acoso continuado con el objetivo de amedrentar a personajes que eran incómodos. por su ideología, en los puestos de gobierno que ocupaban y que, por cierto, ocupaban por el resultado del voto popular. Es decir, por la democracia. Esa que indica que, en principio, tú que me oyes y el nazi Miguel Frontera tengan el mismo derecho a elegir a sus representantes y a ejercer sus derechos, y también la misma condena si es que vulneran los derechos de alguien o cometen algún delito. Pero los seis de Zaragoza, las de la suiza, los del SAT o tú que me oyes no tenemos los mismos derechos que Frontera, porque con nosotros la justicia es implacable, pero con Frontera no lo es. Con él no hay justicia, hay impunidad. Y esa impunidad es auspiciada por jueces que como Belén Pérez Fuentes se relacionan directamente con asociaciones de jueces abiertamente conservadores y que han tomado partido claro en el devenir político de este país anteponiendo su ideología a los argumentos jurídicos y la aplicación idónea de las leyes. La relación de esta jueza de la impunidad para reaccionarios con la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria está probada y, por cierto, no olvidemos que en la revista de esta asociación, se publicó una pieza machista contra Montero. Díganme ahora que todos tenemos el mismo derecho a decir o publicar cosas.

Frontera existe porque existe OkDiario que les impulsa, porque existe una cloaca como Estado de Alarma con credencial para cubrir dentro del Congreso de los Diputados pese a su probado periodismo de bulos, porque los discursos de odio que replican y sus mentiras son reproducidas pro Griso en Antena 3 o Terradillos o Quintana, y Frontera existe también por jueces que han decidido que si son fascistas, ultras y nazis y se meten contra los que ellos también odian porque denuncian sus mentiras, les desenmascaran su falso periodismo o amenazan sus privilegios, hay que garantizarles impunidad porque “son útiles” para su causa. A eso se reduce todo esto: a un pacto de impunidad para los reaccionarios. Porque en el fondo, los reaccionarios son hoy la herramienta útil de las derechas que no son ya democráticas y necesitan apalear a los incómodos, callar a los rebeldes contra su sistema de castas y silenciar a los vulnerables. Por eso Desokupa se envalentona, por eso Frontera se envalentona, por eso Ndongo se envalentona, y por eso necesitamos que la valentía cambie de bando. Porque lo que hacen es violar nuestro derecho a ser y expresarnos. Nuestro derecho a vivir y a hacer política en igualdad de condiciones. A cada periodista que insinúe que nos hemos buscado que nos acosen, nos repriman, nos insulten, nos condenen injusta y desproporcionadamente, recordémosles que no vamos a retroceder ni nos vamos a callar porque son ustedes quienes están violentando todas las reglas de la democracia pero la democracia siempre se abre paso. Basta con que la valentía deje de estar en un lado de la balanza. Y de eso nos encargaremos nosotras.


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