"Que te vote Txapote" o "Viva el rey", las consignas monárquicas y de extrema derecha en el desfile del 12 de octubre
Otras consignas muy repetidas y que también identificaban a sus autores como personas con ideología ultraderechista fueron "¡Puigdemont a prisión!" o directamente el insulto "¡Sánchez, sinvergüenza!"
Pedro Sánchez junto a la reina y la princesa de Asturias pocos minutos después de los insultos y los abucheos — Alberto Ortega / Europa Press
No por menos anunciadas las consignas —acompañadas de pitos y abucheos— que lanza el público asistente al desfile militar del 12 de octubre dejan de ser menos chocantes y, al mismo tiempo, descriptivas de las posiciones políticas de la mayoría de personas que deciden reservar la mañana para acercarse al acto.
La consigna más repetida y la que ha ocupado los titulares y abierto los telediarios es sin duda "¡Que te vote Txapote!". Un exabrupto lanzado hace meses por la extrema derecha y por Isabel Díaz Ayuso —y que Feijóo renunció a condenar— que vendría a señalar de una forma provocativa el hecho de que Pedro Sánchez necesita los votos de Bildu para gobernar. A pesar de que ETA ha desaparecido hace más de 10 años, los asistentes al desfile militar han conseguido que el apodo del sanguinario etarra vuelva a ser tendencia en Twitter, lo que ha provocado, por enésima vez, la petición desesperada de algunas víctimas de la banda terrorista de que por favor se deje de faltar al respeto a su dolor para conseguir rédito político.
Otras consignas muy repetidas y que también identificaban a sus autores como personas con ideología ultraderechista fueron "¡Puigdemont a prisión!" o directamente el insulto "¡Sánchez, sinvergüenza!". Las mismas personas que coreaban estas consignas también manifestaban su apoyo emocionado a la monarquía con vivas a la princesa de Asturias y también a su padre Felipe VI.
Aunque muchos votantes socialistas y muchos medios de la progresía mediática se mostraban indignados al escuchar los improperios que lanzaba el público monárquico ayer en Madrid, en realidad se trata de un síntoma natural de una estrategia golpista de largo recorrido por parte de los diferentes operadores de la derecha y la extrema derecha: los partidos, pero también la derecha mediática, el sector más reaccionario de la judicatura, una parte importante de los sindicatos policiales y la propia monarquía como elemento de cohesión simbólica de todo ese campo sociológico.
