Críticas a Sofía Gascón, nueva ley: La ofensiva de la ultraderecha francesa contra las personas trans

La derecha radical francesa tiene a las personas trans en su punto de mira. En plena campaña de las elecciones europeas, la ultraderechista Marion Maréchal, sobrina de Marine Le Pen y candidata del partido de Éric Zemmour, ha multiplicado sus comentarios despectivos contra la actriz española Karla Sofía Gascón. “Un hombre recibe en Cannes el premio a la mejor interpretación… femenina. El progreso para la izquierda consiste en el borrado de las mujeres y las madres”, tuiteó el domingo la cabeza de lista de Reconquista en los comicios del 9 de junio. Sus duras críticas contra la protagonista de la película Emilia Pérez, dirigida por el francés Jacques Audiard, representan el último episodio de una ofensiva más amplia contra la transexualidad.

Las declaraciones tránsfobas de Marion Maréchal, cercana al núcleo dirigente de Vox, han coincidido con la adopción de una propuesta de ley en el Senado francés para prohibir a los menores los tratamientos médicos de transición sexual. Tanto la ultraderecha como la derecha republicana, con unos postulados cada vez más radicales, llevan meses demonizando a las personas trans, a pesar de tratarse de una de las minorías más vulnerables. Zemmour ya había comparado en el pasado las transiciones de género con “las experiencias del doctor Mengele”, uno de los impulsores de los métodos nazi de exterminio de los judíos.

“Ser un hombre o ser una mujer, eso solo depende de una realidad biológica”, insistió el martes en una entrevista radiofónica en France Inter Marion Maréchal, con unas bajas intenciones de voto (del 6%) y que quiere atraer la atención mediática instrumentalizando a las personas trans. La presentadora de la principal emisora en el país vecino intentó ponerla a su sitio recordándole que la negación de la disforia de género representa un delito. Y el abogado de Sofía Gascón anunció el miércoles que había denunciado a la dirigente ultra, eclipsada en la campaña de las europeas por el favoritismo de la también ultraderechista Reagrupación Nacional.

“Niegan la existencia de las personas trans”

“Sus declaraciones sobrepasan los límites de la libertad de expresión (…), ya que niegan la existencia de las personas trans”, explica a Diario Red el abogado Etienne Deshoulières, quien representa en este caso a la actriz española, además de seis asociaciones francesas. Este letrado confía en que recursos judiciales como este frenen la actual oleada contra las personas trans: “En 2013, los comentarios homófobos eran habituales en Francia y ahora prácticamente ya no se oyen, al menos en el debate político. Espero que suceda lo mismo con la transfobia durante la próxima década”.

“La personalidad de Sofía Gascón —una de las revelaciones del reciente Festival de Cannes— puede ayudar a los transexuales, (…) así que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados”, añade Alice Moreau, copresidenta de Quazar, uno de los colectivos implicados en la denuncia. “Si no hubiéramos hecho nada, hubiéramos favorecido la coyuntura actual”, advierte esta militante sobre la proliferación de los discursos tránsfobos.

De hecho, los senadores aprobaron el martes una propuesta de ley que prohíbe los tratamientos de hormonas y las operaciones de cirugía para los menores de edad. Además, restringe de manera considerable las condiciones de acceso a los bloqueadores de pubertad. Obliga a los adolescentes a seguir un acompañamiento psicológico de dos años antes de recibir un tratamiento de ese tipo. El texto se inspira de una legislación parecida en Reino Unido.

La senadora Jacqueline Eustache Brinio, de Los Republicanos (afines al PP) e impulsora de esta iniciativa legislativa, se caracterizó en los últimos meses por su hostilidad contra “los activistas trans y su ideología que hemos dejado entrar en todos los estratos de la sociedad, especialmente en la escuela”. Como ya sucedió en España con el PP y Vox y algunos sectores del feminismo cercanos al PSOE, la derecha radical francesa quiere aprovecharse del desconocimiento que hay sobre la realidad de las personas trans y así alimentar los fantasmas sobre una supuesta influencia en los adolescentes.

Una ofensiva política e ideológica

En el caso de Francia, se disponen de pocos datos de los menores de 18 años que piden asistencia médica para hacer frente a una disforia de género. Unos 1.200 adolescentes consultaron equipos de acompañamiento durante la última década, y la mitad de ellos recibió tratamientos hormonales, según datos la Sociedad francesa de endocrinología. Pese a tratarse de un fenómeno minoritario, la derecha radical lo utiliza para canalizar su intolerancia. Este texto “no hará más que aumentar el sufrimiento de los menores trans y de sus familias”, advierte Stéphane Corbin, portavoz de la Federación LGBTI+. “Y dificultará unos procesos de transición cuyo acceso ya resulta muy complicado actualmente”, lamenta Moreau.

Tras su aprobación en el Senado, esta propuesta de ley aún debe debatirse y votarse en la Asamblea Nacional. Cuenta con pocas posibilidades de salir adelante ante la oposición de las izquierdas y del Gobierno de Emmanuel Macron (centroderecha). Más de 10.000 personas se manifestaron en Francia —unas 2.500 de ellas en París— a principios de mayo contra la actual ola tránsfoba. Esta ofensiva política e ideológica se ha visto alimentada por partidos de derecha y ultraderecha y asociaciones afines al movimiento de La Manif pour tous, que lideró en 2013 las protestas contra el matrimonio homosexual. Pero también por la mediática publicación del libro Transmania, un ensayo panfletario escrito por dos militantes feministas.

“Hay un nexo común entre las declaraciones de Marion Maréchal y el voto en el Senado”, asegura Corbin. Según esta responsable asociativa, se trata del “reflejo de un pánico moral ante la mayor visibilidad de las personas transexuales”. Es una respuesta ideológica ante la voluntad de este colectivo de existir con dignidad. Y dejar de ser una de las minorías más maltratadas.