33 años de memoria por Sonia Rescalvo Zafra

Este caso marcó para siempre la lucha por los derechos LGTBI+ en España, siendo el primer crimen de odio hacia personas trans registrado en el Estado español
Sonia Rescalvo Zafra
Sonia Rescalvo Zafra

El pasado domingo 6 de octubre se conmemoró el aniversario del asesinato de la mujer trans Sonia Rescalvo Zafra, que dio lugar en el Parque de la Ciutadella de Barcelona en 1991. Este fue el primer asesinato tipificado como delito de odio hacia una persona trans en el Estado español, y marcó la lucha por los derechos del colectivo LGTBI+ en España.

Sonia Rescalvo era una mujer trans originaria de la provincia de Cuenca que vivió desde los años 70 en la ciudad de Barcelona. Al igual que en la actualidad, los grandes centros urbanos representaban entonces un refugio para las personas pertenecientes a minorías sexuales. En Barcelona, Sonia gravitó hacia la industria del espectáculo y el mundo del cabaret, gracias al cuál sobrevivían un gran número de mujeres trans. Sin embargo, con los años acabaría cayendo en la precariedad y terminaría durmiendo en la calle, en el Parque de la Ciutadella.

El 6 de octubre de 1991, mientras dormía junto a una amiga en uno de los quioscos del Parque de la Ciutadella, fue atacada por un grupo de neonazis. Estos les dieron una paliza a las dos mujeres trans, la cuál Sonia no sobrevivió. Este asesinato no solo conmocionó por su brutalidad, sino que puso en evidencia a la sociedad española la violencia cometida a diario hacia los miembros del colectivo LGTBI+, particularmente hacia las mujeres trans. La muerte originalmente no fue clasificada como delito de odio, pero los colectivos activistas de la ciudad presionaron hasta que se reconoció el odio hacia la condición de personas trans de las víctimas como el motivo del asesinato. Este sería el primer delito transfóbico tipificado como tal en la historia de España.

El lugar de la muerte de Sonia Rescalvo se convertiría en un punto de reunión y memoria para los colectivos españoles de liberación homosexual, y su imagen se ha utilizado en marchas del Orgullo y marchas reivindicativas como recordatorio de la conquista por los derechos de las personas trans. Hoy, tras 33 años, la figura de Sonia nos incita a pensar en la justicia que se nos debe al colectivo LGTBI+, la precariedad que seguimos sufriendo y las vidas que son arrebatadas a día de hoy por nuestra condición sexogenérica, y nos recuerda que no se trata solo de bandas de neonazis aisladas, sino que son las condiciones estructurales las que nos llevan a la discriminación.

Actualmente, un 35% de la población sin hogar pertenece al colectivo LGTBI+. Un 80% de las mujeres trans españolas están en situación de desempleo, y casi el 50% de la población trans ha ejercido la prostitución en algún momento debido a la precariedad, la discriminación laboral y la pobreza. A pesar de las leyes de protección de los derechos del colectivo LGTBI+, la realidad social no dista tanto de la que dió lugar al asesinato de Sonia Rescalvo. Actualmente la diversidad sexual o de género es el segundo mayor motivo por el cuál se sufren crímenes de odio en España, y el odio on-line ha crecido un 130% en los últimos 5 años, mayoritariamente hacia personas trans. En 2024 dos menores trans se han suicidado debido al bullying que sufrían en el entorno escolar, y doce mujeres trans han sido asesinadas entre 2008 y 2024.

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Hoy conmemoramos la muerte de Sonia, y conmemoramos junto a ella a todas las personas que han muerto por culpa del odio y la discriminación. En el auge de la transfobia institucional, del “feminismo” reaccionario y de la instrumentalización de las personas trans como cabezas de turco políticas, debemos luchar como nunca por una igualdad real y transformadora en la sociedad civil, desde la educación, al acceso a la sanidad, a la garantía de una calidad de vida digna para todas las personas que el sistema deja en sus márgenes.