Festival aéreo militar en Gijón

1936, Gijón bajo las bombas — Constantino Suárez
1936, Gijón bajo las bombas — Constantino Suárez
En Gijón, cientos de miles de personas aplaudirán las maniobras de los aviones militares mientras en Gaza la gente muere bajo los bombardeos, esa contradicción es real

El Festival Aéreo de Gijón está considerado el decano de este tipo de eventos, que ya se van extendiendo por la geografía española. El Festival Aéreo Torre del Mar en Vélez-Málaga, el de San Fernando o el de Motril, entre otros, congregan a cientos de miles de personas anualmente. En este caso de Gijón son ya 18 años y se sigue omitiendo en su nombre la palabra “militar”. Porque se trata de festivales, que desde un punto de vista lúdico, no son otra cosa que propaganda militar. Llama la atención que incluso se atreven a plantear su esfuerzo en relación a la huella de carbono, en un claro ejemplo de greenwashing. Cuando la realidad es que se genera una quema de combustible innecesaria y más aún en una ciudad tan contaminada como Gijón. Pero se supone que todo es perfecto, festivo y sostenible y se hace para disfrute de la gente, ¡cómo poder estar en contra! Aun así, colectivos como la coordinadora de ONGs y partidos como Podemos, se posicionan cada año contra la actividad y explican su postura. Cada año se organiza la Folixa pola Paz como acto de rechazo al Festival aéreo militar de Gijón y como reivindicación de la cultura de paz y la justicia global.

Folixa Paz

Algunos dicen que buena parte de la población de Gijón sale a ver el evento, pero omiten que otra parte lo sufre. Los ruidos son insoportables para las mascotas y las personas con hipersensibilidad auditiva. Esa tortura acústica dura varios días, el día del evento y los ensayos previos, cuando algo tan molesto se podría hacer en campo abierto y alejado de poblaciones. Pero lógicamente la playa de San Lorenzo de Gijón ya estaría llena en verano sin necesidad de aviones, por lo que el complemento aéreo ya tenía público asegurado. Lo que empezó siendo una homenaje aeronáutico a Jesús Fernández Duro, se convirtió en una exhibición principalmente militar. Claro que también hay lugar para la aviación civil y el socorrismo, pero lo principal es lo militar. Este año se contará con las patrullas Águila, Aspa y la Escuadrilla de Honores. Una de las estrellas serán los Eurofighter, que son de uso habitual en bombardeos como los que lleva años sufriendo Yemen. Este año es más sangrante ante el genocidio en Gaza, donde la aviación militar juega un papel fundamental en el asesinato de familias enteras y especialmente de niños y niñas.

El cartel de este año es de un helicóptero civil realizando una maniobra de salvamento en el Elogio del Horizonte, ¡qué idílico! Ni rastro de los aviones militares de los que bien habla la prensa. ¿Qué opinaría un escultor pacifista como Chillida de tan burda propaganda? Es especialmente doloroso para la memoria histórica un festival así en Gijón, ciudad que sufrió los bombardeos fascistas durante la Guerra Civil española. Las fotos en blanco y negro de Constantino Suárez del Gijón de la Guerra Civil, de los edificios destruidos o los niños viendo los cráteres de las explosiones, son las mismas que vemos en color de Gaza. Recuerdo de niño a mi abuelo dormido en el sofá el día grande de las fiestas. El sonido de los fuegos artificiales le hizo saltar del sofá y despertar en centésimas de segundo con la cara contraída y sudor frio en su frente. Para, al verme y darse cuenta de donde estaba, relajar su expresión y contarme que el ruido le había recordado los bombardeos que sufrió por parte de la legión Cóndor en Euskadi en 1937. Ya son pocos los que nos pueden contar el terror que representa un bombardero en España, pero debemos tener memoria de ello y empatizar con los que los siguen sufriendo, y eso no se hace exaltando la aviación militar. Tratan de normalizar el militarismo y los valores que conlleva Europa, como parte de la maquinaria bélica de la OTAN y de sus objetivos.

¿Por qué no se hace un festival puramente civil, con helicópteros de rescate y medicalizados, y aviones contra incendios? Sería algo espectacular que pondría en valor la importancia de estos medios aéreos que, por cierto, son más escasos de lo que se necesitaría. Los aviones de guerra son una diversión para disfrutar en una sociedad donde el ministerio de la guerra es de defensa y los presupuestos de gasto militar aumentan año a año gobierne quien gobierne por razones de coyuntura que están por encima de los intereses de la sociedad. Se nos prepara para la guerra, con actividades como los festivales aéreos, los grandes desfiles o las líneas argumentales de los mass media. Se normaliza el militarismo y se pierde así la memoria de las guerras. En Gijón, cientos de miles de personas aplaudirán las maniobras de los aviones militares mientras en Gaza la gente muere bajo los bombardeos, esa contradicción es real. Las exhibiciones militares son fundamentales en ese cambio sociológico donde cientos de personas se movilizan por la paz mientras miles lo hacen para ver aviones militares, lo lúdico como parte de la batalla cultural una vez más.

Nada de esto sería posible sin suscriptores