El pueblo francés toma las urnas como tomó la Bastilla en 1789

Cuadro: 'La liberté guidant le peuple', pintado por Eugène Delacroix en 1830 — Twitter (X)
'La liberté guidant le peuple', Eugène Delacroix en 1830 — Twitter (X)

Francia revive el espíritu de la Bastilla al elegir al Nuevo Frente Popular, coalición de izquierda, en un rotundo rechazo al ascenso del fascismo, destacando la fuerza del pueblo y su compromiso con la libertad, igualdad y justicia social

Le peuple ont parlé —el pueblo ha hablado—. En un acto que resonó con la fuerza de un eco histórico, Francia vivió este domingo un levantamiento popular que frenó el avance del fascismo, rememorando el espíritu de la Revolución Francesa de 1789. En una jornada electoral cargada de simbolismo, el Nuevo Frente Popular —NFP—, una amplia coalición de partidos progresistas y de izquierda, emergió victorioso, evocando el lema revolucionario de "Libertad, Igualdad, Fraternidad".

El 14 de julio de 1789, la toma de la Bastilla marcó el inicio de la Revolución Francesa, cuando el pueblo de París se levantó contra la opresión monárquica y la injusticia social. Esta icónica fecha, celebrada anualmente como el Día de la Bastilla, representa la lucha por la libertad y los derechos humanos. Ayer, 235 años después, Francia volvió a ser testigo de la fuerza del pueblo en acción.

El Nuevo Frente Popular, liderado por un grupo diverso de partidos progresistas y de izquierda, logró una victoria contundente en las elecciones legislativas, poniendo fin a una preocupante ola de populismo de derecha que amenazaba con socavar los principios democráticos del país. La coalición, que incluye a socialistas, ecologistas, comunistas y otras fuerzas de izquierda, se unió bajo la bandera común de proteger y promover los derechos civiles, la justicia social y la sostenibilidad ambiental.

Los ciudadanos franceses salieron en masa a las calles y a las urnas, demostrando un compromiso renovado con los valores fundamentales de la república. Jean-Luc Mélenchon, líder del NFP, expresó en su discurso de victoria: "Nuestro gobierno tendrá la autoridad que el pueblo le dé en acción". En un emotivo mensaje publicado en X —Twitter—, añadió: "Tengo un cálido pensamiento para los barrios obreros que se movilizaron en masa. Salvaron a la República".

La jornada electoral estuvo marcada por una alta participación, especialmente en los barrios obreros y las zonas tradicionalmente marginadas, donde el NFP encontró un apoyo masivo. La coalición centró su campaña en temas como la justicia social, la lucha contra el cambio climático, y la igualdad de derechos, resonando profundamente con una población cansada de las políticas divisivas y autoritarias.

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La victoria del NFP no solo representa un cambio de gobierno, sino también una reafirmación de los principios democráticos en un momento de gran incertidumbre global. La movilización ciudadana que llevó al triunfo de la coalición recuerda poderosamente a los eventos de 1789, cuando el pueblo parisino tomó la Bastilla, simbolizando el poder de la acción colectiva frente a la opresión.

En toda Francia, las celebraciones de la victoria del NFP se prolongaron hasta altas horas de la noche. Las plazas y calles se llenaron de ciudadanos jubilosos, ondeando banderas y coreando lemas históricos que ahora tienen un nuevo significado. En París, los alrededores de la Bastilla se convirtieron en un epicentro de celebración, uniendo el pasado revolucionario con la esperanza de un futuro más justo.

Mientras Francia se prepara para conmemorar otro aniversario de la toma de la Bastilla la próxima semana, la reciente victoria del NFP ofrece una nueva razón para celebrar. La historia, parece, no solo se repite, sino que también se reinventa, siempre al compás del latido de un pueblo decidido a luchar por sus derechos y su dignidad.

El triunfo del NFP reafirma que, como hace 235 años, el poder verdaderamente reside en el pueblo, dispuesto a defender la libertad, la igualdad y la fraternidad.