La estirpe del adoquín
En el año 1976 había un sketch dentro del informativo satírico del programa de humor estadounidense SNL (Saturday Night Live) donde Chevy Chase repetía todas las semanas el mismo running joke (chiste recurrente): —Franco is still dead (Franco sigue muerto). Esto hacía referencia a los meses y meses que se habían pasado diciendo: —Franco is still alive (Franco sigue vivo). En 2024 podríamos decir que Franco sigue vivo. Y Biden también. Ahora el de Delaware dice que solo dejaría la carrera presidencial si se lo pide el todopoderoso.
No sabemos si se refiere a Lamine Yamal, a Putin, o a Pedro Sánchez. El todopoderoso S.A. Tenemos Biden para rato porque el todopoderoso siempre comunica, se confirma. También podemos constatar que Cristiano Ronaldo sigue vivo. Aunque más bien parece ese Cid de leyenda al que subían muerto a caballo para amedrentar al enemigo. Este muchacho no sabe tirar las faltas por más posturitas que ponga. Pero había que ponerle de titular por narices, como a Biden, como a Franco. Un último servicio para la causa ya perdida.
No he venido a hablar de fútbol, tampoco he venido a hablar de que Biden sigue vivo ni de que Franco permanece entre nosotras. He venido a hablar de todo lo que nos irrita. Y sí, hablo en plural, porque me confirman por el pinganillo que no soy la única. Cansados ya de Yoli Magoo (la rompetechos), y de la gente ceniza. Anhelando a la gente con la que sí te ríes y a la gente con la que te quieres seguir riendo.
He venido a hablar de la Estirpe del Adoquín. Esos que se rompen antes de doblarse. Gente que no se adapta a las injusticias. Bajo ellos puede que esté la playa también. Podría hablar de la gente a la que ningún tren le deja bien. Esa gente que tiene que quejarse constantemente para dejarnos claro que su vida es mucho peor que la del resto de la humanidad. Esa gente que en el fondo tiene más tiempo que tú y que Andreu Nin esperando en su fosa pero si resopla y dice que está mega ocupada y no tiene tiempo ni para mear pues a mamar con ello.
También podría hablar de la gente que se cortaría un brazo antes de admitir que la han cagado, antes de disculparse. Como si la vida fuera una carrera de fondo y en la meta te esperaran con una medalla de oro al que menos se haya disculpado. Sé que podría hablar de Begoña Gómez, pero no me interesa ni su persona ni su figura no política ni su presencia en los medios. Ojo que al final vamos a tener que darle un Pulitzer a los que se colaron en el juzgado para hacer una mierda de foto de Begoña en un pasillo. La próxima vez llévense a un profesional de la fotografía please. Si la vida es Begoña Gómez en un pasillo de unos juzgados apaga y vámonos. ¿Realmente no hay cosas más importantes?
La vida es lo que ha hecho Assange hace unos días: llegar a Australia y quedarse dormido en el sofá junto a su gato. Un tipo que se ha fumado 1,901 días en la cárcel por contarnos las verdades del barquero y de los genocidas del mundo mundial. Pero lo que importa es Begoña en el baño, Begoña en el pasillo, Begoña en el coche con los cristales tintados. No somos más tontos porque no entrenamos.
La vida es que no te den paso en un directo desde Polonia y te terminen deteniendo durante más de dos años sin juicio alguno. Y que la cadena para la que estabas esperando a entrar en directo no haya movido un dedo para sacarte de esa mazmorra. No sólo eso, es que no han cubierto ninguna de las concentraciones que ha habido para la liberación de este reportero (Pablo González). Sí, son los Burdos S.L.
Por eso te emocionas cuando de camino a los Golem (los cines) se te acerca un señor con muletas y te dice: —Gracias Canal RED por existir, sois lo único que se puede ver. Si Canal RED es lo único que se puede ver es que el resto de los medios (salvo muy dignas excepciones, El Salto por ejemplo) está riéndole las gracias al sistema y no está haciendo su trabajo. Pero como la culpa de todo es de Yoko Ono pues hala, a correr. Que somos el puto Álamo, la aldea gala, el Hotel Florida durante la Guerra Civil. Resistimos pese a tener al enemigo en casa. Y nos caen hostias hasta de los que reparten carnets de rojos. Siempre nos quedará la funeraria atea Iglesias.
Hoy podría hablar de la gente que prefiere que al compañero más cercano le vaya mal para brillar ella misma. Podría hablar de esas personas que chantajean con irse y hacer un boquete terrible en el proyecto común sabiendo que ni se van a ir ni las van a dejar ir. Cobardes. Extorsionadoras. Son oscuros porque hay gente con mucha luz a su alrededor. Yo les mandaba a esparragar, a su pueblo. Traidores con el futuro atado y bien atado. O eso creen. Al compañero se le cuida, se le protege, se le escucha. Adoquines sobre la playa.
Hoy quiero hablar de todo y quiero hablar de la nada. Os quiero contar que he vuelto a ver la peli “La Casa” de Alex Montoya y que me he vuelto a emocionar. Que he conocido a su director y que ojalá Paco Roca le permita hacer la peli de su última novela gráfica “El abismo del olvido”. A la gente buena se la ve a la legua y Alex lo es, como lo es Paco. Me gusta que, a la buena gente, esa que va de tapadillo, le sucedan cosas buenas. Que no ganen siempre los mismos. Lo que digo siempre: obreros y obreras de los buenos sentimientos. Gente que sabe lo que es Cool Water, Orzowei y cuidar a tus padres.
Hoy podría hablar de la sentencia del acosador Frontera. De que esa sentencia dice mucho más de este país que el Museo del Prado o cualquier libro de historia. La impunidad de este “personaje” resume perfectamente lo que ha pasado en este país en los últimos 80 años. Impunes lanzadores de ratas contra niñxs frente a un mundo con cunetas repletas de gente que quería un mundo sin fronteras y sin juezas perversas. Lo eligieron en las urnas en febrero del 36. Todavía está por llegar el gobierno que saque a todos los represaliados del franquismo de fosas comunes sin presupuesto, sin pausa (solo la del bocadillo), sin miedo a los verdugos. Que somos el puto segundo país del mundo con más fosas comunes, después de Camboya.
Nos está quedando un país precioso. El bipartidismo vuelve con sus trajes de Emidio Tucci y su sonrisa Profidén. Y el partido que debería remover conciencias parece salido de la planta de novedades (sin novedad en el frente) de El Corte Inglés. Como dijo la exdiputada Mercedes Pérez el otro día en El Tablero refiriéndose a la ex amiga de Marta Lois: —Es como el chiste de Gila, si vas a incorporarte a filas porque hay una guerra y no vales para matar por lo menos que valgas para que te maten. Haz bulto. Nos fusilaron mal. Pero aquí seguimos, mirando con envidia sana y no tan sana al Frente Popular al norte de los Pirineos. Si lo intentas no debe ser tan difícil. Sin la envidia y el odio marca España, claro. Si no has sabido ser el ariete que neutralizara o le sacara los colores al extremo centro patrio al menos no seas pasto de eso mismo. Que no te lleve la corriente como el camarón que se duerme.
No sé si lo de matar a Podemos fue idea de Ferraz 70 o cosecha propia, pero les salió el tiro por la culata. Tal fue la rabia al ver que seguían de pie, en El Álamo, en Waco o donde sea, que empezaron a disparar contra todo lo que se movía o les ponía un espejo. No contaban con su astucia, la de la militancia que no se compra en un bazar persa ni en la tienda de seguidores de X de la pastora neutral. Se les nubló la vista. Parecía el plan perfecto. El gran Lebowski tirando las cenizas de su amigo en un acantilado y pegándole en toda la jeta. Poco nos pasa. Tiro en el pie y tiro porque me toca.
Al final van a terminar llamando a retreta a Gaspar Llamazares y volvemos a los dos diputados de izquierda en el Congreso. Altamira mon amour. Tiempo al tiempo. No se puede hablar de buen rollismo y llevar siempre el cuchillo entre los dientes contra las que quieren más medidas de izquierdas. Que ya tenemos un PSOE, oiga. Para extremo centro el de Alemania, el tal Fullkrug. Pero no quería hablar de eso. Quería hablar de la gente a la que le pillas con el carrito del helado y no se bajan del burro. Con lo difícil que es llevar el carrito del helado en el burro, pero no hay manera. Que si la abuela fuma, y la abuela ya no fuma. Su marido se fue a por tabaco, eso sí, pero ella no fuma desde hace siglos.
Yo me muevo entre gente a la que desahucian de su casa, gente a la que echaron de su país hace más de setenta años, gente que ha visto su casa hecha cascotes tras la construcción de una línea de Metro muy electoral y mujeres trans que son más mujeres que otras muchas normativas de salón.
Qué vas a esperar de gente que se ríe cuando dices “niñe” o “compañere”. Que hay niñas con siete años que no quieren ser niño, aunque La Collares y Carmen Calvo digan que son niños porque nacieron con pilila. Háganse cargo o vean “20,000 especies de abejas”.
Mis problemas son tus problemas. El genocidio, la transfobia, el odio al migrante, el franquismo reinante. Porque viendo la serie sobre el asesinato de Lucrecia Pérez da toda la impresión de que la justicia de los años 90 era más justa que la actual, que es un auténtico coladero del fascismo. Lo dijo Martín Pallín, lo de los jueces y juezas es vergonzoso. Hoy te encuentras un juez por la calle y te cambias de acera, o aceleras el paso, o miras debajo de tu coche.
Ya nos hemos quitado a Cristiano Ronaldo de en medio, pero Biden y Franco se resisten y el PSOE sigue siendo el gran problema de este país, porque de los otros no esperamos nunca nada. Ley Mordaza, Ley de vivienda digna, regularización ya, no a ninguna guerra, derecho de los pueblos y naciones a decidir. Me parece muy bien que doña Tecla sea alférez en tres meses y ahora se meta en un barco para ser grumete. Lo que debería hacer es meterse en una lancha de la Cruz Roja o de la Media Luna Arcoiris a ayudar a los y las que están a punto de perecer en el mar porque huyen en patera de lugares que esquilma Europa, que esquilmas tú.
Pedro Sánchez tiene cara de querer pirarse de este país más pronto que tarde. Le entiendo perfectamente, aunque no sea por las mismas razones. Le imagino haciendo fotos a Begoña en los pasillos de Moncloa. Seguro que encuadra y enfoca mejor que la cloaca. Pero el hombre está harto. Quien con niños se acuesta… No se fio del único que se podía fiar.
En mi muy humilde (y resalto lo de muy humilde) opinión el único partido a nivel estatal de izquierdas (el de Waco, sí) debería ponerse manos a la obra a buscar una cantera de gente digna, de gente que no busque ministerios, secretarías de estado o sillones de cuero. Porque la individualidad no salva, envenena. Si compras dos barras de pan regala una. Vivan las sobremesas con amigues. Los huevos fritos con trufa y patatas fritas de sartén, no de bolsa por favor. El pan que pesa porque no es aire y el cariño que pesa porque alivia.
Luces largas y gente digna, así se construye un futuro. Vístete despacio que tengo prisa. No más opciones de neón con sonrisas forzadas y el odio en la cartera de cuero ministerial. El que tenga buenas intenciones y ganas de dejar de achicar agua en la orilla que se suba al barco. Aunque el día que perdiste tu opción de ser alcalde o presidenta de no sé qué autonomía no dijeras ni buenas noches a la gente que te había arropado. Aunque ya tuvieras un pie en otra chalupa, puedes volver si quieres, aceptando lo que hiciste, sin echar la culpa al empedrado. Si lo intentas es muy fácil. No siempre es culpa del resto del planeta. Hazte cargo, colega.
Conozco a mucha gente que podría hacer de este país un lugar mucho más vivible. Me las encuentro en la lucha diaria. Alex, Gema, Diego, Alicia… Pero, como digo siempre, nadie me escucha, no me impongo. Si queremos salir de este atolladero por la izquierda (el carril izquierdo sigue impoluto) debemos hacer algo pronto. Llámalo Frente Amplio, Frente No Marchito, Frente Alta y la falda muy corta, no sé… pero pongámonos manos a la obra. Benito y Manolo.
Gente que no se pliega a las traiciones, gente que no se doblega. Brigadistas internacionales del siglo XXI. Uníos hermanos y hermanas proletarias. El trepador que trepe, el medrador que medre, pero se tendrá que montar su Frente Estrecho y rezarle a Ramón Espinar todas las noches. Con Ribera (sí, con B), no. Con Montero (María Jesús) tampoco. Con la gente que ha convertido los pasillos del Congreso en un cotolengo de neandertales con micrófonos…mucho menos.
Que se coman la boca Pedro y Alberto es su problema. Incluso si es consentido, aunque sea un sinsentido. Pero no con nuestro voto. Bipartidismo marca El Pardo de entrada NO. Ni Martín Villa, ni Garrigues Walker, ni Roca Junyent, ni Durán i Lleida, ni la momia de Herrero de Miñón sobrevolando. Naftalina no gracias. Centro extremo que estás en los cielos y en la tierra sal de nuestro cuerpo presente y futuro. No queremos un Keir Starmer más, un Félix Bolaños más. Chomsky no te mueras nunca.
Esencial no ir de la mano en este frente amplio, pero no tan amplio con gente que te odia y te quiere fuera de combate. Antes muerta que volver a caer en la trampa de la coalición “que viene el lobo”. Si tiene que venir se le hace la ola. Hola y adiós, que para eso están las urnas y los proyectos sólidos. Siempre puedes volver con fuerza dentro de cuatro años. El mundo no termina mañana. O igual sí, depende de Biden y el otro delincuente. Esencial también no ir de la mano con gente que son más cuñados que los cuñados de Vox. Esencial no ir de la mano con gente que te mira de arriba a abajo porque no eres un macarra de la moral, o una embajadora de Dior en la tierra. Esencial ir con gente que te trate con respeto. Marlaska y Margarita Robles de entrada tampoco. Ya tú sabes.
Quedan muchas concertinas por cortar, Pablos González por liberar, madres de Nico Williams por homenajear. No os pedimos que seáis Negrín, ni siquiera García Oliver, ni Montseny, ni Castelar, pero al menos mirad a los ojos al monstruo capitalista que nos quiere sometidos y decidle que hoy no y seguramente mañana tampoco. Porque mañana España será republicana, o pasado mañana. Que la están peinando.
Quedan muchas tonterías por desterrar. No, no vamos a comprarnos un puto coche eléctrico por 40 mil euros. No, no vamos a bajarnos más el sueldo ni ser más falsos autónomos. No, no vamos a pagar alquileres de más de 500 pavos. Y sí, queremos poder irnos de vacaciones sin tener que gorronearle un sofá a un amigo que conociste hace treinta años en el instituto.
No es tan complicado. Y si hay que matar a Biden y a Franco pues llamamos al todopoderoso y que lo haga en nuestro nombre.
¿Alguien tiene el teléfono de Mateo Morral?