Lluís Llach da la bienvenida a la ultraderecha catalanista en la Diada y le llueven críticas
En una entrevista a RAC1, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Lluís Llach, dio la “bienvenida” al partido de extrema derecha independentista de Silvia Orriols, Aliança Catalana, exponiendo abiertamente que “todo el que venga será bienvenido, también Aliança Catalana”. No obstante, aclaró que no le gusta dicha formación política “porque tiene unos tics demagógicos peligrosos”.
Un gesto que no gustó a ERC, que emitió un comunicado remarcando que “el movimiento independentista es transversal y plural, y que en él no tienen cabida aquellas organizaciones que atizan odio entre catalanes y hacen bandera del racismo o la islamofobia, entre otros. El movimiento independentista es y tiene que ser un movimiento inclusivo, democrático y pacífico”. Además, la fuerza política avisó de que “no compartirán espacio con la extrema derecha” en aquellos actos promovidos por el independentismo.
Llach pone en relieve que este año, que calificó como “especial”, “es una señal que queremos la unidad como herramienta de trabajo para el independentismo”.
Tras el revuelo que generaron estas declaraciones, la ANC matizó las palabras de Llach argumentando que aunque “no se piden carnets a nadie” en el independentismo, la extrema derecha de Aliança Catalana “no es bienvenida” a las manifestación independentista de la Diada.
Baja participación histórica
Ayer, 11 de septiembre, se celebró la primera Diada desde que la Generalitat de Catalunya está presidida por el socialista Salvador Illa. Durante la manifestación convocada, entre otras organizaciones, por la ANC; era evidente la fractura dentro de las fuerzas independentistas. Bajo la consigna ‘Tornem als carrers’ —volvemos a las calles—, la defensa del catalán, la vivienda, la sanidad o los Rodalies fueron las principales reivindicaciones de la manifestación.
Las manifestaciones se produjeron en las cuatro provincias catalanas: Lleida, Girona, Barcelona y Tarragona. Según la Guardia Urbana, la manifestación promovida por las fuerzas independentistas reunió a unas 1.200 personas en Tortosa, 2.800 personas en Tarragona, 3.000 en Lleida, 6.500 en Girona y 60.000 en Barcelona. En total unos 73.500 asistentes. Una cifra de participación muy inferior en comparación con la movilización del año 2016, cuya asistencia rondó los 540.000 manifestantes.
Tras la baja participación, Lluís Llach comentó en Catalunya Ràdio que será una de sus “obsesiones” trabajar para que la sociedad catalana se movilice de la misma forma que cuando participaron 2 millones de catalanes y catalanas en el referéndum del 1 de octubre del 2017.
