Corrupción de la monarquía

Ernesto Ekaizer: "Si Juan Carlos I no es emiratí, ¿cómo ha conseguido tributar en los Emiratos Árabes si no está permitido?"

El periodista analiza en El Tablero la noticia sobre la nueva sociedad de Juan Carlos I en Abu Dhabi y la falta de información sobre el origen y cuantía de su fortuna

ekaizer el tablero

"Si Juan Carlos I no es emiratí, ¿cómo ha conseguido tributar en los Emiratos Árabes si no está permitido?". Esta es la pregunta que lanzaba este martes el periodista Ernesto Ekaizer en el programa El Tablero, a raíz de la noticia que destapaba la creación de una fundación en Abu Dabi por parte de Juan Carlos I junto a sus hijas las infantas Cristina y Elena para transferir su herencia, aprovechando la falta de opacidad y la casi nula fiscalidad en el país.

La cuantía y origen del dinero se desconoce, aunque puede que sea de origen ilícito debido a las vinculaciones de Juan Carlos I con la corrupción, pese a que no se le haya podido juzgar por la inviolabilidad que le ampara la Constitución. Eso sí, Ekaizer recuerda que la inviolabilidad planteada en la norma suprema no es absoluta, sino relativa, y que afecta solo a los actos refrendados por los ministros o los presidentes del Gobierno.

Sobre esta nueva fundación, el periodista relata que hace año y medio comenzó a circular el rumor de que Juan Carlos I había tramitado la residencia fiscal en Emiratos Árabes Unidos. Un hecho importante porque tal y como señala Ekaizer “de acuerdo con el convenio firmado entre EAU y España, renovado en diciembre de 2022, no puedes ser residente fiscal a no ser que seas ciudadano emiratí, es decir, que tengas la nacionalidad de Emiratos Árabes Unidos”, explicaba.

“Esto me llamaba la atención porque un monarca español pidiendo la nacionalidad emiratí, era una noticia cuanto menos curiosa, pero no era así, él ha conseguido el apoyo del emir para tributar allí y no en España”, afirma el periodista.

Ekaizer apunta que la razón de que el emérito se fuera a Abu Dabi a “establecer su base de operaciones” era por sus buenas relaciones con el que después sería presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahayan. A lo que el periodista agrega: “¿Por qué quieres tributar allí? (…) Tienes que tener una razón poderosa que tiene que ver con el patrimonio”.

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Haciendo un repaso a las sociedades opacas de Juan Carlos I, en los años 95 y 97 obtiene de Javier de la Rosa —el financiero que quebró grupo KIO (Kuwait Investments Office), uno de los fondos de inversión más grandes del mundo— una transferencia de hasta 100 millones de dólares de la época, justo antes de que esta quebrara, algo que se confirmó en una sentencia de la Audiencia Nacional en los años 90.

Dicha cantidad de dinero fue trasladada a un paraíso fiscal, concretamente a las Islas del Canal, y que el monarca justificó su existencia por si hubiera un golpe de Estado en España o alguna situación inconstitucional que le prive a él y a sus hijos de su patrimonio.

En el año 2003, un primo lejano de Juan Carlos I, Álvaro de Orleans, crea una fundación en Liechtenstein, otro paraíso fiscal, donde el tercer beneficiario era el Rey, bajo la premisa de “haber contribuido a la democracia en España”.

En 2006, esa fundación se modifica, y entra como beneficiario el actual Rey Felipe VI y las infantas Elena y Cristina, manteniéndose así hasta que estallan los escándalos de corrupción de Juan Carlos I, cuando la fundación se liquida.

Pero antes, en 2004, el emérito ya decidió reorganizar estos trust, haciéndose cargo de su fortuna el historiador Joaquín Romero Maura. Todo ello después de haber creado la fundación Zagatka —palabra que significa enigma o misterio en ruso— cuyo tercer beneficiario era el emérito.

Toda una estructura financiera con la que Ekaizer confirma que Juan Carlos I ha trabajado siempre con sociedades opacas, y todo ello, recalca el periodista, solo tiene una razón de ser: porque existe un patrimonio, cuyo origen y cantidad no se conoce.

Ahora, con la nueva fundación, el emérito crea de nuevo un trust que Ekaizer sostiene que es aún más opaco y que cuenta con la ayuda del Gobierno del país y su presidente para que esto no se conozca. Y ante esta noticia, Ekaizer denuncia la falta de investigación por parte de la Agencia Tributaria. “Lo único que han hecho ha sido exonerar a Juan Carlos I”, asevera.

Pero todo esto no solo tiene impacto sobre la figura del Rey emérito, sino también sobre la del actual monarca, Felipe VI. Y es que el hijo de Juan Carlos I anunció en 2020 que “renunciaba” a la herencia económica que le pudiera corresponder por parte de su padre. Algo que tal y como apunta Ekaizer no se puede hacer. “No se puede renunciar, es una declaración política y mediática, porque cuando una persona está viva, no se puede renunciar a su herencia, no tiene valor”, subraya el periodista, calificándola de estrategia comunicativa que pretendía interponer un cordón sanitario entre la Casa del Rey y Juan Carlos I.

Por último, Ekaizer ha recordado que, según los acuerdos del gobierno de Rajoy y el decreto de abdicación, el Rey emérito posee la condición de aforado ante la Sala Penal del Tribunal Supremo. Un privilegio del que goza y que no permite conocer la fortuna total y su origen a la ciudadanía. “¿Cuál es el patrimonio de Juan Carlos I y de dónde viene?, ¿qué pasa, todos somos ciegos en España? Debe de haber transparencia”, manifiesta el periodista.


Puedes ver la entrevista completa en El Tablero aquí: