Juanjo Castro: “La frase ‘Se iban a morir igual’ la asume mucha gente”

Hace poco hemos sabido que Isabel Díaz Ayuso se enfrentará a otra causa más por los terroríficos “Protocolos de la Vergüenza” de los que habla, con detalle y rigor, el documental 7291, sobre las muertes en residencias y que en breve se estrenará en cines. El interés generado por la cinta de Juanjo Castro, que analiza las circunstancias que llevaron a la Comunidad de Madrid a impedir que ancianos de residencias públicas enfermos de covid fueran atendido en hospitales, ha logrado un llenazo para sus primeras sesiones.  

7291 está montado a partir de las comparecencias y preguntas de la Comisión de investigación de la Asamblea de Madrid y de la Comisión Ciudadana de la Verdad de las Residencias de Madrid. ¿A cuánto material te enfrentabas?

El 90% es eso de la comisión de investigación, tenían como 50 horas de material, y de la comisión ciudadana otras 12 horas. Y entrevisté a Alberto Reyero, consejero de Políticas Sociales en la pandemia, al periodista Manuel Rico y también a Fernando Peinado, periodista de El País, de la sección de Madrid y que llevaba la información sobre las residencias antes de la pandemia. Él tiene otro punto de vista muy distinto, su experiencia es más del día a día.

¿Qué valor real, y qué recorrido, tienen las comisiones además del político y mediático?

Las comisiones de investigación como la de la Asamblea de Madrid las pueden tener todos los parlamentos autonómicos y están abiertas, los ciudadanos pueden acceder a los plenos, a las comisiones, es una información pública. Lo malo es que a veces las comisiones se lanzan contra el oponente político y hay que ser más constructivo. Y ha que diferenciar lo que es la responsabilidad política y la responsabilidad judicial, son cosas diferentes. Y veces la gente lo confunde y no hay que confundirlo.

En 7291 Isabel Díaz Ayuso aparece, lógicamente, como una mentirosa. “No hay tal orden”, “se filtró un borrador”, “nadie murió solo y se les trató con dignidad”, “IFEMA sorprende al mundo”, dijo que el colapso hospitalario era un bulo, mintió en cuanto a la medicalización de residencias... ¿Hasta qué punto debe sentarse en un banquillo? ¿Crees que será juzgada alguna vez o es mucho desear?

Los protocolos no fueron directamente los que mataron a la gente, pero en el documental explico el proceso de la no medicalización de las residencias, el papel de los geriatras de enlace, la creación de los protocolos discriminatorios… Y no ha habido una voluntad política de investigar eso.

Es más: acabaron con la comisión.

Cuando el PP logró la mayoría absoluta la cerró, pero además el Gobierno central no ha recurrido a una Fiscalía para controlar no solo lo sucedido en Madrid, sino lo sucedido a tanta gente mayor en residencias de toda España. Investigar no significa que haya algo malo.

¿Por qué el Gobierno central no ha hecho nada?

Esto ya es una opinión, pero yo creo la idea es “no levantemos la liebre porque a lo mejor tiró de la manta del contrario y sale algo mío”.

Invitaste a Ayuso a hablar en 7291.

Sí, le mandé a su gabinete de prensa un mail que no respondieron. Ni siquiera lo contestaron. Para entrevistar al entonces consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero, ahora senador, rellené un formulario. No me contestaron, ni tampoco me llegó acuse de recibo de que lo envíe. Pero por honestidad tendría que hacerlo. Y aunque la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid se cerró antes de tiempo, creo que hay testimonios que te dan una idea de cómo se actuó.

Dos preguntas fundamentales que se hace tu documental: ¿No se ha aprendido nada? ¿Todo sigue igual? Es aterrador pensar que si viniese otra pandemia sucedería lo mimo.

Claro, es fundamental que por lo menos esto no vuelva a ocurrir porque ya el dolor de todas esas personas no se puede curar. Yo desconocía todo el tema de las residencias y empecé preguntándome qué es una residencia. Y descubrí que la mayoría de las residencias de la Comunidad de Madrid son privadas, ¿cómo un sector tan sensible cae en manos privadas? No estoy en contra de las residencias privadas, pero no puedes permitir eso, es inviable.  

Con 7291 aprendes algo más que inquietante: una residencia no es un hospital. Es un centro social, no médico.

Claro, al hacer el documental me he dado cuenta de lo que es realmente una residencia o lo que debería ser. Una residencia es una casa con personas mayores que conviven juntas y ya está.

Lo que imaginas al escuchar los testimonios es terrible: ancianos con Alzheimer muertos de miedo, rodeados de gente vestida con bolsas de basura, los compañeros de habitación que no regresan, familias arrasadas por los protocolos de la muerte, la mujer que habla de la muerte de sus padres (esas últimas palabras del padre “Ay, no puedo”), la descripción de los últimos instantes, sin mórbidos, agarrados a la barandilla intentando respirar… ¿Qué ha sido lo más duro de todo tu trabajo? ¿Te ha afectado psicológicamente?

Intentas abstraerte, pero las declaraciones de los familiares y las trabajadoras, porque la mayoría son mujeres, soy muy fuertes. Lógicamente te pones en su lugar y te imaginas a tu padre y a tu madre en esa situación y dices: Joder, estabas ahí y no te dejaban ir a la residencia…

También cuentas muy bien las llamadas: primera, segunda… hasta la llamada final. “Hemos encontrado a tu padre muerto”.  

Se perdió toda comunicación y lo único que tenías era un teléfono porque no podías acercarte. Y no había trabajadores para coger el teléfono. Es duro, pero he querido ser contenido, contar lo justo.

Para no entrar en subrayados emocionales.

Exactamente, por respeto a las familias. Contando lo justo y siendo respetuoso. Por ejemplo, en las descripciones de cómo morían.  

Alberto Reyero, consejero de Políticas Sociales que sufrió una campaña de acoso de los medios afines a Ayuso, es un personaje fundamental y lo entrevistas en profundidad. Es el que lee el protocolo y se dice aterrado: “Esto no puede ser real”.  

Hice el documental porque leí su libro Morirán de forma indigna. No me creía lo que estaba leyendo, no daba crédito. No puede ser lo que me está cortando este hombre, me decía. De hecho, tenía que dejar de leerlo porque sufría mucho. Esto no puede ser verdad, no es verdad lo que está contando… Quería que fuera falso, pero todo lo que cuenta en su libro, con todo lujo de detalles, con toda esa información, con todos los datos, no era mentira. Y contacté con él, lo conocí y le dije: “Mira, quiero hacer en un documental lo que tú has hecho en un libro, esto se tiene que saber”.

Ahora toca distribuir 7291. ¿Se ha interesado alguna televisión por él?

Estreno el día 13 en salas. En 7291 hablo de Ayuso, que puede ser candidata a la presidencia del gobierno, y eso te puede generar problemas. Es muy complicado venderlo a las televisiones, ya me lo han dicho.

En las plataformas ahora mismo el tema político es veneno.

Totalmente, soy consciente de eso y lo entiendo. Lo asumo más bien, no le debo dar más vueltas.

Para acabar: en Madrid se abandonó a los más débiles, indefensos y humildes. Se discriminó por lugar en el que se enfermaba, por estar discapacitado y ser muy mayor. Una pregunta final de 7291 es: ¿en qué nos estamos convirtiendo?

Esa es en el fondo la gran cuestión. La frase “Se iban a morir igual” la asume mucha gente. Vamos a ver, se morirán cuando les toque. Eso lo quería incluir en el documental porque es lo triste de esta situación.

Estamos hablando una generación que luchó tanto y se les pagó así.

Que luchó y vivió la dictadura, sí. Y cómo los tratamos… Creo que nos lo deberíamos mirar, ser autocríticos como sociedad.

Felicidades por tu trabajo y mucha suerte con 7291.

Muchas gracias.   

Trailer oficial 7291: