BlackRock siempre gana las elecciones

Lo de Oscar Puente no es exabrupto sino programa. No es anécdota sino categoría. Lo que el resto de sus compañeros callan y él ha revelado en un calentón es una de las garantías del sistema bipartidista, votes a quien votes
(I-D) La alcaldesa de Valencia, María José Catalá; la presidenta del puerto València, Mar Chao; el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente; el president de la Generalitat, Carlos Mazón; y la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé, brindan tras una visita al Puerto de Valencia, en el edificio del Reloj, a 14 de diciembre de 2023, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). Durante su visita, Puente ha recorrido las instalaciones del Puerto de Valencia. En este contexto, tanto la Autoridad Portuaria (APV) como las autoridades de todas las administraciones valencianas y el empresariado esperan que el ministro anuncie la fecha de aprobación de la ampliación norte, una inversión público-privada aprobada por el consejo de administración de la APV el 2 de diciembre de 2022, y que necesita la aprobación del Consejo de Ministros por superar la obra pública los 12 millones de euros.
14 DICIEMBRE 2023;VALENCIA;MINISTRO DE TRANSPORTES;INSTALACIONES PUERTO DE VALENCIA
Rober Solsona / Europa Press
(Foto de ARCHIVO)
14/12/2023
Oscar Puente brinda con dirigentes del PP por la ampliación del puerto de Valencia — Rober Solsona / Europa Press

El pasado miércoles, el Ministro de Transportes, Oscar Puente, celebraba la gran penetración del fondo buitre BlackRock en nuestro país publicando en X una noticia del medio económico Expansión con el titular "BlackRock invierte 60.000 millones en la economía española". Puente acompañaba la captura de pantalla de la noticia con las siguientes palabras: "Qué raro que uno de los 3 fondos de inversión más grandes del mundo se fije en un país gobernado por social comunistas bolivarianos, y se anime a invertir la friolera de 60.000 M€ en él." Es decir, que el dirigente del PSOE y titular de una de las carteras con mayor presupuesto asocia la fuerte inversión de BlackRock con el quehacer del gobierno y la presenta como una prueba de que dicho quehacer es positivo y no el desastre que describe la oposición.

BlackRock es el mayor fondo del mundo, con una capitalización de alrededor de 10 billones de dólares —con b, es decir, 10 millones de veces 1 millón de dólares, casi siete veces el PIB Español— y tiene participaciones en todas y cada una de las 35 empresas del Ibex, además de en otras 36 del mercado continuo. Entre las primeras, BlackRock es propietario de una importante porción del banco de Santander, de Naturgy, de Iberdrola, de Repsol o de Enagás. Junto con BlackStone —no parece que haya una gran imaginación en el naming de los fondos buitre—, BlackRock es, además, uno de los mayores caseros de España.

Este tipo de fondos operan de una forma que solamente busca el máximo beneficio económico. El único criterio que utilizan a la hora de invertir su dinero es el de la máxima rentabilidad. Lo mismo les da invertir en la fabricación de armas, que en petróleo, banca, energía, o cualquier otra cosa, siempre y cuando el porcentaje de retorno de la inversión sea lo suficientemente elevado. No les importa la calidad del empleo, ni la sostenibilidad del medioambiente, ni los derechos humanos, ni la prosperidad de los países en los que entran. Si la inversión es rentable, se quedan. Si no lo es, se van. Pero lo que no hacen, desde luego, es quedarse de brazos cruzados. Con su gran influencia en el tejido empresarial —y, por lo tanto, en el poder mediático—, con su gran capacidad de producir castigos y recompensas a los diferentes operadores políticos, y también gracias a su papel como tenedores de deuda pública —14.000 millones de euros en el caso de BlackRock en España—, con lo que ello conlleva como palanca de presión hacia los gobiernos, este tipo de fondos operan de forma constante y permanente para modificar la acción ejecutiva y legislativa de forma que sus inversiones se vean favorecidas. Obviamente y dada su presencia en el Ibex, la rentabilidad de sus activos es tanto mayor cuanto peores salarios se paguen, cuanto más alta sea la tarifa de la luz o la cesta de la compra o cuanto mayor sea el saqueo a la gente trabajadora a través de los alquileres y las hipotecas. Es en esta dirección en la cual operadores como BlackRock ejercen de poderosos lobbistas, y es por ello que prácticamente todo el mundo los llama "fondos buitre", a diferencia del Ministro de Transportes del PSOE, que los llama "fondos de inversión".

Obviamente y dada su presencia en el Ibex, la rentabilidad de sus activos es tanto mayor cuanto peores salarios se paguen, cuanto más alta sea la tarifa de la luz o la cesta de la compra o cuanto mayor sea el saqueo a la gente trabajadora a través de los alquileres y las hipotecas

A pesar de que una parte de la progresía mediática nos intentó convencer de que Oscar Puente era muy de izquierdas a la vista de sus duros enfrentamientos con el PP, lo cierto es hablamos de una persona a la que le gusta pasar su tiempo de ocio en un lujoso club de golf de la capital y que, recientemente, salió públicamente a defender su derecho a asistir al palco VIP del Bernabéu cada vez que reciba una invitación de Florentino Pérez. Por eso, quizás, el ministro no encajó muy bien que digamos las críticas recibidas tras su aplauso a las inversiones de BlackRock y sintió que era necesario replicar a las mismas. Así, unas horas después de su primera publicación en X, escribió otra que decía: "A ver, que veo que le Berdadera Hisquierda no lo ha entendido y se ha dado por aludida. Qué raro que Black Rock ande invirtiendo un pastizal en España y no haya puesto todos los huevos en Argentina. Raro, raro, raaaaro." Más allá del hecho de que Javier Milei ha abierto de par en par las puertas de Argentina a BlackRock y el fondo buitre prácticamente se ha puesto un parche en el ojo para celebrarlo, esta segunda publicación de Puente revela que la primera no fue un error sino una posición política.

De hecho, la posición política del Ministro de Transportes no es una posición personal y no es ajena a lo que piensa la gran mayoría de su partido. El PSOE —y este es quizás uno de los elementos definitorios de lo que significa la progresía— tiene completamente asumido en su forma de hacer política que no puede cruzar los límites marcados por los verdaderos poderes que gobiernan los países modernos: los grandes capitales depredadores y los medios de comunicación masivos a su servicio. Aunque no lo suelen decir tan abiertamente y con el cándido desparpajo con el que Puente nos enseña, sin querer, lo que hay detrás de bambalinas, para todos los dirigentes importantes del PSOE, que el fondo buitre más grande del mundo acapare una parte cada vez mayor de la economía española es una buena noticia. Y todos y cada uno de los ministros del PSOE, antes de empezar a redactar un anteproyecto de ley que pueda afectar a los intereses de BlackRock, van a levantar el teléfono para preguntarles qué piensan.

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Aunque los socialistas puedan exhibir algún posicionamiento distinto al del PP en materias como la memoria histórica o las libertades civiles o sexuales, en lo que se refiere a su relación con los grandes operadores capitalistas ambos partidos son idénticos. Lo de Oscar Puente no es exabrupto sino programa. No es anécdota sino categoría. Lo que el resto de sus compañeros callan y él ha revelado en un calentón es que una de las garantías del sistema bipartidista es que, votes a quien votes, BlackRock siempre gana las elecciones.