La desafección política crece en Bolivia a un año de las elecciones

La última encuesta de CELAG muestra la falta de confianza en instituciones y en la capacidad de la oposición
CELAG DATA

La ciudadanía de Bolivia cada vez confía menos en el poder judicial y en legislativo y tampoco se ve representada por la oposición. Son algunas de las conclusiones clave de la última encuesta nacional presidencial recogida por CELAG DATA y que pone sobre la mesa la desafección política en el país a poco menos de un año y medio para las próximas elecciones generales de 2025.

Con la vista puesta en los próximos comicios, la encuesta realizada a 2000 personas muestra que hasta el 60% de aquellos que no van a votar al MAS no ven viable ninguna de los perfiles que se han postulado para liderar la candidatura (20,1%) y prefieren un candidato nuevo (33,9%), mostrando la falta de liderazgo en la oposición. Tan solo Manfred Reyes Villa, del partido de derechas Nueva Fuerza Republicana, supera los dos dígitos, con solo el 14,8% de apoyo.

Precisamente sobre la oposición hasta más del 60% de los encuestados creen que no va a lograr unificarse para las elecciones generales de 2025, frente a solo casi el 28% que sí que cree que lo hará. Además, es vista como incapaz de reconocer su derrota y que estaría dispuesta a generar violencia, una visión de la oposición antidemocrática que comparten hasta el 62,3% de los encuestados frente al 29,7% que sí que piensa que se reconoce la institucionalidad y los resultados de las urnas.

A su vez, los ciudadanos creen que los políticos viven ajenos a los problemas de a pie. Concretamente, hasta casi el 75% piensa que los políticos bolivianos viven en su propia burbuja y están muy alejados de la realidad, mientras que tan solo el 16,1% sí que cree que la clase política representa bien los intereses de los diferentes sectores de la sociedad. Un dato que deja ver como el rechazo a la política crece cada vez más.

Esta desafección política se puede observar también en la mala opinión que tiene la ciudadanía respecto a la propia Asamblea Legislativa: hasta el 65,1% tiene una visión negativa de ella, mientras que los que tienen una visión positiva no llega al 24%.

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Y no solo el poder legislativo. Sobre el poder judicial hasta el 70,5% de los encuestados tienen una visión negativa del poder judicial, y los que tienen una visión positiva no llegan al 20%.

La encuesta también aborda las preocupaciones de los bolivianos y las bolivianas, quienes sienten que los políticos no atienden a las cuestiones que les afecta en el día a día, como la subida de los precios de la cesta, el desempleo, la salud y la corrupción.

La encuesta también pregunta sobre la inseguridad. La mayoría de los ciudadanos están a favor de resolver este problema con penas más duras a los delincuentes, mientras que casi el 34% cree que la solución se encuentra en tomar medidas contra la pobreza y la exclusión.

En materia económica, hasta el 66,2% está a favor de los bonos y ayudas y creen que son necesarias para que las personas de menos recursos accedan a una vida digna, siendo tan solo el 30,1% los que piensan que son perjudiciales y cada uno tiene que resolver como pueda su situación económica.

Sin embargo, respecto a la nacionalización de recursos, casi el 60% de los encuestados afirma que es mejor que los recursos estratégicos como por ejemplo el gas o el litio estén nacionalizados y administrados por el estado, mientras que el 34,5% cree que tienen que estar privatizados y en manos de empresas.

Por último, la escasez de dólares no parece un problema para la mayoría de los ciudadanos. El 53,1% asegura que no le perjudica porque solo emplea bolivianos en el día a día, pero hasta un 31,5% sí que asegura que le afecta de forma puntual, y solo el 14,2% dice que le afecta mucho en su día a día.

En definitiva, a pocos meses de que arranque el año electoral, la sociedad de Bolivia no tiene plena confianza en las instituciones, siente que no es escuchada por parte de éstas y tampoco hay una oposición articulada que la represente.