Comienza la búsqueda de una posible fosa común de brigadistas internacionales en Montecarmelo, mientras el Ayuntamiento de Madrid insiste en la construcción de un cantón de limpieza

La intervención arqueológica, solicitada por el Ministerio de Memoria Democrática, enfrenta obstáculos por parte del Consistorio madrileño; vecinos y defensores de la memoria histórica exigen detener el proyecto en respeto a las víctimas de la Guerra Civil

excavación-fosa @AVMontecarmelo — Twitter (x)
@AVMontecarmelo — Twitter (X)

La Asociación Científica ArqueoAntro, dirigida por el antropólogo Javier Iglesias, ha iniciado la búsqueda de una posible fosa común en el barrio madrileño de Montecarmelo, en la que podrían hallarse los restos de 451 brigadistas internacionales que combatieron en la Guerra Civil Española. Estos trabajos han comenzado en un terreno donde el Ayuntamiento de Madrid liderado por el Partido Popular y encabezado por José Luis Martínez-Almeida, planea construir un cantón de limpieza, un proyecto que ha suscitado fuerte oposición entre vecinos y defensores de la Memoria Democrática.

La intervención arqueológica fue solicitada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática después de que la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) y los vecinos de Montecarmelo alertaran en noviembre de 2023 sobre la posible existencia de la fosa. Esta alarma surgió poco después de que el Ayuntamiento anunciara su intención de instalar en la parcela un cantón de limpieza en una zona cercana a colegios, una escuela infantil, el cementerio de Fuencarral y varias viviendas. La proximidad de estas instalaciones a espacios sensibles ha generado preocupación en la comunidad local, que considera inadecuado este proyecto en un lugar con tanta carga histórica.

Javier Iglesias explicó que la búsqueda de la fosa es un objetivo que se ha perseguido durante años, dado que ya existía información sobre la posible localización de los restos en esta área. “Hace unos años colaboré con la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales para buscar información, sobre todo para aclarar lo que ellos sabían: que los brigadistas fueron llevados camino al Pardo durante el año 1941, cuando el alcalde franquista de Fuencarral ordenó sacarlos de allí”, detalló Iglesias.

A pesar de la urgencia y relevancia de estos trabajos, el proceso ha enfrentado numerosas dificultades. La autorización para realizar las catas arqueológicas en la parcela, que es propiedad del Ayuntamiento de Madrid, tardó casi seis meses en ser concedida. Durante este tiempo, el Ayuntamiento llevó a cabo una exploración con georradar, enfocándose solo en la parcela donde se pretende construir el cantón de limpieza. Iglesias señaló que “el georradar no funciona bien en zonas de escombros, como es esta, pero aun así detectó dos posibles ubicaciones de la fosa. La primera es la que estamos interviniendo ahora, y la segunda está un poco más apartada, a unos 20 metros, aunque no creemos que haya nada allí, pero la miraremos también”.

Los trabajos de excavación, realizados con técnicas mecánicas, tienen un plazo limitado de un mes desde la concesión del permiso de Patrimonio. Iglesias expresa su sorpresa ante la constante presencia de funcionarios municipales durante la operación, quienes han estado vigilando y documentando cada paso del proceso. 'Nos están enviando funcionarios del Ayuntamiento. Han estado todo el día haciendo fotos; sacan el móvil, te hacen una foto, y parece que incluso tienen una tablet para tomar notas', relató Iglesias, lo que añade una presión adicional a un proceso ya de por sí complicado.

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En cuanto a las expectativas de los trabajos, Iglesias fue claro: “En el caso de que no aparecieran los restos, lo interesante es seguir abriendo y ampliando despacio. Porque, lógicamente, incluso aunque no aparecieran, el cantón debería paralizarse”.

Para los defensores de la Memoria Democrática, el hallazgo de esta fosa no es solo una cuestión arqueológica, sino un acto de justicia y reparación para los familiares de los brigadistas internacionales, quienes merecen un reconocimiento digno. La comunidad local y los defensores de la memoria histórica esperan que, de encontrarse los restos, el Ayuntamiento de Madrid reconsidere su proyecto de construcción del cantón de limpieza y priorice el respeto por la memoria de quienes lucharon por la libertad y la democracia durante la Guerra Civil española. La lucha por la verdad y la justicia continúa, y las expectativas están puestas en que el Consistorio actúe en consecuencia.