El Cierre

Las normalizaciones del verano #ElCierre

El problema con ciertas normalizaciones es que cimientan precisamente aquello que necesitamos discutir y combatir. Pero también hay otras con las que prefiero quedarme

Va acabando julio y, acercándonos al final de este semestre, la política va apurando. Pero no por eso descansa ni nos trae suspiros de alivio, he de decir. En los últimos tres días, por ejemplo, han ocurrido varias cosas que dan muestras de ciertas normalizaciones que no resultan muy halagüeñas. Por un lado, el Consejo General del Poder Judicial repartido entre el PSOE y el PP a partes iguales —es decir, no desbloqueado, sino repartido— inicia hoy su periodo de sesiones y ya está, por tanto, normalizada la repartición bipartidista de la justicia en un contexto de partido judicial envalentonado. Reunión con el rey, foto, sesión, todo como si no pasara nada. Repartición bipartidista, check. 

Pese al acuerdo, sin embargo, el Presidente Sánchez presenta hoy una carta, no dirigida a nosotros esta vez, sino a la justicia para que se le permita testificar por escrito como, por cierto, es lógico. Pero todo esto nos hace preguntarnos: ¿Qué acordaron entonces el PSOE y el PP si ni el Presidente del Gobierno está protegido de las arremetidas judiciales sin pruebas ni indicios? Más protegida parece, lo decíamos ayer, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que con más de un indicio de corrupción —por no mencionar los escándalos éticos cuando menos y políticos en cualquier caso, como el de las residencias y las 7291 muertes evitables durante la pandemia— sigue sin tener que responder, ni por carta, ni por correo, ni por señal de humo a algún interés de la justicia. Vaya doble rasero. Por tanto, ese acuerdo sellado lo que normaliza no es sólo la repartición  bipartidista, es decir el régimen en el reparto estructural de las instituciones con poder en el país, sino, hoy, la normalización de un partido judicial reaccionario y de derechas que se fortalece en su posicionamiento político contra las posturas que vayan en contra de su proyecto político conservador. Normalización de partido judicial reaccionario y de derechas, check.

En las últimas horas también ha vuelto Catalunya a la palestra y otra vez ha tenido al poder judicial de protagonista. El Supremo ha llevado al Constitucional una parte central de la ley de amnistía y la califica de arbitraria y desigual. Ya lo anticipaban diversos juristas, la ley de amnistía seguiría siendo utilizada post su aprobación porque la clave está en la utilización que harán de ella los jueces. Pero eso sí, ¿Nadie le dice al ministerio de justicia ni al gobierno en general que su ley estaba mal hecha, no? Ahora sí se reconoce que los jueces toman partido político aunque no debieran. Ojalá se hubiera hecho sentir esa lógica conclusión y, por tanto, apoyo político, cuando la arremetida judicial era contra la ley del sólo sí es sí que nos protegía a todas las mujeres al garantizar nuestro consentimiento como pieza central para determinar si había o no una agresión. Pero bueno, parece que ahora ya va siendo obvio, tarde, que hay jueces que no dictan justicia, sino que la usan para hacer política. Pues eso, que los jueces intervengan en política aplicando como consideren para su proyecto político las leyes que emanan de la institución elegida para ello, check. Normalizado. 

En las últimas horas se ha reunido también el Presidente Pedro Sánchez con el presidente catalan Pere Aragonés y nos dicen que han hablado de muchas cosas, pero no de la investidura. Ya, como si no supiéramos que este encuentro, justo un día después de considerables derrotas del Gobierno en el Congreso de los Diputados, entre otras cosas por la apuesta de Junts por hacerse sentir cuando las negociaciones PSC-ERC, están haciéndose más definitivas, No es casual. Los puentes de cara a la investidura de Illa parecen estar fortaleciéndose, pero en política catalana todo puede pasar y lo sabemos. De todos modos, lo que sí queda claro es que el tacticismo manda, pero también que hay un gobierno que se deja acorralar por ese tacticismo ante su falta de capacidad política y negociadora. Que llegara al superpleno del martes sin los votos cerrados para aprobar la senda de déficit y la modificación de un artículo de la ley de extranjería es cuando menos triste, y cuando mucho alarmante. Un gobierno que deja de gobernar para dedicarse a soltar titulares y perder votaciones en el congreso, check. Normalizado. Bienvenidas al verano.  

En las últimas horas también, el Rey Felipe VI se reunía con el presidente del parlamento balear, Gabriel Le Senne, ¿Lo recuerdan? Ese diputado autonómico y presidente de Parlamento Balear del partido fascista VOX que no tuvo la mejor idea que la de destruir una foto de Aurora Picornell, la sindicalista y comunista española que fue asesinada por el franquismo en un pleno del parlament y con toda la autoridad que da ostentar el cargo de la presidencia de un parlamento. Picornell pasó así de ser asesinada en el franquismo a volver a ser silenciada por quienes reivindican al franquismo hoy, VOX, pero no sólo VOX, porque como bien sabemos, el franquismo no está sólo en los partidos fascistas, está en las estructuras de un régimen en el cual esa dictadura dejó todo atado y bien atado. Y por lo mismo no es de sorprender que Le Senne no sólo se haya reunido con el Rey, sino que luego haya podido decir que “el Rey ha entendido perfectamente lo que ocurrió”, sobre la vergüenza de acción contra el símbolo que es Aurora Picornell.  ¿Qué significa esto? ¿Que el Rey entendió que se podía destrozar de ese modo la memoria de quienes lucharon por democracia en un país democrático? Porque, hasta donde sabemos, no ha habido ningún pedido de enmienda a este gesto, ni a este sujeto por esos hechos. ¿Será que el franquismo le queda cerca también a Casa Real? Llámenme mal pensada. Monarquía española avalando actos contra la memoria democrática, check. Qué diferente sería que ahí sí se atreviera el monarca a decir “a por ellos”, por los que trituran la democracia, ¿Verdad? Soñar es gratis.

Nada de esto sería posible sin suscriptores

Check. Normalización. Verano. España. El problema con ciertas normalizaciones es que cimientan precisamente aquello que necesitamos discutir y combatir. Pero también hay otras con las que prefiero quedarme. Con la que contaba ayer Oscar Reina aquí en El Tablero, al recordarnos la importancia de sindicalizarse para evitar los fraudes que quieren cometer algunos empresarios coordinados para lograr despidos a mansalva. Pero el SAT y tantos otros sindicatos de clase les siguen haciendo frente día a día y sobre todo en julio. O la normalización que significa que no haya un desahucio sin resistencia, como lo que hicieron ayer las compañeras del Sindicato de Inquilinas en Lavapiés apoyando a las vulnerables, porque incluso cuando no se logren evitar las acciones injustas, nunca es una derrota si se lucha contra ellas. Sólo se postergan las victorias. O la normalización de que pese a que en el gobierno quieran no sólo callar, sino normalizar el comercio de armas con los que cometen un genocidio, habrá siempre un pueblo moviizado y levantado que les recordará en Estados Unidos, en América Latina, en España, en Reino Unido, en Francia o en Alemania, que no vamos a quedarnos sentadas sin hacer nada cuando cometen una limpieza étnica. Y ayer en España volvió a verse con ese plantón frente a la embajada de los Estados Unidos, el país que resulta el mayor colaborador del genocidio, como el mismo Netanyahu confirma. Me quedo con normalizar que no dejamos de hablar de Palestina y que mientras se siga hablando hay esperanza.

Se acaba julio, pero no se acaba la política. Porque, entre otras cosas, no acaban con nosotras. Las que resistimos. Que las normalizaciones impuestas desde ciertos espacios de poder en las últimas horas no te quiten el optimismo. Hasta mañana. 


Puedes ver el cierre de hoy en El Tablero por Canal Red aquí: