El Cierre

Contra la política de titulares #ElCierre

Cuando la comunicación política existe sin política no es ni comunicación ni es nada

En política la comunicación es fundamental. Sobre todo en tiempos mediatizados como son estos. Un buen mensaje, un titular preciso es clave. Lo sabemos. Pero hay una cosa que puede no sólo ser contraproducente, sino que a veces incluso se hace a posta. Voluntariamente. Y esto es perverso. Cuando la comunicación política existe sin política no es ni comunicación ni es nada. Es de hecho una estrategia que puede ser profundamente vil. Hablemos de comunicación política. Es verdad que la ultraderecha se dedica a hacer de la comunicación una herramienta de disputa política donde a fuerza de repetir bulos una y otra vez construyen sentidos comunes. Pero, ojo, los bulos no calan sólo porque son repetidos, y no calan porque hay muchos suscriptores en un canal de telegram o en una cuenta de twitter, los bulos calan sobre todo por el tipo de lugares en los que cuentan con altavoces de poder que además responden a otros poderes, económicos y políticos. No es sólo la repetición en redes sociales, sino la réplica de dichos argumentarios y mensajes —muchas veces discursos de odio— en las grandes plataformas comunicativas. Desde Antena 3 hasta La Sexta, pasando por Telecinco o Cuatro, muchas veces vemos replicado el discurso de Alvise o de Abascal por citar dos ejemplos. Ya ni qué decir cuando vemos a ultras directamente conduciendo un programa de televisión en Prime Time como ocurre en La Sexta, o en Antena 3 con un sujeto como Pablo Motos. Ahí tenemos el meollo del asunto.

Y hoy, Pedro Sánchez ha hablado de medios, pero se ha limitado a hablar de la publicidad institucional y pedir transparencia. Algo con lo que evidentemente estaremos de acuerdo. Pero hay un detalle. La transparencia sin concreción sobre la información que muestra no sirve de nada. Es decir, que me digan que un accionista del Grupo PRISA es una gran empresa armamentística no va a resolver el problema de que esa empresa armamentística dicte la línea editorial de este medio. Solo saberlo no sirve de nada. De hecho, ya lo sabemos, ¿No? Indra marca la línea editorial de El País en tiempos de régimen de guerra. ¿Basta con saberlo? Del mismo modo, que Villarejo unido con Eduardo Inda durante un tiempo brindaron información a Ferreras para que destruyera con mentiras a una formación política. Hoy lo sabemos, ¿Pero sirve de algo saberlo y punto? Es más, el presidente Sánchez se ha sentado en ese plató después de saberlo e incluso después de que atacaran a su misma esposa. El problema no es de información, es que parece que no quieren hacer nada por cambiar el escenario que esa información nos brinda.

Y ese es un problema grave de este gobierno: que se dedica a reducir la política a titulares. Es decir, comunicación política antes que política, es decir, nada, es decir mentira. Es decir perversidad. “Necesitamos combatir a la máquina del fango” nos dicen, y luego el presidente va a darle una entrevista al mandamás del fango mediático en La Sexta, Antonio García Ferreras. “Necesitamos frenar a los jueces que utilizan la justicia para interferir en política”. Nos dicen, pero luego pactan el reparto del Consejo General del Poder Judicial con el partido que un partido que ha demostrado sus vínculos con jueces que hacen del lawfare una forma de desarrollo profesional. “Necesitamos detener a la ultraderecha” nos dicen, pero continúan las políticas que generan el caldo de cultivo de estas formaciones extremas que crecen en la precariedad y la austeridad. “Necesitamos defender la convivencia, la paz y los valores europeos” nos dicen, pero luego afirman que España gasta muy poco en defensa, firman acuerdos a largo plazo en materia armamentística con Ucrania o dicen cosas como que no se posicionan ni con Israel ni con Palestina en la denuncia en la Corte Internacional interpuesta por Sudáfrica. ¿Qué tienen en común todos estos titulares? Que son eso, titulares y que en su concreción son totalmente contradictorios con lo que dicen.

Pero también está la otra cara de la moneda. Por un lado la mentira. El hecho de decir una cosa y hacer la contraria. De denunciar al PP y luego acordar con él, para lo cual le tendieron la mano durante cinco años. ¿Quién era responsable del bloqueo del CGPJ? ¿No lo era también el PSOE por esa pasividad? Sin duda. Pero la otra cara de la moneda, como decíamos, tiene que ver también con los titulares que son también mentiras burdas. Y eso es lo que hemos visto ayer. En un intento desesperado por ser, por vivir, por existir, casi diríamos que por respirar políticamente, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se sacó de la manga un titular completamente falso. Anunció la derogación de la ley mordaza cuando sabía perfectamente que no había un acuerdo para eso. Lo sabía el PSOE y lo desmintió. Lo sabían incluso los suyos en Sumar y la desmintieron, pero el problema aquí no es la incoherencia y, ni siquiera, la evidente desesperación política que rodea a la vicepresidenta Díaz que siente que necesita anotarse algún tipo de gol, ponerse algún tipo de medalla o aunque sea tener un titular. Da igual que sea una mentira del tamaño de una catedral. Lo que resulta terrible es que la política de titulares tiene consecuencias concretas. ¿Cuánta gente se fue ayer a dormir pensando que la ley mordaza se podía derogar? No puedo dejar de pensar en los padres de los seis de zaragoza, en las familias de las de la suiza, en los chavales de futuro vegetal, en los compañeros del SAT que son sistemática represaliados por cuerpos y fuerzas de seguridad amparados en esa ley mordaza, etcétera. No se puede jugar así con la gente y sobre todo no se le puede ver la cara de estúpida porque, como decíamos al inicio, la gente no es idiota. Y merecen representantes que no los tomen por idiotas. Y que hoy el señor Errejón desde su tribuna, o el señor Santiago ayer se dediquen a usar el lenguaje para salvar a su líder es también lamentable. Ahora nos hablan de “leyes mordazas” para salvar el anuncio falso de su líder. no nos tomen por idiotas. La gente no es idiota. Hay una ley mordaza, ustedes no la están derogando, y ayer Yolanda Díaz mintió. No sé si a sabiendas o por error, pero lo que hoy deberían decir desde Sumar es solo una cosa: ¡Perdón! Así de sencillo.

Lo que hizo Yolanda Díaz ayer no es un error, es una práctica y no es una práctica exclusiva de Díaz, es el lamentable paradigma de este gobierno que no es capaz de sacar leyes, y que a falta de esa capacidad elige sacar titulares. Hemos visto en esta legislatura un festival de anuncios, pero un BOE con muy pocos folios. Hemos oído anuncios altisonantes, y luego incluso anuncios de anuncios. Titulares por aquí, titulares por allá y hasta jornadas de reflexión que luego llevan a la nada. No nos confundamos. Las medidas de regeneración democrática planteadas hoy por Sánchez son ciertamente limitadas. Son, muchas de ellas a mi juicio, inútiles. si no se tocan las estructuras de poder no hay mucha democracia de la que hablar. Si queremos hablar de regeneración democrática hay que tocar a los medios de comunicación que difunden mentiras pero eso significa tocar a grandes medios y no sólo a los digitales que lo hacen. ¿Va a tocar usted  La Sexta señor Sánchez? Mucho titular y pocas nueces, ¿Verdad? Si queremos hablar de regeneración democrática hay que condenar y sancionar a los responsables del espionaje contra más de medio centenar de diputados de Podemos, ¿Va a impulsar una investigación a nombre del mismo gobierno para dilucidar responsabilidades y sacar a estos elementos de sus cargos, señor Sánchez? Mucho titular y pocas nueces, ¿Verdad? Si queremos hablar de regeneración democrática, tenemos que derogar esa ley mordaza, es decir, modificarla a profundidad y construir una arquitectura legal antirrepresiva y garantistas de derechos humanos. Es decir, tiene que pelearse con Marlaska a quien debería sacar del ministerio de interior y asumir una democratización de los espacios de cuerpos y fuerzas de seguridad. ¿Va a hacerlo señor Sánchez? Mucho titular y pocas nueces, ¿Verdad? Si queremos hablar de regeneración democrática tenemos que acabar con los privilegios de quienes especulan con los derechos, es decir, penalizar a los buitres y no sólo hablarnos de pisos turísticos como si eso resolviera el problema de la vivienda en España, ¿Va a hacerlo señor Sánchez? Mucho titular y pocas nueces, ¿Verdad? Si queremos hablar de regeneración democrática tenemos que garantizar derechos para todos y todas, es decir, acabar con las condiciones de esclavitud de miles de migrantes que al no contar con derechos por no ser reconocidos sujetos de derecho son esclavizados a diario ¿Va a regularizar a medio millón de migrantes señor Sánchez? Mucho titular y pocas nueces, ¿Verdad? Y la lista sigue. Vaya que si sigue porque si se trata de hablar de democracia y su calidad, hay que hablar de derechos y pienso en medidas que garanticen educación y sanidad de calidad públicas, es decir, acabar con las políticas de privatización en esta materia, o en la necesidad de sacar a todas las terfas que ocupa cargos institucionales, señor Sánhcez, porque son el fascismo contra las mujeres que usted permite en cargos de poder como el Consejo de Estado o que su ministra Ana Redondo puso en la cabeza del instituto de las mujeres…la lista sigue. No nos sirve topar la publicidad institucional sólo a medios digitales… preferiríamos que se cierren esos panfletos que financiamos todas y que si quiere topar algo, tope usted la cesta de la compra. Eso es democracia de calidad, señor Presidente. Pasemos ya de la política de titulares a la política de verdad sobre la que dará realmente gusto comunicar. Hasta mañana.

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