Tiki taka, bandera de la selección

A ellos que no les importa el juego pues creen que el fútbol sólo se trata de ganar, hay que recordarles que España con el tiki taka ha ganado 3 Eurocopas, 1 Mundial y 1 Nations League
Foto: RTVE
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En el primer partido de la Eurocopa la selección española no jugó bien, especialmente en un segundo tiempo en el que apenas pudo tener la pelota, presionada por una Croacia que intentó sin éxito remontar el partido.

España terminó con un 46% de posesión, lo cual se reflejó en los titulares de casi todos los medios: “Se acabó el tiki taka: España ganó sin dominar la posesión” o “112 partidos después, España perdió la posesión”.

Era una noticia interesante desde lo estadístico, pero no inocente desde lo ideológico, pues a los titulares les acompañaban frases como “el adiós del tiki taka a favor de un ataque más rápido y vertical”, “ahora la selección es más pragmática” o “España necesitaba un estilo menos previsible”.

La intención, claro, era intentar reflejar su satisfacción al creer que al fin se había terminado con ese estilo de toque y posesión que tanto recelo despierta en un amplio sector mediático y en buena parte de la gente.

Así ocurrió también cuando, en el Mundial de 2010, España perdió el primer partido contra Suiza y arreciaron las críticas contra el estilo de juego, pidiendo que la selección de Del Bosque dejase de empecinarse con eso de los pases, que sí, muy bonito, pero poco efectivo.

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La selección hizo lo que correspondía, que era confiar más aún en su identidad, y no hace falta recordar cómo terminó aquel Mundial.

En este caso, a la noticia sobre la pérdida de posesión de España tras 112 partidos le faltaba añadir un detalle: la última vez que había tenido menos la pelota que su rival fue en un amistoso en 2014 contra Alemania… y perdió el partido.

La selección española, con su estilo, no sólo fue la que mejor jugó y la que ganó el título, sino que fue la máxima goleadora de la Eurocopa (con 15 goles) y la tercera de las 24 selecciones que más posesión tuvo (un 58,2%, apenas a un punto porcentual de la segunda, Alemania)

Tras el debut contra Croacia, la selección mejoró su nivel de juego y dominó ampliamente la estadística de la posesión en todos los demás partidos del torneo (excepto frente a Alemania, donde estuvo muy igualada y finalmente tuvo un 48,4%), incluyendo la final, donde su claro dominio frente a Inglaterra se vio reflejado en un 63% de posesión.

Como era de esperar, tras cada uno de esos partidos casi ningún medio habló de que la selección había recuperado su habitual estilo de juego, ni enumeró las bondades de tener la pelota más que el rival. No interesaba, pues no iba acorde con la línea ideológica hegemónica en la prensa deportiva española: la incomodidad de que España siga siendo reconocible en el mundo como exponente del tiki taka.

La selección española, con su estilo, no sólo fue la que mejor jugó y la que ganó el título, sino que fue la máxima goleadora de la Eurocopa (con 15 goles) y la tercera de las 24 selecciones que más posesión tuvo (un 58,2%, apenas a un punto porcentual de la segunda, Alemania).

El estilo de la selección

Cuando De la Fuente fue presentado como sustituto de Luis Enrique, declaró que iba a ser “continuista” con el estilo de juego, aportando “algunos matices propios”, como es lógico.

Cualquiera que hubiese visto su selección sub 21 o su selección en los Juegos Olímpicos de Tokio (donde logró la medalla de plata) sabía que su estilo de juego era muy identificable y emparentado con el de la selección mayor: dominio de la pelota, jugar en campo rival, utilizar a los extremos para desbordar y hacer una presión alta tras perder la pelota. Y si se ponía en ventaja no especular, sino buscar ampliar el marcador.

Y ese estilo, tan asociado al tiki taka, fue el sello de la selección absoluta desde su llegada hasta esta reciente Eurocopa, donde el seleccionador declaró que “trataremos de imponer nuestro estilo, que es tener más posesión, y también tenemos esa opción de jugar al contrataque”.        

Y lo cierto es que la clave de esta selección fue el centro del campo, zona donde se disputa el manejo del juego. Con Rodri como brújula y con Fabián y Olmo (que mejoró ostensiblemente el rendimiento de un desacertado y después lesionado Pedri) como volantes creativos, España pudo controlar la pelota y hacerla llegar en buenas condiciones a Lamine Yamal y Nico Williams, quienes desde los extremos aportaron la necesaria cuota de desborde y remate. También es resaltable la participación de los laterales en ataque, pues Carvajal y especialmente Cucurella aparecieron muchas veces por sorpresa para ofrecer una buena variante ofensiva.

El tiki taka no consiste sólo en dominar y atacar de forma combinativa, sino también en apostar por defender con la pelota para tratar de darle menos opciones al rival y, si es posible, ampliar la ventaja

La selección tuvo muchos periodos de buen juego durante la Eurocopa, y el más reseñable me parece uno que se enmarca claramente en el estilo del tiki taka. En la semifinal, con 2-1 a favor, el segundo tiempo contra Francia habría sido un calvario en otra época (por ejemplo en la de Clemente como seleccionador), con el probable ingreso desde el banquillo de un par de defensas centrales para darle la pelota a Francia, encerrarse en el área como un equipo temeroso y recibir un acoso de centros y llegadas que probablemente habrían desembocado en goles rivales y en la posterior eliminación.

A partir de la etapa de Luis Aragonés, la selección aprendió que la mejor manera de defender es con la pelota, y eso hizo España frente a Francia cuando pudo en el segundo tiempo: ser valiente y llevar el juego al campo rival, tocar de un lado al otro, desanimar a los franceses y alejarles de un área española que apenas pisaron con peligro en un par de ocasiones.

Y es que el tiki taka no consiste sólo en dominar y atacar de forma combinativa, sino también en apostar por defender con la pelota para tratar de darle menos opciones al rival y, si es posible, ampliar la ventaja.

La eterna confusión

Entre los detractores del tiki taka, bien sea por ignorancia, mala fe o ambas cosas, existe la creencia de que si una selección utiliza el contragolpe quiere decir que ha renunciado al estilo de posesión, pues creen que el tiki taka consiste en tener la pelota obligatoriamente con 30 o 50 pases y que, si antes de llegar a esa cifra se puede generar una ocasión de gol, hay que renunciar a ella en pos del estilo.

Esta absurda caricaturización ignora lo obvio: se toca como una necesidad propia del juego y el contragolpe es un recurso dentro de él, una opción saludable a utilizar cuando la jugada así lo pide.

Si el rival te está dominando, recuperas la pelota y tienes la opción de salir rápido pues tienes a extremos como Lamine Yal y Nico Williams desmarcados y con opción de generar una ocasión de gol, ¿quién no querría aprovechar esa situación? Quienes piensan eso parece que nunca han visto jugar a los equipos dirigidos por entrenadores exponentes del tiki taka: al Manchester City de Guardiola (donde De Bruyne y Foden han nutrido de pases al espacio a Haaland en múltiples ocasiones), al Paris Saint Germain de Luis Enrique (donde Dembélé y Mbappé utilizaban su precisión en velocidad cuando el equipo recuperaba la pelota y ellos tenían espacios) o al Barcelona de Xavi (donde los pases al espacio a Raphinha eran frecuentes para salir de la presión rival).

No hay que confundir a los equipos especuladores, que juegan esperando atrás con el único arma del contragolpe, con los equipos dominadores que, cuando les toca defender y recuperan la pelota, utilizan el contragolpe como un recurso aprovechable

¿Por qué este estilo siempre está bajo sospecha?

En mi opinión, el recelo que aún sigue despertando el tiki taka en España se debe esencialmente a dos cuestiones:

La primera es la herencia franquista de la idea de “furia” asociada al fútbol y concretamente a la selección española, un concepto casposo que se extendió en el fútbol español hasta incluso los años 90 y que entendía lo varonil desde el vigor físico, la garra y el pundonor, atributos que nada tienen que ver con lo propiamente futbolístico y que se contraponen con la apreciación por lo estético, lo elegante y lo sutil que supone el buen trato a la pelota.

Muchas generaciones crecieron con esa idea de que el fútbol debía basarse en la “furia”, que se asociaba incluso a selecciones que nada tenían que ver con ella, pues la España que ganó la Eurocopa en 1964 destacó por el buen juego que desarrollaban jugadores de calidad como Luis Suárez, Amancio o Pereda.

Y lo cierto es que para mucha gente criada con esa mentalidad, el gusto por lo estético es algo secundario e incluso molesto.  

La segunda cuestión que incide en el rechazo al tiki taka es más moderna y tiene que ver con que la popularización de este término tuvo su máxima expresión en el Barcelona, cuyos principales representantes fueron Xavi e Iniesta (a quienes se unió poco después Busquets) y su traslación a una selección española que vivió entre 2008 y 2012 la mejor época de su historia, coincidiendo con la mejor etapa en la historia del Barcelona, con Guardiola como ideólogo y entrenador.

Esa ineludible identificación del juego de la selección con el juego del Barcelona generó mucho rechazo en la prensa madrileña, que es la que tiene mayor poder de difusión nacional, y desde esa época muchos medios han tratado sin éxito de desvincular el juego de posesión (tan identificable históricamente con el Barcelona) de la selección.

Todo seguirá igual

Si ni la mejor etapa de la historia de la selección española logró generar en el país una gran adhesión al gusto por el fútbol de toque, tampoco lo va a hacer el reciente triunfo de la selección en la Eurocopa.

Muchos oportunistas esperarán a la siguiente derrota de la selección, o incluso a que un rival tenga más posesión, para volver a decir que el fútbol moderno ha evolucionado, que hace falta más físico y que hay que tener menos la pelota para correr más al espacio.

Y me parece lícito que haya distintas formas de ver el fútbol, distintos gustos por una forma u otra de jugar, siempre que sea desde la convicción y no desde el oportunismo. Lo que no me parece aceptable es que se siga tratando de asociar el juego de posesión con algo improductivo, porque no es cierto.

La paradoja de esta cuestión es que la gente que aborrece el tiki taka justifica su rechazo en un supuesto resultadismo que se desmonta fácilmente con un recordatorio y una pregunta reveladora:

A ellos que no les importa el juego pues creen que el fútbol sólo se trata de ganar, hay que recordarles que España con el tiki taka ha ganado 3 Eurocopas, 1 Mundial y 1 Nations League (más una semifinal de Eurocopa perdida en los penaltis). ¿Con qué otro estilo ha logrado la selección española mejores resultados?