Genocidio en Gaza

El disputado voto del rey Netanhayu: de Israel a EEUU

Un boicot internacional a todos los niveles como se hizo con Sudáfrica, es la única opción para llevar la paz a Oriente Medio

Si a finales de 2023 nos hubiesen dicho que Benjamín Netanhayu seguiría de presidente 10 meses después del ataque del 7 de octubre hubiésemos pensado que eso era algo improbable. Con una sociedad israelí dividida, perseguido por su corrupción, el fracaso del 7 de octubre era la guinda del final para cualquier líder político. Más para uno que presumía de ser mr. Security. Pero, el rey Bibi, como le aclaman sus seguidores, no es cualquier político. Las últimas encuestas de este agosto 2024 vuelven a situar al Likud en recuperación, como el primer partido dentro del puzzle del Knesset israelí. Y por tanto a Netanhayu, como el único capaz de sumar las mayorías necesarias para gobernar, pese a todo, esa es la realidad allí. Da igual que más de un 60% lo repudie como corrupto y responsable de la crisis que vive Israel, con que un 30% le siga respaldando es suficiente. En una sociedad cada vez más ultra, donde lo religioso se ha ido sumando al militarismo. La doctrina del miedo y el uso de la fuerza para justificar la supervivencia, justifica lo injustificable: un sistema de Apartheid, de ocupación y el genocidio de Gaza. Ningún estado y ningún dirigente mundial, serán interlocutores aceptables en esta situación, pero en el caso de Israel, no sólo no supone sanciones si no que al contrario. El comercio y reconocimiento internacional, es parte fundamental de la capacidad bélica de Israel.

Pero vamos a la cuestión de Netanyahu, a su origen, presente y futuro. Lo primero es que su apellido real debería ser Mileikowsky, su familia proviene de Polonia y hebraizaron su apellido al ir a vivir a Palestina. Es un continuador del sionismo revisionista ultra en el que militaba su familia. Una extrema derecha que era minoritaria en la creación del estado de Israel, con los terroristas del Irgún y que en la actualidad es parte fundamental. Frente a la tradición socialista judía, tras la II Guerra Mundial, el sionismo israelí se ha apropiado de la memoria del Holocausto para justificar cualquier acción del estado de Israel: ocupación, terrorismo, invasiones,… Después de los EEUU Israel se ha convertido el mayor factor de violencia. Su participación en los conflictos de África o asesorando a las dictaduras latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX. No solo se trata pues, de una acción regional, es global, como aliado de los EEUU.

Benjamín Netanhayu vivió entre sus estudios y carrera en EEUU y su participación militar en las guerras de Israel. La muerte en combate de su hermano Yoni en 1976 en el aeropuerto de Uganda, convertido en héroe póstumo, fue la mejor baza política de imagen para su hermano Bibi. Daría así comienzo a una carrera política, que le ha llevado a ser el gobernante con más tiempo en el poder en Israel y al que algunos creen, un nuevo rey. No es una broma, para el actual Israel la religión y las profecías son fundamentales . Más aún en la alianza entre el sionismo y los evangélicos de América de ambos hemisferios. Los judíos son el pueblo elegido e Israel su reino en la tierra, quienes luchen contra ellos luchan contra Dios. Millones de personas creen eso en el Mundo y bendicen las acciones de Israel, pese a la sangre, el sufrimiento y las atrocidades que producen cada día. Creen al profeta Isaías: "Y serás luz para las naciones, trayendo la salvación hasta los confines de la tierra". En una idea de apocalipsis donde el sionismo liderará a los civilizados contra la barbarie.

La historia no podrá absolver a un mundo que está permitiendo el genocidio de Gaza

En su caso, no solo estamos hablando de usar la guerra y el miedo para mantenerse en el poder en Israel. Su política es parte fundamental en las elecciones de EEUU. Amigo reconocido de Trump, la acción de Bibi va a ser determinante en las próximas elección presidencial. Desmovilizando voto pro palestino a Kamala y animando el voto judío al partido Republicano, frente a su tradicional tendencia judía al Demócrata. Mantener el conflicto para ser parte de la campaña, será parte fundamental de la misma. Los demócratas no pueden dejar de apoyar a Israel, haga lo que haga, por razones económicas y estratégicas. Por su parte Netanyahu sabe que no puede mantener la guerra siempre y espera pues, la victoria de Trump, para pasar de la fase bélica, a las concesiones que la nueva administración Trump le haga sobre la Cisjordania ocupada, Jerusalén,… y los aliados árabes de EEUU. Esa será su mejor baza electoral para ganar nuevamente las elecciones en Israel, pese a todo lo ocurrido en 2023. Por ello el voto de Tel Aviv será fundamental, no cuantitativamente sino cualitativamente en EEUU.

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Un boicot internacional a todos los niveles como se hizo con Sudáfrica, es la única opción para llevar la paz a Oriente Medio. La historia no podrá absolver a un mundo que está permitiendo el genocidio de Gaza. Acción imposible sin la colaboración de los propios países árabes y de gobiernos occidentales, como el español, que siguen comerciando con Israel y permitiendo el suministro de armas para continuar la guerra. Sin ese combustible y municiones, Israel tendría que parar la matanza en días, por incapacidad para continuarla y lo saben, y aun así se permite seguir y seguir. Bibi Netanyahu, no es heredero de los judíos que se levantaron en armas contra los nazis en Varsovia o de los miles que formaron parte de las brigadas internacionales en la Guerra de España, Bibi Netanhayu es parte de una ideología ultra . Ya no estamos solo hablando de un Eretz tierra de Israel, en base al río Jordán. Un gran Israel en base a un supuesto derecho a la tierra de sus antepasados, a pesar de los siglos. Netanhayu asume esa ideología, creció en ella, es parte de ella, pero ante todo, él quiere representarla y no está dispuesto a retirarse de la primera línea.